Los 70

Edición aniversario

Seductoras Parejas I

Loa 70 impactaron con fabulosas telenovelas venezolanas como Esmeralda, de Delia Fiallo, con Lupita Ferrer y José Bardina como protagonistas

Si de seducción hablamos en los últimos 45 años de televisión, es inevitable remitirnos a quienes más seducen en la pequeña pantalla: los protagonistas de telenovelas, el género más popular, sobre todo en épocas pretéritas.

En Venezuela hay parejas emblemáticas. En 1970, el mismo año en que apareció Dominical, Lupita Ferrer y José Bardina derrochaban química en Esmeralda, de Delia Fiallo. Ella, en el rol de una humilde ciega y él, ¡oh sorpresa!, en el de un chico rico del cual se enamora. Ambos repetirían en 1977 en otro éxito de la Fiallo: La Zulianita, título esencial en la historia del género.

A mediados de los 80, la escritora cubana, esta vez vía Rctv, adapta Esmeralda, pero la bautiza con el nombre de Topacio y la mimetiza en la actriz Grecia Colmenares, tan convincente y seductora en su rol, que se convirtió en una estrella continental, sobre todo en Argentina, donde le fue tan bien que se quedó. En cuanto a su galán, Víctor Cámara, no dejó desde entonces de estelarizar teledramas, dentro y fuera de Venezuela.

¿Y cómo olvidar a Doris Wells y Miguelángel Landa en La señora de Cárdenas, la telenovela de José Ignacio Cabrujas que revolucionó el género? Tan distinta fue, que por primera vez una pareja protagónica terminaba divorciándose. ¿O a la misma Doris con el ya mencionado Bardina en La fiera, versión libérrima de Los hermanos Karamazov, de Fiódor Dostoyevski, adaptada por Julio César Mármol? En ese período de renovación, Marina Baura, quien venía de integrar una seductora pareja con Raúl Amundaray en melodramas convencionales como La Usurpadora, se monta al tren de las para entonces llamadas telenovelas "de ruptura", en Natalia de 8 a 9, con Gustavo Rodríguez, un sólido primer actor, quien como histrión también tenía sus armas de seducción.

Aquilino José Mata

Yo galán

"El protagonista de una telenovela debía tener porte, un tono cautivador y una mirada seductora". Raúl Amundaray 

Poéticos, enigmáticos e inalcanzables, así eran los protagonistas masculinos de los 70. Un paladín casi salido de un cuento de hadas. Annie Suárez - absuarez@grupo-un.com. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza

"Mi madre me enseñó que debía ser un caballero con los amigos y un príncipe con las damas. Crecí con esa idea y eso fue y es para mí parte importante de ser un galán dentro y fuera de la pantalla", dice Raúl Amundaray, flanqueado con su voz de barítono que pone a prueba con una breve declamación poética antes de continuar con su explicación.

“El personaje principal masculino de una telenovela, que debía ser un galán en todo momento, debía tener porte, un tono cautivador y una mirada seductora. Era preciso mirar de forma especial a la dama con la que se compartía el protagonismo de la trama”, continúa Amundaray, hoy dedicado a ofrecer clases de actuación en la academia Arte Amundaray.



Su personaje conquistaba el amor de las estrellas femeninas mediante frases que también enamoraron a la audiencia. “Como galán, tomaba esas líneas del escritor y les daba el matiz, la intención, la seducción, sobre todo en las escenas de amor con la protagonista. La poesía ayudaba mucho. Hoy la poesía ya no se usa. Pero eso no debe morir”, señala con aire nostálgico el actor principal de El derecho de nacer y La Usurpadora. “Sin una gran admiración, sin un gran espíritu y sin poesía -agrega en tono de recitación-, nadie será soldado valeroso ni sacerdote, mucho menos un actor exitoso”.

- ¿El galán nace o se hace?

- Fui galancito, galán y luego primer actor, así que puedo decir que el galán nace. Ahora, el primer actor, ese se hace y es producto de las caídas. Su éxito está en corregir, una y otra vez, el último error.

El objeto de mi afecto 

Las mujeres reinaron sobre los afectos. Las curvas y las divas irrumpieron en la escena latina, mientras una venezolana logró por primera vez el cetro universal. Paula Ortiz Vidal

La Sayalero


La nacida en el Hospital Universitario, en la Parroquia San Pedro, Caracas, inició, a sus 18 años de edad, la brecha dorada de misses de categoría universal, en el evento realizado en el Perth Entertainment Centre, Australia. "Fue una memorable elección", acierta el periodista de espectáculos Aquilino José Mata.


