Los 80 

Edición aniversario

Objeto del deseo  

"Ese galán debía ser buenmozo y, preferiblemente, un barítono, de voz media, cálida, honda y seductora". 

Los galanes de los años 80 comenzaron a ser audaces y hasta sexis para hacer vibrar al público en las ahora intensas escenas de amor. Annie Suárez - absuarez@grupo-un.com. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza

"No recuerdo que fuera una tarea fácil interpretar al protagonista de una telenovela. Debía estar preparado para muchas pruebas: ser muy paciente, asumir escenas de amor, situaciones conflictivas y persecuciones. Y, a pesar de todo ese ajetreo, verse impecable, sereno", describe Jean Carlos Simancas, quien, en esa década, sobresalió como el actor principal de dramas como Luisana Mía, Luz Marina, Tres amores, tres destinos y La Revancha.


Según Simancas, ese galán de los 80, además de ser un excelente actor, debía contar con determinadas propiedades físicas. “Ser buenmozo y, preferiblemente, un barítono, de voz media, cálida, honda y seductora”, comenta al actor dedicado por estos días al teatro. “Era y es muy importante que el look de un protagonista le gustase a todo el mundo”.

La buena disposición que tenga un paladín de esta categoría es fundamental para su éxito. “Difícilmente llegará lejos un actor al que no le guste la gente. Nunca he tenido problemas en firmar autógrafos y responder al cariño del público. En cuanto a los medios, para mí fue duro por aquellos días, la prensa de farándula era muy ruda y yo era muy reacio. Les recomiendo a los jóvenes actores de ahora que permitan que sea fluida esa comunicación con la prensa”.

- ¿Ese galán de los 80 debía tener una cualidad especial?

- Más allá de la estampa, tenía que estar revestido de una conexión especial con la gente. Era preciso que hasta la audiencia masculina quisiera parecerse a él. Pero, por sobre todo, debía ser el hombre que todas las mujeres quisiesen como pareja y que las madres quisiesen como esposos de sus hijas.

El objeto de mi afecto

Freda López 

Mientras Menudo y Guillermo Dávila robaban suspiros entre las muchachitas, irreverentes símbolos sexuales coparon la escena local. Paula Ortiz Vidal.

Tres reinas


Nuestra segunda corona del Miss Universo llegó en 1981, de la mano de la rubia Irene Sáez, entonces de 19 años de edad. Ese mismo año, Carmen Josefina León -mejor conocida como Pilín León- se haría del cetro de Miss Mundo. Dos años después, la morena de ojos castaños Bárbara Palacios repetiría la gesta universal. Palacios, a decir de Iván Dumont, fotógrafo oficial del Miss Venezuela, "fue y es todavía un icono de elegancia, tomando en cuenta que eso no significa tener un atuendo feo o bonito. Es una cuestión de energía".

Menudo


El grupo se formó a finales de los 70, pero fue con René, Xavier, Johnny, Miguel, Ricky, Charlie y Ray que alcanzó sus años dorados. Venezuela fue el país donde el grupo puertorriqueño realizó su primera parada. Los posteriores escándalos sepultarían a la agrupación, hasta llevarla a la devaluada versión MDO.

Madonna


La Reina del Pop marcó la década como ícono sexual a través de sus arriesgadas propuestas musicales y audiovisuales. La “chica material” revolucionó al mundo con la carga erótica de sus letras, y ni hablar de sus sostenes en punta, sus labios rojos y el provocativo lunar junto a la boca.

Fedra López



Nacida en Buenos Aires, a los 17 años comenzó su carrera artística con su padrastro en Juan Carlos y su rumba flamenca. Se exhibió en diminutos bikinis, enseñando sus atributos en la televisión, revistas, películas más calendarios que adornaron no pocos talleres mecánicos. Compartiría el delirio masculino con las sexis Herminia Martínez, Marisela Buitriago, Gigi Zanchetta y María Antonieta Duque.

