No hay un mañana 

Urge el enfrentamiento al cambio climático

No es en el 2100, ni siquiera en el 2030. El cambio climático es una realidad cotidiana en la provincia de Las Tunas. Desequilibrios en los patrones de lluvias, intensas sequías y la salinización de los suelos y recursos acuíferos demandan la intervención inmediata en la mitigación y adaptación a este panorama.

El gobierno local aprobó recientemente las medidas que se aplicarán como parte del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático Tarea Vida, las cuales están bajo el escrutinio de los integrantes de la Asamblea Provincial del Poder Popular.

Amado Luis Palma, especialista de la Delegación en Las Tunas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, ha sido seleccionado secretario ejecutivo del grupo multidisciplinario encargado de impulsar el programa en el territorio. A su juicio, el Plan llegó a tiempo, pero hay que actuar con responsabilidad y premura.

¿Qué es la Tarea Vida y cuánto significa para Las Tunas?

Resulta el primer proyecto de este tipo que se aprueba en el país y su objetivo es garantizar el enfrentamiento al cambio climático y todo lo que se haga en función de garantizar la vida de los seres humanos.

Entre los antecedentes aparece el discurso de Fidel Castro en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro y las investigaciones que desde el 2004 se realizaron en la Academia de Ciencias, las cuales corroboran que estamos frente a un problema con incidencia en la economía, la sociedad y el medio ambiente del país.

En el contexto de nuestra provincia se definieron áreas priorizadas, en un primer momento solo circunscritas a playas arenosas por procesos erosivos, y que luego ampliamos a otros inconvenientes asociados al cambio climático, como la intrusión salina, la sequía y la degradación de los suelos, los tres muy visibles en Las Tunas.

¿Qué acciones concretas implicaría a nivel territorial?

Se presentó al Consejo de la Administración la propuesta de un grupo multidisciplinario, integrado por organismos que tienen la responsabilidad de visualizar, desde su entidad, qué tarea de las que se establecen en el programa forman parte de sus responsabilidades y cuál va a ser la respuesta.

Otro paso es el escrutinio del plan en la Asamblea Provincial del Poder Popular. Resulta muy bueno que se discuta por parte de los delegados y diputados el asunto, porque lamentablemente del universo de organismos de la provincia solo han entregado sus acciones comprometidas la Empresa de Alojamiento, el Mintur, Recursos Hidráulicos, Educación y el Ministerio de Educación Superior, estos dos últimos junto con los medios deben concienciar a la población.

¿Cuáles son las problemáticas más apremiantes aquí ?

Una de las principales misiones por acometer es el reordenamiento agrícola en las zonas costeras. No es un secreto que tenemos pastizales y sembradíos muy cerca de la costa y dice la ciencia que el valor de uso potencial de esa área no puede ser un cultivo, porque se exacerban los procesos de intrusión salina. Las empresas y entidades propietarias de dichas tierras deben planificar el movimiento para evitar que la cuña salina siga incrementado.

Tal problemática existe en el norte y el sur de la provincia. Por ejemplo, la cuenca Birama ya está salinizada, por eso al poblado de Jobabo se le tiene que suministrar agua subterránea mezclada con agua superficial porque los indicadores de salinidad son altos. La cuenca subterránea de la región constituye la más importante del territorio y hay que evitar que sea dañada de igual forma.

Las entidades involucradas son responsables de realizar acciones preventivas que minimicen los riesgos. No se concibe que alguien use agua para irrigar y no exista un control estricto de su calidad o que se rieguen campos o pastizales con tecnologías irracionales para el manejo de este líquido.

¿Y los recientes fenómenos meteorológicos extremos?

Irma dejó en evidencia que algunos de los problemas que se manifestaron, sobre todo en los cultivos, ya cuentan con soluciones desde la ciencia, pero existe resistencia a aplicarlas. Preguntémonos cuántos cultivos hoy están protegidos con fajas forestales o cortinas rompevientos. Se ha demostrado que reducen hasta un 60 por ciento el efecto dañino mecánico del viento y muy pocos sembrados de la Agricultura tienen tal escudo.

Hoy sabemos cuáles son las zonas inundables en la costa, no se puede construir con la misma tipología en esos lugares y hay que adaptar la tecnología a tales condiciones. La sequía es una verdad, pero nos acordamos de ella cuando no hay agua y olvidamos que resulta mejor gestionar los riesgos que las crisis. Seguimos construyendo sin buenas prácticas como, por ejemplo, los aljibes para almacenar agua en las casas y edificios. La Tarea Vida busca la respuesta para reducir esas vulnerabilidades.

¿Estamos a tiempo para revertir esta situación?

Ante todo hace falta un cambio de mentalidad. Algunas situaciones ya son irreversibles y solo queda adaptarnos, otras todavía estamos a tiempo aunque no es algo para dejarlo para mañana. La Tarea Vida llegó en un momento justo y constituye una responsabilidad ética de nosotros tomar las medidas que conlleven a reducir los impactos del cambio climático en Las Tunas, además de que se trata de una cuestión de supervivencia.

Texto: José A. Fernández

Video: José A. Fernández y Rey López

Fotografía: Rey López, Yaciel Peña y Angel Luis

Infografía: José A. Fernández

Edición: José A Fernández