La pequeña gran colección del abuelo

Porque nunca se es demasiado viejo para coleccionar juguetes

Ernesto Gómez. 80 años de edad y 2 mil muñecos coleccionables; sin duda alguna, un abuelo extraordinario. 

"Eres el único abuelito que conozco que se emociona al comprar juguetes coleccionables, conoce los orígenes e historias de superhéroes de DC y Marvel, va todos los lunes a comprar su dotación semanal de cómics, se divierte con películas de guerra, explosiones y apocalipsis zombi" .

- Ricardo Gómez Nájera

Ernesto lleva 14 años coleccionando juguetes. En el 2010 descontinuaron una serie de muñecos que coleccionaba. Fue a partir de esa fecha que descubrió los Pop!s de Funko: los fantásticos muñequitos de vinil que le cambiarían la vida.

Su colección empezó con Pop!s de princesas y superhéroes: los personajes con los que fueron creciendo sus hijos y nietos. Sus primeras vitrinas se fueron llenando poco a poco de las líneas de Disney, Marvel y DC Comics. Poco tiempo después, se fueron incorporando nuevas vitrinas con figuras coleccionables de películas, series de televisión, videojuegos, artistas y deportistas.  

Al día de hoy cuenta con 10 vitrinas, donde detrás de los vidrios puedes encontrar a Cenicienta, Luke Skywalker, Walter White, Harry Potter, Goku, Master Chief, Tom Brady, más de 15 versiones de Batman... en fin, el personaje que te venga a la mente.

Uno de sus Pop!s favoritos es el creador de Marvel caracterizado como superhéroe: Stan Lee

En la colección del abuelo se encuentran Pop!s extremadamente difíciles de conseguir. Muchos de ellos son exclusivos de Comic Con, Hot Topic, Barnes & Noble, Target, Walmart e incluso de series descontinuadas. Sus más grandes hallazgos fueron los Pop!s de V for Vendetta, Batman rojo acompañado de su Batimóvil dorado de la Comic Con de San Diego 2014, Batman con la armadura de la película Batman vs Superman y la mascota de Funko en el icónico set Freddy's Ride.

Lo que empezó como un pequeño montón de juguetes se convirtió en una colección de 2 mil Pop!s, una aventura en la que el abuelo sería reconocido en cada juguetería como el coleccionista más apasionado que puede haber.

Ni la sonrisa de un niño en la mañana de Navidad se compara con ver la sonrisa y la emoción del abuelo con un nuevo Pop!. La colección del abuelo es un tesoro inigualable.