Iris Chacón


La puertorriqueña aterrizó en Venezuela en 1976, específicamente en el musical Feria de la alegría, de RCTV, recuerda el periodista Diego Montaldo. Al son del tema Tu boquita, la vedette agitaba su pródigo cuerpo de casi 30 años. “Lo más resaltante era un lunar en uno de sus párpados, gran trasero y enormes tetas”, asegura Montaldo sin reparo sobre una época en que la estética era otra, los grandes muslos estaban permitidos y los vastos senos eran un regalo de la naturaleza y no del médico cirujano.


María Antonieta Cámpoli


Una hermosa italiana fruto de la inmigración de mediados del siglo. De la cantera del Miss Venezuela, “fue la reina de belleza más espectacular de aquellos años”, según describe el periodista Aquilino José Mata. Logró el segundo lugar en el Miss Universo 1972. “Le faltaba poco para cumplir 18 años, pero parecía mayor con aquel cuerpazo que quitaba el hipo”, continúa el periodista. El humorista Joselo nombró a una de sus yeguas “La Cámpoli”.


Farrah Fawcett


El ángel de Charlie más recordado (la serie se emitió de 1976 a 1981 por la cadena ABC), y cuyo afiche donde aparecía trajeada en un conservador traje de baño rojo sirvió de elemento decorativo en las habitaciones de los adolescentes de la época. Su muerte, ocurrida el 25 de junio de 2009, fue opacada al morir el mismo día que Michael Jackson.


Haydée Balza


“No aguantaba una pedida cuando se trataba de quitarse la ropa -bromea el periodista Aquilino José Mata-. Su cuerpo rozaba la perfección”. Fue la primera actriz en desnudarse en la versión caraqueña de la obra Oh, Calcuta!


María Conchita Alonso


Tras participar en diversos certámenes de belleza, se dedicó al canto y la actuación. Cuando debutó como cantante bajo el apodo de Ámbar, María Conchita dejó muy poco a la imaginación con sus atuendos de bomba sexy. “Una aparición suya en la Feria de la Alegría, maratón sabatino de RCTV, animado por Henry Altuve, le generó una multa para el canal”, recuerda Aquilino José Mata.

Te veo a colores 

La era de la cinta magnética -para oír música, ver películas- dio paso a la popularización de un asombroso circuito integrado que revolucionaría nuestra manera de tratar con el mundo, el microchip. Adriana Boccalon @aboccalon

"Recuerdo la primera telenovela que se transmitió a colores en el país, Estefanía, con Pierina España y José Luis Rodríguez, por RCTV, a finales de los setenta. La familia se reunía en la sala para ver esa novedad, para al día siguiente comentarla en la escuela o el trabajo. ¡Todo un boom!", María Fernanda Martín, locutora.

Instantánea Polaroid


"Mi mamá tenía una cámara Polaroid. Era una bichota enorme que sacaba unas fotos malazas, pero uno disfrutaba muchísimo observando cómo se revelaba la imagen en segundos. Aunque me fastidia un poco que todos los días haya una cosa nueva. Imagínate, ahora yo hago las fotos con mi teléfono, ¡pero después no sé enviarlas!", Floria Márquez, cantante (@FloriaMarquez).

Calculadora Texas Instruments


"Yo estudiaba en la universidad cuando comenzaron a llegar al país las primeras calculadoras electrónicas de bolsillo. La mía era una cosa fea y pesada que hacía operaciones muy básicas, mientras el objeto del deseo eran las calculadoras científicas Texas Instrument que los estudiantes ricos llevaban en su funda colgadas del cinturón. Eran la envidia de los hombres y un atractivo para las chicas", Alejandro Álvarez Iragorry, consultor y bloguero ambientalista (@aalvarezi).

La fiebre del Pong


“La mitad de mi infancia la pasé jugando Atari 2600, también conocido como VSC, que incluía además del cuerpo de la consola, dos joysticks, dos controladores paddle y un cartucho de juegos. Mis preferidos eran Combat!, Adventure y, por supuesto, Pong, lo que simulaba un partido de tenis con una pelotica que iba de un lado a otro de la cancha”, Joaquín Manrique, maestro.

Computadoras personales


“Entre las más populares estaban la Apple I, que se vendía ensamblada y utilizaba periféricos específicos. Su precio era bastante alto, por lo que pocos pudieron darse el lujo de tener una computadora por aquellos años”, Nelly Suárez, abogada.


