Rostros del agradecimiento

El movimiento popular de construcción de viviendas en Las Tunas es una alternativa ante el azote de huracanes

El 8 de septiembre del 2008 fue un día fatídico para Reynaldo. Las garras del huracán Ike echaron por tierra el hogar de toda la vida, deshicieron sus pertenencias, incluso estuvo mucho tiempo sin un colchón para dormir.

Para unos brazos fuertes quizás el panorama hubiese sido más alentador; pero al jubilado las ruinas le dejaron un hueco dentro del pecho que lo despertaba cada vez que conciliaba el sueño. Una solución temporal lo albergó hasta el paso de Irma, cuando nuevamente fue despojado de sus bienes en otra madrugada de septiembre de este año.

Cuenta que estuvo molesto con la vida y la suerte, por meses perdió la fuerza de querer luchar, la esperanza de tener un techo firme para compartir con la esposa en el ocaso de su existencia. Reynaldo Martínez Toranzo, ignoraba que mucho antes de lo previsto iba a ver cumplido sus anhelos.

El "viejo" es hoy un manojo de emociones al pie de la obra. Nos muestra con orgullo su casa a nivel de anilla en el polo Los Eucaliptos, fruto del movimiento popular de construcción de viviendas de mampuesto que se efectúa actualmente en suelo manatiense.

Con los codos apoyados en lo que serán las ventanas, Reynaldo confiesa estar demasiado contento. Agradece a la Revolución sin consignas, en su mirada hay un brillo húmedo que delata la sinceridad de toda esa gratitud salida de más adentro de su garganta.

MORADA QUE CRECE

Reynaldo no es el único favorecido que hoy deja su sudor entre bloques, cemento y cocoa. Los Eucaliptos constituirá la morada de 10 familias damnificadas por los huracanes Ike e Irma. El ambiente allí es de optimismo, se labora sin horarios para culminar el próximo 25 de diciembre todos los domicilios previstos en la primera etapa.

Armando Cruz Leyva, director de la Vivienda en el municipio, comenta con beneplácito que han trabajado sin interrupciones, pues los materiales están disponibles y los organismos del territorio han apoyado incondicionalmente esta iniciativa de gran impacto social.

"Se retoma el mampuesto -explica Armando- para economizar el cemento, y a la vez porque estas casas de tipología 3 han demostrado ser resistentes a los eventos meteorológicos cuando se cumplen las normas técnicas y combinan los recursos en las cantidades requeridas.

"Nuestra pretensión es, después de estas 10, llegar hasta 24 residencias el año próximo, y crear un polo constructivo en todos los asentamientos poblacionales que lo necesiten, pues en el municipio existen suficientes yacimientos de cocoa, caolín y arena que pueden aprovecharse.


"En algunas comunidades rurales como La Anacahuita y La Victoria se han edificado también otras casas de tipología 4, o sea de tablas de palma y cubiertas de zinc, para ayudar a las personas que perdieron sus hogares por el paso de huracanes".

Rafael Navarro es jefe de brigada de la Construcción hace más de cuatro décadas. Su experiencia como albañil prestigia la incipiente villa, y asegura que allí se vela por el acabado de cada detalle y cumplen las normas técnicas establecidas.


"La modalidad del mampuesto es buena. Yo mismo me hice una casa de esta tipología en Santa Cristina hace muchos años y sigue allí desafiando ciclones y tormentas. Ahora, hay que saber trabajarla porque de otra forma no resiste nada", confirma Rafael.

"Es cierto que ayuda a ahorrar recursos -puntualiza-, pero hay que seguir estrictamente las medidas a la hora combinar el cemento con la arena, la cocoa, el caolín y la piedra muerta. Después es imprescindible raspar la pared en la que está el mampuesto hasta que quede la piedra al descubierto y sobre esta, repellar con arena y cemento. Luego un buen cerramento, y la solidez está garantizada".

En los lares donde una vez estuvo el parquecito infantil de Manatí hoy se levanta este polo de viviendas. Un abrigo para gente humilde, jubilados, personas que las inclemencias del destino y los fenómenos meteorológicos marcaron con amargas experiencias. Pero ya retoman las ganas de sonreír.

