Seductoras parejas II

Muchas readaptaciones escribió Delia Fiallo de sus telenovelas. Lo hizo con Peregrina, donde Rebeca González y José Bardina traspasaron la pantalla con su química y buen hacer. La reina del culebrón no los desaprovechó y ya al año siguiente -1975- los seleccionó para otro de sus grandes sucesos: Una muchacha llamada Milagros, que tuvo la particularidad de que, además de ellos dos, impulsó notablemente la carrera de José Luis Rodríguez, quien encarnó el rol de El Puma, apelativo con el cual, gracias al éxito de este dramático dentro y fuera de Venezuela, adoptó para consolidar su fama internacional como seductor cantante.

De Peregrina la libretista hizo un remake, mucho más contundente en términos de audiencia, en 1992, con el título de Kassandra, considerada una de las telenovelas más emitidas en los cinco continentes. La venezolana Coraima Torres y el boricua Osvaldo Ríos sedujeron planetariamente a millones de adeptos al género. Con Mi amada Beatriz, de 1997, con Catherine Fulop y Miguel Alcántara, el éxito resultó más discreto. Sería con Fernando Carrillo el actor con el cual la Fulop seduciría a través de Abigaíl; tanto, que hasta se casaron y continuaron estelarizando teledramas, hasta que decidieron divorciarse mientras grababan uno de ellos en Argentina.

Otras parejas seductoras dignas de mención, las conformaron Carlos Mata y Jeanette Rodríguez en Cristal; la encantadora Mónica Spear, primero con Manuel Sosa en Mi prima Ciela y después con Ricardo Álamo en La mujer perfecta; Caridad Canelón y Orlando Urdaneta en Elizabeth, Daniela Alvarado y Ricardo Álamo en Juana la virgen, Daniela Alvarado y Juan Carlos García en La mujer de Judas, Guillermo Dávila y Alba Roversi en Ligia Elena, Ruddy Rodríguez y Luis José Santander en Niña bonita y Mayra Alejandra y Carlos Olivier en Leonela. Todos ellos dejaron su impronta, apelando a sus innegables armas de seducción.

Aquilino José Mata 

Príncipe cotidiano

"El galán es el hombre ideal que promete protección y amor a la protagonista para toda la vida. Eso no puede variar".

Con la llegada de la nueva década, las telenovelas vuelven al romanticismo de los 70, con galanes un tanto principescos, aunque más reales y espontáneos. Annie Suárez - absuarez@grupo-un.com. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza

"El principio es el mismo desde hace décadas hasta hoy: el hombre ideal que promete protección y amor a su pareja para toda la vida. Eso no puede variar; si se modifica este factor, el rol pierde su esencia", asegura Miguel De León, quien prestó su piel para el papel estelar en Aunque mal paguen, Sabor a ti y Carita de Ángel. Una vuelta de tuerca ameritaba el paladín telenovelesco de estos nuevos tiempos: ciertos aspectos del galán clásico, “pero en términos más naturales. Menos engolado o acartonado”.

“Me inspiraron actores como Raúl Amundaray, José Bardina y Jean Carlo Simancas. He sido una mezcla de ese tipo de galán, un poco dramático, con la naturalidad que exige el momento”, dice De León, quien advierte sobre la existencia de una suerte de ritual a la hora de asumir el papel del galán, sobre todo en escenas con la actriz principal de la trama.

“Entender cómo tratar a su compañera en cámara. Es clave la forma de verla, de tocarla y de hablarle”, indica el actor, a quien pronto veremos como protagonista de la nueva novela de Venevision, Amor Secreto, en la que encarnará a Leonardo Ferrándiz Aristizábal, un viudo que debe afrontar la crianza de sus hijos.


“El carisma es otro aspecto importante. Aunque es soporte de la trama, a veces no es el personaje con más materia para desarrollar, se mueve dentro de un margen emocional. Casi siempre la acción la genera la maldad del antagonista. Es preciso que le guste al público y que se solidarice con él en esos puntos de la trama. Eso lo logra con su encanto”.

- ¿Qué ha hecho seductor al galán de telenovela en estos últimos 45 años?

- No todos funcionan como galanes. Es algo con lo que se nace y luego se desarrolla. Podemos ver algunos que, por su tesitura, funcionan más como villanos, y como galanes se opacan. El galán es de un temperamento sereno y domesticado… Bueno, por lo menos debe dejarse domesticar por la protagonista.