Mi laboratorio de revelado


"Por más de 15 años trabajé como fotógrafo con cámaras analógicas con rollo. Recuerdo la Nikon F con lentes intercambiables y una Hasselblad con maletín de cuero que me regalaron mis padres. En esa época tenía mi propio laboratorio de revelado blanco y negro, donde pasaba horas entre el tanque para revelado de negativos, tres cubetas para los baños del papel, termómetros, ampliadora, luces rojas, y cajas de papel Kodak y Agfa de distintos tamaños, acabados y texturas",

Ana Cristina Henríquez, cineasta.

El Betamax


"Fue increíble cuando pudimos comenzar a ver el cine en casa, y eso se debió a ese importante agregado de la televisión que fue el Betamax. Pasábamos días enteros viendo una y otra vez la misma película, ¡algo impensable hasta ese momento!”, José Domínguez Barboza, médico cirujano.

Moda audaz

"Se fortalece la liberación femenina y la ropa interior pasa a ser un tema de interés...para la oficina se usan trajes de sofisticado diseño" .

Del pantalón de bota acampanada hasta la actual variedad de estilo, iniciamos un recorrido por las tendencias de la moda que nos cautivaron en estas últimas cuatro décadas y media. Annie Suárez. absuarez@grupo-un.com

Con solo ver una foto, sabemos que se trata de la moda de los 70: pantalones de campana y de pata de elefante, el estilo hippie y la ropa india, las faldas y abrigos maxi, pero también mini, los cuellos con grandes picos a lo "Tony Manero", las plataformas y zuecos de madera y las grandes gafas con monturas descomunales.

Son los años del boom de la música disco, con su particular estilo de llevar. Esta época da continuidad y consolida procesos iniciados en la década anterior. “Se fortalece la liberación femenina y la ropa interior pasa a ser un tema de interés. No obstante, para la oficina se usan trajes de sofisticado diseño”, señala Francois Weffer, conductor del programa Los trapos y su gente, a la vez que Valentina Martínez, comunicadora social y experta en vestuario, retoma el punto de emancipación de la mujer de esa era. “Algunas son rebeldes y dejan de usar sostén; otras, con la conquista de espacios laborales, llevan ropa ejecutiva pero en diseños menos encorsetados. En ese contexto, aparece el wrap dress, de Diane Von Fürstenberg”.


A finales de los 70, el periodista Manuel Sainz recuerda haber usado un overol de blue jean muy holgado, camisas de bacterias y pantalones acampanados. Los zapatos deportivos no faltaban: tenía unos Adidas de gamuza azul, de rayas y suela blanca que siempre utilizaba. Además, mientras John Travolta causaba furor con Fiebre de sábado por la noche, Manuel recurría a una particular camisa con los botones cosidos a un lado de la prenda.

La plataforma marcó la estatura de las chicas. Eso es lo primero que evoca la actriz Julie Restifo cuando se remonta a esta década, junto con la bota ancha y la maxi falda. Su cabello quería imitar el “estilo flick” de Farrah Fawcett, lleva faldas de capa y las botas altas. Aparecen los tejidos de lentejuelas y el crochet hasta para lucir en la playa como parte de unos ajustados bikinis que, poco a poco, irían ahorrando tela en pos del atrevimiento.

Vamos al club 

La música disco, las baladas rock del quinteto de Liverpool más el pop europeo, dejaron su marca en el sonido de los cantautores que se abrían paso en el país. Paula Ortiz Vidal. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza.

Oscar vigente


"La cantidad de bailes que se hacían para la época era impresionante". Eso es lo que más extraña Oscar D' León de hace casi cuatro décadas. De cuando aún predominaban la eterna Billo's Caracas Boys y Los Melódicos, que, aunque fundadas años antes, siguieron activas y populares hasta casi los 90. Tras nuestras fronteras, Oscar recuerda a La Fania con gran admiración y un poco de desconsuelo. “Yo le contesté a Jerry Masucci (fundador) que para grabar con la Fania tenía que ser dueño de la misma y, por ende, nunca pude grabar con ellos”.

“Los clubes han desaparecido y es porque la gente se siente insegura y prefiere ponerle candado a las cosas”, lamenta, aunque ha tratado que su carrera evolucione con los años. De pasar a verse influenciado por la música cubana y los grandes la época de La Sonora Matancera -Celia Cruz, Celio González, Carlos Argentino, Bienvenido Granda-, se ha reinventado formando dúos con Tego Calderón, Caramelos de Cianuro, Reina Lucero y hasta grabando géneros que le eran ajenos, como la gaita y el de La mazucamba.