Brooke Shields


A sus 15 años, esta actriz fue sinónimo de un bronceado espléndido, cabello sobre el pecho y escasa ropa en La laguna azul. Recordar la escena en la que la jovencita se convierte en mujer generó que muchos fantasearan con quedarse varados en aquel paraíso. Penzini evoca las “ultra sexies” publicidades de Shields para Calvin Klein, cuyo slogan causó revuelo al estampar en las vallas: “¿Quieres saber lo que se interpone entre mis Calvin y yo? Nada”.

Era de vedettes

El periodista Diego Montaldo recuerda que para aquel entonces y en lo que se refiere al espectáculo, Venezuela estaba muy hermanada con México, Argentina, Puerto Rico y España. Cantantes y bailarinas de esos países se paseaban por el territorio criollo llenando La Boite, en el Hotel Tamanaco, o La Scala, en el Centro Plaza. No importa que pisaran los 40, la mexicana Olga Breeskin –blanca de larga cabellera negra- y la argento-mexicana Thelma Tixou se dejaban ver por los canales de televisión locales.

Puro rollo 

Fue en los 80 cuando estas innovaciones tecnológicas se instalaron en nuestro país como nuevos artilugios de adoración. Adriana Boccalon @aboccalon

Microondas, el mejor invento



"Nada del perro, es el microondas el mejor amigo del hombre. El primero que tuve nos lo regaló Ricardo Montaner a Belén Chaparro y a mí cuando trabajábamos en el Bloque De Armas. Un día él llegó a una entrevista y vio que no teníamos dónde calentar la comida. Días después nos envió uno de regalo y así nos convertimos en las chicas más populares. Todos calentaban su viandita en Farándula", Atamaica Nazoa, periodista y locutora (@atacuaima).

Entrañable Walkman


"Lo vi por primera en enero del 81, mientras hacía temporada de verano en Mar de Plata, Argentina. Todos admiraron aquella maravilla. Luego me compré uno en Panamá, porque aún no había llegado al país. Era un Sony plateado que usé como herramienta de trabajo para aprenderme las canciones en los viajes ¡Y hasta grabé todo el Festival de Varadero!", Cecilia Todd, cantante.

El VHS cambió mi vida


"Mi vida cobró más sentido a los 5 años, cuando descubrí el VHS. Ahí veía mis películas favoritas. Recuerdo Las Tortugas Ninja, El Rey León y He-Man. Me encantaba retroceder las cintas para verlas una y otra vez. De todas las maravillas tecnológicas, el VHS me cambió la vida, fue mi primer acercamiento al mundo del cine", Alejandro Hidalgo, cineasta (@Alehidalgofilms).

Rollito de 36


"Toda la vida he estado cerca de un equipo fotográfico. A los 16 años empecé a trabajar en un Foto Studio y, poco después, me hice de una cámara que usaba rollos de 35mm, una Zenit-E. Luego vino una Zenit-TTL y, más adelante, mi querida Pentax K1000. Todas me acompañaron en mi trabajo de fotógrafo de matrimonios, quinceaños, primera comunión, lo que viniera. Era pura pasión por la imagen dentro de un rollito de 36 fotos, que siempre hacía rendir hasta 40...", Beto Benítes, actor, productor, director de cine y teatro (@betobenites).

Gigantesco primer celular


"Recuerdo una entrevista que le hice a la gente de Motorola cuando llegaron los primeros celulares al país. Me montaron en un carro porque solo allí podían operar esos teléfonos. El carro tenía una antena en el techo. También había un dispositivo colocado sobre el panel del automóvil. ¡Eran gigantescos! Me parecía estar viviendo el año 2500. Tanto, que llegué a sentir que se acercaba el fin del mundo", María Elena Lavaud, periodista y escritora (@melavaud).

La parabólica


"De un día para otro, crecieron como unos monstruos de metal sobre los techos de los edificios y las casas: la parabólica para recibir la señal de otros canales de televisión fue -además de una manera diferente de disfrutar de este entretenimiento más allá de los canales tradicionales- un motivo de envidia cotidiana ¡Todos querían una!", Ismael Suárez, periodista 

En modo Madonna 

desde la sofisticación de Joan Collins, hasta el provocador look de la llamada "ambición rubia". Annie Suárez. absuarez@grupo-un.com

No era inusual ver a alguien en la calle con casi la totalidad de los colores del arco iris en su atuendo. Es la moda de esta década una de las más recordadas gracias a sus volúmenes, tonos y exuberancias.

