Carlos Tamayo

Me hacen falta dos vidas para mis sueños

«Lo más importante que hay en la cultura de un país son las personas y la historia, un país sin historia no puede tener una cultura propia». Resulta esta una idea que bien defiende Carlos Tamayo, un investigador que ha dedicado su vida a desempolvar hechos y personajes olvidados por la historia cubana.

«No podía ser otra cosa que escritor e investigador», detalla Carlos mientras su mirada muestra cierta carga de curiosidad como lector ávido por cuanto le rodea.

«En mi desarrollo como investigador me ha marcado el entorno donde vivo pues me sirve de motivación. He escrito varios libros sobre Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), el poeta más popular de Cuba, considerado figura polémica, pero también he escrito sobre Vicente García, porque tenía la necesidad de dar mi opinión sobre esa figura tan controvertida y a la vez un patriota», destaca en su diálogo el presidente del comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Las Tunas.

Sobre su afinidad con el primero afirma: «Por casualidad me di cuenta mucho tiempo después de mi relación con el poeta», no en balde su natalicio guarda una relación ocasional por fecha con el mismo día del onomástico de El Cucalambé. De ahí que esta personalidad de la cultura en Las Tunas es considerado un hombre de luz propia, un investigador por excelencia.

Su labor le permite en cada ocasión rebuscar en temáticas y figuras que pasan por azar ante la vista de muchos estudiosos, pues como bien dijera mi entrevistado, «investigar es sentir la libertad del pensamiento, me he dedicado y me dedico a esto, creo que no puedo hacer otra cosa».

Su más actual quehacer le propició un hecho muy particular, que mereció el reconocimiento de todos por el aporte documental a la cultura cubana y es que a pesar de no considerarse él mismo como un coleccionista, sus inquietudes por la historia le posibilitaron donar al Archivo Histórico de Las Tunas un amplio volumen de documentos patrimoniales.

Carlos Tamayo es un coleccionista por excelencia, un coleccionista de la historia, así reconoce Gisela Olano Felipe, directora del Archivo Histórico Provincial al investigador tunero.

«Desde los años de estudiantes se dedicaba a la investigación de corte social en todas las esferas del conocimiento lo cual le permitió que muchas personas le entregaran documentos y objetos valiosos, y que luego donara para un mayor uso social por la ciudadanía. Tamayo es un coleccionista por excelencia, un coleccionista de la historia», reconoce Gisela Olano Felipe, directora del Archivo Histórico Provincial.

Su aporte patrimonial resulta una de las fuentes fundamentales de completamiento de los documentos de la etapa perteneciente a 1868. La donación formará parte del patrimonio documental, objetos únicos en el tiempo», subrayó Gisela al destacar el aporte de Tamayo como coleccionista de la historia.

Junto al brillo de la historia

No le asusta la página en blanco, en ese momento piensa, imagina y añade con absoluta independencia cada letra, para él escribir es un ejercicio de total existencia, se traslada en el tiempo tan lejos como le permita cada documento que llega a sus manos.

Las investigaciones del arte y la literatura le dan vida y mantienen en él el brillo de un lector especializado y fiel colaborador del sello editorial Sanlope, pues buscar información siempre fue su motivación. Publicó en distintos periódicos y la familia Varona pasó a ser parte de sus intereses como investigador, así como la figura de El Cucalambé.


Asiris Espinosa, quien ha editado la obra de este escritor tunero considera que es acucioso y sistemático en sus estudios.

«Sus aportes van más allá que la impresión en blanco y negro de sus indagaciones. Carlos regala al país gran parte de la obra e historia de figuras transcendentales de Cuba. En su libro Epítome a las Poesías Completas de El Cucalambé, hace una compilación sobre Juan Cristóbal Nápoles Fajardo nunca antes recogida en ningún texto, muestra a El Cucalambé como cronista, más allá que el simple bardo que elaboraba la décima.

«Nos entrega importantes momentos para la historia y la identidad del tunero, que está marcada por esa figura de la cultura. También sus estudios son referentes para conocer a Vicente García y otras personas cercanas a este independentista. Su obra contribuye a detallar la historia de la provincia, saca del anonimato a figuras significativas, él es un promotor de la cultura desde su quehacer cotidiano.

«Su labor se extiende además a la formación de las nuevas generaciones, ofrece sus conocimientos y favorece al desarrollo cultural, contribuye a la educación de los estudiantes de la carrera de humanidades. Su apoyo es incondicional, es vital, es un gestor y colaborador eterno de la identidad, de la historiografía cubana», subrayó la también Máster en Estudios Socioculturales.

Carlos Tamayo vuelve en el tiempo, es recurrente en cada momento de la historia, crea, se traslada y llega tan lejos como la imaginación se lo permite.

A pesar de su actual labor como presidente de la UNEAC no se aparta de la investigación, se mantiene activo y vuelve a la lectura de los versos del poeta como motivo de inspiración junto a la historia, porque en él habita el hálito del indagador que sobrevive con cada paso en la vida, esa que para sus proyectos una sola no le alcanzará.