Su popularidad nació con sus éxitos televisivos y radiales. Y aún hoy, no faltaba más, Oscar mantiene el respeto del público. “La computación se ha robado el show y nosotros tenemos que ir de la mano con ello para mantenernos vigentes”, comenta, por lo que está presente en cuanta plataforma 2.0 se consiga y hasta en inglés interpretando temas de Sinatra.

Guillermo nostálgico


“Recuerdo que había muchos más sitios en donde tocar”. Y más que haberlos, los inventaban, comenta Guillermo Carrasco, quien anhela con nostalgia encender el radio y conseguir alguna emisora que transmita la canción deseada o “escuchar programas a altas horas de la noche, con la música 'especial' que no sonaba en horario diurno”. Aquella época. La facilidad con la que ahora se pueden producir discos independientes, lo somete a la difícil tarea de seleccionar lo que oye, esfuerzo con el que no está familiarizado.

Guillermo le ha ganado la batalla al tsunami que arrasó con la industria musical de la década siguiente. Su explicación no es un secreto. “La globalización industrial ha facilitado el acceso a diversos medios de producción y ello ha restado protagonismo y fuerza comercial a las empresas que se dedicaban a este ramo”. Sin embargo, el panorama no distaba mucho del actual: “había multitud de tendencias y estilos, una mezcla de los que venían de otros tiempos y de los que iban surgiendo”.

¿Sus influencias? Múltiples. Los solistas latinoamericanos que escuchaba de niño: Lucho Gatica, Tito Rodríguez, Alfredo Sadel. El rock llegó en su juventud con Los Beatles y los grupos vocales de la época: C,S, N&Y, James Taylor, Cream, Yes; así como las agrupaciones de colegas locales. Con los años cambian los gustos, las modas y las tendencias, pero lo que persiste -asegura Guillermo- son las emociones y los sentimientos del público, que hoy llegan exprés, “puerta a puerta”, gracias a las redes que, para bien o para mal, acortan las distancias.

Frank crítico



“El público no estaba tan segmentado, no había, como hoy, tantos estilos de música para escoger”. Los Beatles -que nunca faltan-, Jimmi Hendrix, Deep Purple, Grand Funk, Genesis y otros influyeron en el trabajo de Frank Quintero, tanto que quiso buscar la fusión del pop, rock y las baladas que desde siempre lo han caracterizado.

Frank, quien publicó su primer disco en 1976 -Después de la tormenta- recuerda que entonces no tenía apoyo televisivo, solo radial, lo que no le impidió hacerse de un público fiel, quienes apoyaban incondicionalmente a los artistas del momento: Edgar Alexander y Azúcar, cacao y leche, José Luis Rodríguez, Las 4 monedas, Los Terrícolas, El grupo Syma, La ofrenda de Vytas Brenner y la Fe perdida, y algunos más.

De sus 24 discos, el último fue lanzado este año, en medio de una industria que el artista califica como “más tecnológica y con carencia de lírica”. En 2009, CBS Columbia Venezuela (Sony Music) reeditó cuatro placas de Frank, a partir de los originales en acetato, demostrando así que, sea por nostalgia o excelencia, las modas o vuelven o nunca se van.

Sazón estelar 

El pabellón criollo y la reina pepeada lograron codearse con las crepes y el coq au vin durante el estrellato de la gastronomía local. Paula Ortiz Vidal. Fotos: Patrick Dolande.

El aumento de los precios del petróleo, la flexible política migratoria, más el desarrollo industrial y de infraestructura, no solo convirtieron a nuestro país en un cotizado destino -"Venezuela saudita" era llamada”-, sino que también impactaron el ámbito culinario. La bonanza económica propició el arribo de chefs de otras latitudes, fenómeno que catapultó la cocina de Caracas a las más altas esferas, a decir del historiador gastronómico Víctor Moreno Duque.

En la capital, fue la época de oro para la gastronomía francesa. De Francia y Suiza llegó el fondue, ya fuese de queso o chocolate, y la moda de beber vino blanco helado. El mundo adoptó postres americanos, como el cake de zanahoria y la forma de cocinar vegetales de la chef californiana Alice Waters.

Pierre Blanchard, según el crítico Miro Popic, sobresalió como el mejor cocinero galo que pasó por nuestro país, y en su restaurante, Le Groupe, estudiaron los primeros jóvenes interesados en aprender los secretos de la alta cocina. “En esa época se comía mejor en Caracas que en Nueva York -recuerda el crítico gastronómico Miro Popic-. Todo se acabó cuando llegó el Viernes Negro”.