Todo era exceso. Por un lado, Madonna impuso su estilo con polleras pantalón, medias de red, leggings, tops crucifijos, guantes sin dedos y cadenas de strass; Michael Jackson popularizó las chaquetas, los pantalones de cuero y el uso de cierres; mientras las actrices “Joan Collins y Linda Evans, con deslumbrantes personajes en la serie Dinastía, fueron muy reproducidas”, recuerda el conocedor Francois Weffer.

La mezcla fue el tono distintivo, desde las botas militares combinadas con minifaldas, spandex con suéteres y pantalones de paracaidistas con calcetines altos. Los jeans también fueron protagonistas, gracias al tratamientos de prelavado que les dotaba de apariencia decolorada. Valentina Martínez, comunicadora social y experta en vestuario, destaca el rol de diseñadores como Vivienne Westwood. “Ella trasgredió lo solemne del Reino Unido, influenciando la escena de la moda”, acota. “Se usaron materiales como la lycra, el jean, el tul y el encaje”.


También, según la diseñadora y comentarista de moda Nanaro Lacruz, este batiburrillo de opciones fue aderezado por un estilo deportivo, con franelas, blusones, hombreras, leotardos y calentadores. Las piezas más emblemáticas entre las adolescentes fueron las remeras holgadas, coloridas, estampadas y con hombreras descomunales; también, los chalecos, las faldas rectas y las minifaldas.

En esta época, el estilo de la actriz Daniela Bascopé fue, por supuesto, bastante infantil. Ella recuerda las trenzas fluorescentes, camisas con relieves, zapatos de goma y en la muñeca no faltaban, a modo de pulsera, las liguitas que se despegaban de la tapa de las compotas. Todo ello acompañado de cantidades enormes de pulseras. Y, no faltaba más, en encendidos colores fosforescentes.

Esplendor musical 

El cabello alborotado de Melissa enardecía al público de Sábado Sensacional. Ni hablar de los suspiros que arrancó Guillermo Dávila cuando se hundía dramáticamente en un barco a la deriva. Paula Ortiz Vidal. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza.

Sergio versátil


"Fue lo más próximo que hemos estado de formar parte del primer mundo", asegura, sin titubear, Sergio Pérez. En los 80, los locales abrían hasta la madrugada, y no en vano, pues se mantenían con gente casi a diario. Sabana Grande era punto de encuentro para muchos artistas y sus seguidores, y abundaban los lugares para echar un pie. Conciertos en Mata de Coco o el Poliedro y grandes pintas para entra a la discoteca City Hall, marcaron la pauta de una época que no puede menos que clasificarse, entre otros adjetivos, como musical.

Fueron años de riqueza y complejidad sonora, sobre todo cuando se enredaba la cinta en el reproductor y, con un bolígrafo, procurabas volver a insertarla para escuchar Tan enamorados, en el lado A del tercer casete de Ricardo Montaner. La televisión transmitía los Premios Ronda como una súper producción, mientras los principales sellos discográficos formaban parte de conglomerados corporativos que incluían canales de televisión, emisoras de radio, discotiendas y agencias de espectáculos. El apoyo al músico era integral.

“En esos tiempos se grababa en 24 canales en cintas de 2 pulgadas, y para grabar debías hacerlo en un estudio de grabación”, rememora Sergio. Si la producción salía en casete, se podía oír en el novedoso Walkman de Sony.

Estudiado en Berkley, Sergio estuvo muy influenciado por el rock inglés y la música académica, desde Bach hasta Stravinski, pero nunca dejó de lado la música pop ni mucho menos la folklórica, fuera venezolana, celta, afrocaribeña y hasta árabe. Si hubiese existido un iPod en aquel momento, su aleatorio hubiese saltado de Bob Marley a Rubén Blades y de allí a The Police, o quizás a la banda sonora de Star Wars, a cargo de John Williams.