OLOR A PINTURA FRESCA

A los ojos de Josefa Pérez Peña la vida le negó la luz al nacer. Su existencia transcurrió con muchos contratiempos. Hasta septiembre último residió en las cercanías del vertedero en Puerto Padre, con su esposo, un hombre cuyas espaldas soportaron 30 zafras como operador de alzadora.

La morada que los cobijaba, en muy malas condiciones, no soportó la furia de Irma. Este par de ancianos sufrieron sus pérdidas, ya hoy viven en un polo recién terminado de casitas de madera y techos de zinc. Con olor todavía a pintura fresca nos acogen en su domicilio.

Las viviendas de tipología 5 tienen portal, sala, cocina, dos cuartos y una terraza. El baño es independiente. Resultan pequeñas, aunque al decir de Josefa "son mucho mejor que las que todos tenían antes".


Este matrimonio afable está agradecido por su nuevo hogar y reciben con orgullo a los familiares que ahora los vienen a visitar. En sus bancos de madera hablan de la Revolución y de Fidel como la realidad palpable que les dio un sitio donde vivir.

Al otro extremo, Mirtha García comparte también su historia. Nos muestra a su mamá postrada y rememora los destrozos de ambos huracanes. Sin embargo, no guarda congojas, le satisface que su residencia sea de mampostería, la única del vecindario. Desde el 24 de octubre residen allí.

Otras personas se asoman a saludar. El pequeño caserío pintado de salmón acoge historias tristes de seis familias. Una nueva etapa comienza allí para ellas. Se escuchan llantos de niños, ollas de presión, hay gente tendiendo en los cordeles, el ritmo de la cotidianidad se va entretejiendo con renovadas posibilidades y mejorías.

ENTRE CICLONES

Tras el azote de Ike e Irma por suelo tunero, los perjuicios en el fondo habitacional siguen siendo considerables. El último huracán dejó cinco mil 499 afectaciones. José Rubén Peña Roselló, director provincial de la Vivienda, comenta sobre las acciones que hoy se realizan encaminadas a resolver este problema.

"En el caso de los derrumbes totales -puntualiza- estamos haciendo el mayor esfuerzo por encontrar una solución efectiva, de ahí que se reactivara el movimiento popular de edificación de casas. Nuestra intención es que cada municipio tenga un polo constructivo, ya Puerto Padre, Menéndez y Manatí iniciaron y queremos sumar a los restantes antes de fin de año.


"A 60 familias que sufrieron daños totales, les fueron aprobadas la construcción de células básicas por medio de subsidio, estas van a estar en polos de vivienda. O sea que allí habrá domicilios hechos por esfuerzo propio mediante créditos que la población solicita, por subsidios y por la vía de la construcción estatal con el patrocinio de organismos constructores y de otros.

"La producción local de materiales ha estado en función de las afectaciones de Irma, no ha habido déficit de bloques, ni de pisos y áridos; estos recursos son los mismos que se van a utilizar en los polos de viviendas. Nuestro reto hoy es incrementar la fabricación de esos surtidos para rescatar el movimiento popular de levantamiento de casas que había en el territorio".

MULTIPLICAR HOGARES

Hasta el momento, 12 de las familias que lo perdieron todo por la furia de lrma ya tienen un hogar suyo que los resguarda. El próximo día 25 en suelo manatiense se sumarán 10 nuevas viviendas. Por fin Reynaldo Martínez verá su sueño realizado.

La alegría de Josefa y Mirta pronto será compartida en otros puntos. El movimiento popular de construcción de viviendas resulta ahora una realidad palpable en suelo tunero. Muchos organismos han brindado su ayuda con el fin de agilizar el trabajo y multiplicar hogares.

La voluntad de hacer es evidente. Se impone, entonces, la exigencia a pie de obra, el control de los recursos, la búsqueda de la calidad en cada faena, para que estos polos sean un freno sólido y duradero ante las inclemencias del tiempo.

Créditos:

Texto: Yuset Puig y José Fernández
Fotos: Rey López
Edición: José Fernández