Llega el celular 

La llegada de dos apetecibles objetos -el CD y el teléfono celular- anunciaron la llegada del futuro. Adriana Boccalon @aboccalon

Activismo vía fax


"A inicios de la década de los 90´s comencé a trabajar como biólogo en la ONG Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela, donde hacíamos activismo ambiental vía fax. Antes de la llegada de Internet, ese aparatico revolucionó la manera de solicitar apoyo a favor de una causa. En un solo día salían vía fax decenas de cartas que, a un costo razonable, llegaban enseguida a destino", Alejandro Luy, miembro de Fundación Tierra Viva (@tierravivavzla).


Resident Evil en Play Station


"A finales de los 90, a mis quince años de edad, me hice bachiller. Fue cuando me enganché con la primera versión de Resident Evil. No me despegaba de esa consola grande que era el Play Station de la época. Los panas iban a casa a verme jugar y se comían todo lo que había en la nevera. ¡La cara de mi mamá!", Alejandro Bello, actor y director de teatro (@AlejandroBello_).

Mario Party en Super Nintendo 64


"De otros tiempos recuerdo a mi querido Tamagochi, mi mascotica virtual, un dinosaurio llamado Pepo que no me dejaba ni comer en paz, tal cual nos pasa ahora con los teléfonos inteligentes; pero lo que más alborota mi memoria es el Súper Nintendo 64, con el que armaba unas partidas de Mario Party con mi ahijadito Rogelio José que, con apenas 5 años, me ganaba todo el tiempo", Vanessa Di Quattro, actriz (@Diquattrov).

El beeper de mi papá


"Una de las cosas de las que jamás podré olvidar, aunque yo estaba re-que-te-pequeñita, es del beeper que tenía mi papá. Yo lo acosaba enviándole mensajitos cuando salía con mamá y se quedaban hasta tarde en la calle. La operadora que tomaba mis mensajitos ya me conocía la voz", Abril Schreiber, actriz y productora (@AbrilSchreiber).



Estilo grunge

El siglo anterior se despidió con un manifiesto por la individualidad y, como respuesta al fenómeno yuppie, el hip hop, el grunge, los pierciengs y los tatuajes abrigan la piel. Annie Suárez. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza

La invasión de las supermodelos durante la década pasada había acentuado el sentido glamoroso de la moda; no obstante, las finanzas no daban para tanto ensueño: la crisis de la industria textil restó protagonismo a estas diosas, surgiendo variadas tendencias en oposición al concepto tradicional del glamour.

"Se impone el hip hop, con su ropa deportiva ancha, y el grunge, repleto de suéteres con capucha, jeans rotos y franelas de algodón, apunta la diseñadora Nanaro Lacruz". Esta contracorriente, que se manifestó también en la música, con Kurt Cobain como adalid, mostró un fenómeno antimoda, con “mujeres desaliñadas y mal combinadas”. Aunque el movimiento duro poco, el desconstructivismo perduró y -una vez atenuado- impuso el regreso a la frescura. Las mujeres debían lucir tan naturales como cuando recién salían de la ducha, con aspecto discreto y relajado.

Para responder a la crisis textil, la industria de la moda estandariza las tallas. Según Valentina Martínez, comunicadora social y experta en vestuario, toma fuerza la producción masiva de ropa proveniente de Asia, eliminándose los centímetros extra dejados en las costuras para adaptar las piezas. “El estilo ejecutivo tomó espacio y la cintura femenina fue importante”, apunta la especialista.


Se apuntaba a la variedad y no a una tendencia específica y duradera, modalidad vinculada con la necesidad de expresar individualidad. Se trataba de sentirse cómodo, sin darle mucha importancia a la opinión de los demás o a las tendencias. El fenómeno también los tocó a ellos. El periodista Manuel Sainz recuerda que la moda de los 90 fue sumamente casual, basada en la comodidad más que en el estilo. Este periodista incluyó en su clóset los “pantalones de combate”, es decir, de camuflaje. La chaqueta de cuero ahora era marrón, y pasó de “patotero” a “piloto”. A su vez, la piel fue otro lienzo para recalcar la individualidad, y los piercings, los tatuajes y la tintura de pelo sustituyeron el anterior exceso de laca y labial.

Los excesos de maquillaje entran por el aro. Según la maquilladora Yamilex Mendoza, la boca juega un rol definitivo: los labios se definen con delineador, conquistan los labiales mates en rojo, marrón y negro; a su vez, los delineados son oscuros, dispuestos en la zona superior del ojo. El iluminador es la estrella, restándole protagonismo al rubor. “También se usan las melenas largas y voluminosas, pero más aplacadas que las de los años 80”.