Karina “retro”



“El movimiento musical que mandaba era el pop”. Karina se entusiasma al recordar la creatividad musical de la época y, por supuesto, la moda. “Las hombreras gigantescas, los peinados encopetados, mucha laca, los colores, los neones, ¡los pasitos de baile tan cool!”, evoca. La diversidad, opina, fue lo que hizo estos años tan especiales. “Ningún artista se parecía a otro, las propuestas musicales y los looks eran muy diferentes y veías grupos rockerísimos como Poison o Aerosmith cantando las baladas más románticas del mundo”, sonríe.

No solo los formatos han variado. Para Karina, quien televisó su boda en 1998 por Sábado Sensacional, “todo ha cambiado” y el concepto de “estrella” se tergiversó. “Se perdió el glamour y la distancia, el artista tiene que tener altos números de seguidores o de vistas (en Youtube, likes en Instagram, Facebook, retuits en Twitter) y estar dispuesto a compartir los detalles de su vida”, comenta. Antes se firmaba con una disquera por varios años y se seguían pasos de promoción. Ahora, gracias al acceso a las redes -algo positivo para los artistas desprovistos de otras oportunidades- le llegan a un público universal y de forma directa.

A 46 años, se considera “retro”, pero agradece haber mantenido a un público leal, que no surgió con la inmediatez con los que nacen hoy. “Si no te transformas y te adaptas, desapareces como dinosaurio”, bromea.

Elisa hoy



“No es suficiente contar solo con las redes sociales”. Elisa Rego no duda que las plataformas 2.0 sean un excelente apoyo, aunque desconfía en que sean “sólidas” al momento de promocionarse. “Hay tanta información que se pierden los esfuerzos de muchos músicos y nada es duradero”, opina, por lo que extraña el soporte de las disqueras que se ocupaban de dar a conocer al artista.

Ante esta falta de espacios, Elisa prefirió no recordar tanto el pasado, sino comentar que ha formado en Miami, donde reside desde hace unos años, un dúo con su esposo, el productor Willie Croes. InTwo le permite tocar clásicos de los 80 una noche, jazz al día siguiente o algunos blues. “Me permite disfrutar de la música en distintos estilos”.

Elisa desde siempre se sintió deslumbrada por Annie Lennox, Tina Turner, Stevie Nicks, y más recientemente ha dejado colar novedades a su lista de ídolos, como Amy Winehouse y Sia. Lo más alucinante para ella fue el nacimiento del tecno dentro del pop, la aparición de las baterías electrónicas, las secuencias y los sintetizadores, que, considera, marcaron el estilo de las siguientes generaciones.

La publicación de un icono 

"Un punto de inflexión de la gastronomía nacional"

"Un punto de inflexión de la gastronomía nacional", así califica el historiador gastronómico Víctor Moreno Duque a la publicación, en 1982, de Mi Cocina, mejor conocido como el Libro Rojo de Don Armando, una referencia irrefutable en la cocina venezolana. Paula Ortiz Vidal. Fotos Patrick Dolande.

Respeto y cariño es lo que Armando Scannone ha sentido desde siempre por los fogones criollos. Y bien clarito se percibe en Mi Cocina, texto que cumplió con la responsabilidad de reunir en sus páginas las recetas de nuestra cocina. Mientras Ben Ami Fihman publicaba su columna de crítica gastronómica La cuadernos de la gula, la influencia francesa en nuestra mesa se fue perdiendo tras la devaluación de la moneda durante el llamado viernes negro de 1983 y el siguiente encarecimiento de los productos importados. También, en esta década se abrió paso definitivamente la cocina italiana, que hasta hoy ejerce una fuerte influencia entre las opciones culinarias. “Un plato de pasta es más económico que un foie gras o un maigret de cannard”, explica Miro Popic.

Tras unas primeras apariciones en el programa “Lo de Hoy”, a finales de la década de la década por RCTV, llega al escenario Ángel Lozano y su inseparable y silenciosa asistente, María. “Comencé en televisión haciendo platos sencillos y, cuando alguien me pregunta por qué no preparo langostas, aunque las pueda preparar, respondo que la langosta no es la realidad”, evoca.

Los sitios

Los 80 dieron paso a la comida rápida y cualquier platillo que fuera conveniente y portátil. A mediados de la década, exactamente en 1985, abre sus puertas en el país el primer McDonald´s, coloso que le disputaría clientela a Pizza Hut, Burger King, Arturo´s y Pinky Donuts.