A la par de las exquisiteces que rebosaban las mesas de los mejores restaurantes capitalinos, la comida rápida hizo su primera aparición: Tropi Burger, y las fuentes de soda de los Automercados CADA con sus hamburguesas Big Boy y un bocadillo llamado Submarino, evoca Moreno Duque.

Los sitios

El Dragón Verde fue el restaurante pionero en repartir a domicilio, mientras otros que brillaron en la época fueron el Henry IV, Gazebo, Amadeo, La Belle Époque y el Aventino, donde cada cliente recibía un diploma numerado: el primero fue para el Presidente Raúl Leoni, y el último para el periodista Alberto Veloz.

Qué buena cuña 

Un recorrido por las últimas décadas de la industria publicitaria venezolana revela piezas memorables y sus generosas dosis de nostalgia. Annie Suárez.

A la par de los estudios de mercado y las expectativas de retorno de inversión, en el mundo publicitario despunta un territorio manejado por el sortilegio de la creatividad y su capacidad de mover las emociones. En ese espacio, menos matemático, más artístico, la seducción es protagonista. "No se trata de crear necesidades falsas ni de engañar, sino de atraer y convencer para que el consumidor elija una marca. Aquí entra en juego la seducción", considera Manuel López, Director Creativo de JMC|Y&R.

“La seducción es un ingrediente bastante importante en la publicidad y todas las piezas realizadas en ese campo lo deben poseer”, de acuerdo a Reinaldo López, Vicepresidente Creativo de Nölck Publicidad. Aunque no existen fórmulas para el cumplimiento de dicha aspiración; si así fuera, “todo el mundo las usaría. La publicidad perdería gracia o tal vez todas las campañas serían célebres”, expresa López; y Ana Cecilia Díaz, Directora Creativa de Publicis, destaca la presencia ineludible de la inteligencia y el ingenio. “El lenguaje, las imágenes, los códigos… Todo debe ser percibido por los sentidos de forma agradable pero contundente”, asegura.

“La genialidad acá procura sacar a la luz elementos presentes en la cotidianidad pero que no son tan evidentes, tomarlos y convertirlos en algo relevante y significativo”, apunta María Carolina Jaso, Director Creativo de ARS. Pese a no conocerse la receta para enamorar al público y fijar, de antemano, campañas memorables, Lenin Pérez Pérez, director ejecutivo a/c Creatividad y Contenidos de Deep Saatchi & Saatchi, cita elementos decisivos: “misterio, grandes historias, despertar sueños, la creación de iconos o mitos con capacidad para inspirar. Sensualidad, recurrir a los sentidos. Intimidad, expresada en compromiso, empatía y pasión”.

Rutina Travolta

Al ritmo de la música disco, las rutinas de ejercicios reproducen los movimientos sobre una pista de baile, primer eslabón del recorrido por las últimas cuatro décadas del fitness. Madelen Simó Sulbarán.

Jazzercise

Quizá fue John Travolta -adonis en Fiebre del Sábado por la Noche (1977)- el genuino impulsor del baile como maniobra para lograr un cuerpo escultural; aunque Judi Pastor Misset había ideado ocho años atrás una disciplina para ejercitarse según la cadencia del ritmo de moda. Luego de convertirse en una exitosa franquicia, el jazzercise, padre del posterior aerobic, se extiende a lo largo de Norteamérica y otros países. Por lo general, las clases eran de una hora de duración y comenzaban con un período de calentamiento, seguido por movimientos de baile que comprendían los principales músculos en procura de la elevación de la frecuencia cardíaca.


En Venezuela, tal acondicionamiento físico fue difundido por Ileana Jacket, bailarina alemana residenciada en nuestro país, madre de la también actriz Sonia Smith, y una de las primeras figuras locales del fitness. Jacket -quien posteriormente participaría en telenovelas como Leonela y Cristal- mostraba sus rutinas de ejercicios en los programas matutinos de la década, y editó un video para que las mujeres, principalmente amas de casa, practicaran esta disciplina desde su hogar, sin necesidad de acudir a un gimnasio, que durante la época no eran lo suficientemente populares. Ella fue nuestra Jane Fonda.

Especial Web: Conceptualización Web: Andrés Tovar. Producción: Juan Fernández. Audiovisuales: Patrick Dolande - Clara González - Deborah Rodríguez. Diseño Web: Yéssica Sumoza. Programación: Miguel Ángel Martínez. 45 años de seducción: Dirección: Nilda Silva. Textos: Annie Suárez, Adriana Boccalon, Paula Ortíz Vidal, Madeline Simó Sulbarán, Aquilino José Mata. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza. Diseño: Daysi Vásquez, Rocío Jaimes, Rosa Castellanos.