Generación tecno

Quizá improvisaste el paso de los waperó en alguna discoteca, estabas tan a la moda que tu discman tenía antishock, y jurabas que los CDs eran centelleantes artilugios que nunca se rayarían. Paula Ortiz Vidal. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza.

Liz en vivo


"Ahora, más que voz, te tienes que ver bonita, tienes que estar chévere". Selena fue una de sus más grandes inspiraciones, y ni hablar de Madonna. Si la Reina del pop calzaba botas en sus shows, ella también. Esto es algo que Liz mantiene hasta hoy. “Son súper elegantes y no pasan de moda”, comenta la rubia, quien le debe su look dorado a la cantante Rafaella Carrasco.

Para Liz, los 80 fueron la evolución de las máquinas en la música caribeña. “Tecnotodo”, lo resume, mientras habla con añoranza de las salas show caraqueñas –como Paladium o Hawaii Kai-, por donde desfilaban desde el Gran Combo hasta Celia Cruz. Para aquel entonces, las pruebas de sonido se robaban el tiempo que merecía un show de primera calidad, una oferta en vivo que hoy no se ve ni en televisión.

Siempre he dicho que todas las épocas tienen su encanto, me gusta mucho esta, con las redes sociales, pero en aquella época era mucho más auténtico -señala aludiendo a las presentaciones en vivo-. El público era más exigente a nivel de voz, tenías que cantar de verdad”. Hoy, considera, la imagen del artista se ha robado el protagonismo. Y los detalles que más se cuidan son aquellos retoques necesarios para verse bonita.

Zapato roquero


Mientras el tecno invadía las salas show, la legión roquera venezolana escuchaba otro cantar. La historia de la fundación de Zapato 3 se remonta a los años 80, rememora Fernando Batoni, bajista fundador de la banda. Arrastraban la rebeldía de la adolescencia, el glam rock de los 70, un poco de poesía británica y las películas vanguardistas de David Lynch y Roman Polanski, pues su música nunca fue solo música. Su desarrollo en los 90 se vio influenciado por las corrientes electrónicas, el grunge de Nirvana y éxitos como Creep, de Radiohead.

En 1991 su segundo disco los da a conocer a nivel nacional. De Bésame y suicídate vendieron 60 mil copias, un equivalente al hoy disco triple de platino. “Promocionábamos nuestros conciertos pegando posters a media noche y volanteando en la calle”, recuerda Fernando. Las disqueras llegaron después, cuando empezaron a llenar locales y a dejar gente afuera de las salas. Primero fueron sellos independientes, luego Rodven, Sonográfica y Polygram.

Con el presupuesto holgado de las disqueras, llegaron a espacios masivos: radio, televisión, dentro y fuera de Venezuela. “Se diseñaba y planificaba para vender discos -comenta el músico-. Ahora, los meses invertidos para grabar una placa se reemplazan por algunas canciones al año colgadas gratuitamente o comercializadas en portales de música en internet para mantener vivo el interés en los seguidores”.

Moly, tecnomerengue


“Yo grabé doce discos en mi vida, pero la gente quedó tan extasiada por los tres primeros que no quieren salir de ahí”. Sí. Miguel Moly consiguió una escuela con Los Melódicos y Porfi Jiménez. Mientras en las discotecas juveniles la música disco seguía mandando, en las fiestas tropicales el merengue era el rey… hasta que en los 80, una fusión de ambos estilos decantó en un nuevo estilo que azotó todos los ámbitos sociales y bailables de Venezuela: el tecnomerengue.

Sin embargo, para su salida como solista quiso innovar, y aunque no saltó hacia otra rama, califica sus primeros éxitos -Tu corazón, Siempre, siempre, Mamita mía- como tecnocumbias. Procuró desligarse del sonido que Wilfrido, Sergio Vargas y Rubby Pérez explotaron hacía unos pocos años, y cada vez aparecía con mayor frecuencia en Sábado Sensacional. “Ricardo Peña me puso mil veces en el programa porque decía que yo hacía que la gente se quedara”, cuenta.

Con La morena vino otro hito en su carrera musical. Ya no solo había una banda moviéndose al mismo ritmo sobre el escenario, sino que junto a Miguel bailaba una sensual morena. “Colocar a una chica espectacular bailando el tema hizo que la morena existiera de carne y hueso”, justifica. Luego vino La catira, La piernona y diez temas consecutivos que fueron primer lugar y que le valieron 250 mil copias vendidas de su primer disco.

Hasta el sol de hoy, cuenta Miguel, montarse en una tarima es regresar a los noventa. No importa si grabó doce discos en todos estos años. “Ni siquiera puedes cambiarles los arreglos a la canción”, bromea, orgulloso.