Qué buena cuña 

Una niña entristecida porque quizá no coma jamón en Nochebuena, y una escultural y enigmática rubia (de la que nunca se conoció su cara) abren y cierran el estrellato publicitario de la década. Annie Suárez

A continuación, un breve inventario de las piezas publicitarias que fueron transmitidas durante esta década:

El bombón de Tio Rico cobra fama con una pieza musicalizada con el tema de Laura Pérez, la sifrina de caurimare del grupo Medio Evo. La protagonista de comercial fue Kristina Wetter.

Chiclets Adams hace del sonido de la sacudida de su caja amarilla su más reconocible sello distintivo.

Pepsi se esmera en competir con Coca Cola, y ofrece comerciales que ganan la atención del público.

El cantante Henry Stephen se consagraría por su adaptación del Limón limonero en la cuña de Lavan-San.

Renault lanza su modelo 21 y realiza un comercial con Eduardo Marturet.

Toyota se vista de color local con el comercial El macho tiene las ruedas bien puestas.

Mercantil produce el comercial sobre los nuevos cajeros automáticos Abra24 y se apunta al humor. Se hace conocida la frase "pipi,pipo y ya" .

El experto

“Seducir al consumidor no es una ruta de una sola vía. Son muchos los caminos. La interacción es fundamental, hacerse parte de la vida del consumidor”, indica Reinaldo López, Vicepresidente Creativo de Nölk Publicidad.

La era licra 

Quizá solo la laca sobre el cabello le riñó el protagonismo al elásteno que, como segunda piel, escoltó el look de los cuerpos mejor esculpidos de la década. Madelen Simó Sulbarán.

Aeróbic

Mallas estilo trajes de baño. Lycras tipo medias panty. Cinturones gruesos. Bandanas… el hoy pintoresco atuendo fue el ideal para recibir al aerobic, modalidad que, aunque introducida en 1968 por el doctor estadounidense Kenneth H. Cooper con la publicación de su libro Aerobic, fue durante la década de los ochenta cuando estalló en las caderas de los entusiastas del fitness.

Realizado a baja intensidad y con una duración de aproximadamente 40 minutos, fusiona la gimnasia aeróbica y el movimiento aeróbico con el fin de entrenar el corazón y definir la silueta.


Francis Terán, entrenadora deportiva y expresidenta del Instituto Nacional del Deporte, señala que tal actividad llegó a estas tierras a inicios de los ochenta. "En 1983, Venezuela se preparaba para recibir a los deportistas que participarían los primeros Juegos Panamericanos a celebrarse en nuestro país. Se desarrolló una campaña publicitaria enfocada en la práctica de ejercicios aeróbicos con el fin de mentalizar y preparar a la población hacia esta gran justa deportiva", recuerda. Entre nuestros más firmes precursores sobresalieron Elizabeth Monsantos, Alberto Charles, Alberto Salazar, Julio Rey, Ignacio Marín (Nacho), Sonia Quintana, los hermanos Terán (Francis, Marisol, Ivan), entre otros.

También fue esta la década cuando los gimnasios comenzaron a popularizarse en el país, convirtiéndose en poco tiempo las catedrales del entrenamiento físico. A inicios de los 80 había muy pocos. Terán recuerda el Centro Profesional del Este, ubicado en La Casanova, a donde asistían para ejercitarse las candidatas a misses y conocidos empresarios y políticos. No era mixto. “Lunes, miércoles y viernes eran los días para las damas; martes, jueves y sábado para los caballeros”, detalla Terán.

Especial Web: Conceptualización Web: Andrés Tovar. Producción: Juan Fernández. Audiovisuales: Patrick Dolande - Clara González - Deborah Rodríguez. Diseño Web: Yéssica Sumoza. Programación: Miguel Ángel Martínez. 45 años de seducción: Dirección: Nilda Silva. Textos: Annie Suárez, Adriana Boccalon, Paula Ortíz Vidal, Madeline Simó Sulbarán, Aquilino José Mata. Fotos: Patrick Dolande. Producción: César Demendoza. Diseño: Daysi Vásquez, Rocío Jaimes, Rosa Castellanos.