La explosión ligera 

Las grasas, sentadas ahora en el banquillo de los acusados, promueven la aparición de la cocina light. Paula Ortiz Vidal. Fotos Patrick Dolande.

Ante el escepticismo del conocedor Miro Popic, quien creyó que los restaurantes de comida japonesa durarían poco, se han ido proliferando no solo por la ciudad, sino por el país todo, hasta incorporar ingredientes autóctonos. Así, un roll "tropical" cubierto de plátano está presente en los menús.

“Son ventas de pescado crudo y arroz frío que poco muestran lo que realmente es la cocina japonesa”, cuestiona Popic. Ávila Tei es pionero en esta categoría y, desde los años 70, se mantiene abierto en La Castellana. Según juzga el crítico, el éxito de estos establecimientos es mental gracias al imaginario de sofisticación que aporta su consumo.

También empiezan los emprendimientos de cocina venezolana, como El Tarantín de Valentina Quintero, así como el predomino de nuevas cadenas de comida como Domino´s Pizza, Subway, Chipis y T.G.I. Friday.

Los sitios

Se funda el grupo Ara, con los chefs Edgar Leal, Lourent Catineaux y Aitor Garbizu. En 1993 los restaurantes Ara, Cathay, Citron y O´Club son las principales referencias gastronómicas del país.

Tiernos, atrevidos, joviales. Así fueron los comerciales más memorables de la década. Annie Suárez

Lada lanza su ranchera rusa, para lo que produce un comercial con un grupo de músicos que entona "Allá en el rancho grande" en ese idioma.

Pedro Castillo pone a prueba su capacidad respiratoria en un comercial para la entonces Telcel. La frase “…Y la Colonia Tovar” se vuelve parte de la cultura popular.

La cadena Graffiti posiciona su marca con su campaña Corre.

Parmalat conmueve al público con su campaña Mamíferos, la que muestra niños disfrazados de animalitos y la pregunta “¿Tomó?” del pequeño vestido de gatito.

Sierra lanza su modelo 300 Sapphire con un enternecedor comercial que asocia al vehículo con el nacimiento de un bebé.

Una bandada de pájaros vuela detrás de un camión de jugos empacados en un comercial que remarca la frase “Yukery, fruta donde lo pongas”.

El experto

Seducir con una pieza publicitaria tiene que ver con conocer al consumidor y sus expectativas. "Tiene que hablarle de forma adecuada, valerse de un insight (visión interna) relevante para esa persona, resolverle una necesidad que no sabía que poseía, hacerlo de forma diferenciadora… Pero, en todo caso, debe sorprenderlo", Ana Cecilia Díaz, Directora Creativa de Publicis.

Silueta a pedal 

A finales de los 90 surge el bodycombat, combinación de golpes y patadas en procura del mejoramiento físico.

Fue en los 90 cuando el fitness amplía su tendencia a beber de las más diversas fuentes, desde el boxeo, las artes marciales hasta el ciclismo. Madelen Simó Sulbarán.

Tae Bo

Acrónimo de Total Awareness Excellence Body Obedience, se trata de una rutina de ejercicios asociados al boxeo y al taekwondo, desarrollada por el campeón de karate Billy Blanks. En los 90 se amplió esta disciplina al incorporar la música y demostrar sus beneficios en la eficacia cardiaca, fuerza, resistencia muscular y flexibilidad, para sobrevivir hasta hoy en numerosas versiones.


Spinning

El ciclista estadounidense Jonathan Goldberg, alias Johnny G, fue quien, en 1992, inventa las bicicletas Spinner, que luego pasaron a llamarse Spinning-Indoor Cycling. Fue el nacimiento del ejercicio aeróbico realizado sobre una bicicleta estacionaria y con el que el instructor, mediante el cambio de la frecuencia de pedaleo y de la resistencia al movimiento, regula diferentes intensidades. A decir de la Francis Terán, entrenadora deportiva y expresidenta del Instituto Nacional del Deporte, ya a mediados de esta década se propagó la modalidad en numerosos gimnasios del país.

Especial Web: Conceptualización Web: Andrés Tovar. Producción: Juan Fernández. Audiovisuales: Patrick Dolande - Clara González - Deborah Rodríguez. Diseño Web: Yéssica Sumoza. Programación: Miguel Ángel Martínez. 45 años de seducción: Dirección: Nilda Silva. Textos: Annie Suárez, Adriana Boccalon, Paula Ortíz Vidal, Madeline Simó Sulbarán, Aquilino José Mata. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza. Diseño: Daysi Vásquez, Rocío Jaimes, Rosa Castellanos.