El Ekeko es venerado en seis países y adquirido en Japón

El Ekeko, dios de la abundancia y la fortuna, es venerado en al menos seis países. Llegó a ser exportado hasta Japón por los peruanos.

El diosecillo de la abundancia, el "duendecito boliviano", el Ekeko, Equeco es conocido y venerado en Ecuador, Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Perú y Bolivia como la efigie que atrae la fortuna y la fecundidad.

El Ekeko es un dios andino y se origina en Tiwanaku. Según la leyenda en 1781 Isidro Choquehuanca en el cerco a La Paz la ciudad no tenía comida y su novia Paula trabajaba en la casa del entonces gobernador Sebastián Segurola y su esposa Josefa Úrsula de Rojas Foronda, entonces Choquehuanca llevaba comida a su novia y a la familia con la que trabajaba, un día le dio un estatua del pequeño dios a su enamorada y cuando el cerco terminó el gobernador quiso brindarle un homenaje a este dios y así nació la feria de la Alasita.

En un escenario en el que Bolivia busca acreditar el origen nacional del Ekeko, ANF lo lleva a observar su carácter internacional.

En Ecuador, sobre todo en los años 80 las plazas de Quito se llenaban de gente cada 24 de enero para comprar un Ekeko y pedirle que no falte nada en sus hogares. Los lugares que tenían esta costumbre eran Quito, Canchi, Cotopaxi, Imbabura y a pesar que se va perdiendo la costumbre, la gente asegura que cumple con lo que se le pide.

En el caso de Colombia, también se comercializa el Ekeko como el diosecillo boliviano de la abundancia o el duendecito boliviano que da suerte en el amor y el empleo. En algunos casos lo venden con las instrucciones de uso para "atraer la fortuna". Allí se recomienda que no se olvide ponerle en la boca el cigarrillo, al lado un cenicero y variedad de comida, sin olvidarse de su mate de coca.

En Argentina, también en los años 80, tuvo muchos adeptos que tomaron al Ekeko como patrono de la fortuna en diferentes barrios de Buenos Aires. Ahora con la gran cantidad de bolivianos que residen allá son ellos los que impulsan su veneración y cada 24 de enero celebran la Alasita, a su manera. Venden artesanías en miniatura como talleres textiles o documentos de radicatoria. Una de las artesanías que más se vende, según los residentes, son los toros que para los argentinos significan abundancia.

Los residentes bolivianos en Brasil lograron festejar dos años consecutivos la Alasita en Río de Janeiro y en otras ciudades en la que se elige al representante del Ekeko que tiene toda la caracterización. Igual se venden billetes, casas, poleras y pelotas de fútbol en miniatura.

En el caso de Chile, en el norte, también creen en el Ekeko como la efigie de la prosperidad y cuando hay alguien que carga muchas cosas, lo llaman de esta manera.

En Perú, cada 24 de enero, se celebra "el día del Ekeko" en la que se presenta una imitación humana que representa a este diocesillo y todas las artesanías en miniatura las denominan alasitas. La ciudad de Puno es la más representativa para este festejo donde llevan al Ekeko a dar una vuelta por las principales calles de la ciudad. Después hacen sahumerios y le echan cerveza, champán y le piden que sus deseos se hagan realidad.

Hace unas semanas, Perú lanzó una campaña de promoción turística "más peruano que…"  en la que sale el Ekeko lo que causó molestias a la población y autoridades bolivianas.

En Bolivia se festeja al Ekeko en la Alasita cada 24 de enero en la que cada año se le hace un sahumerio y se le pide que no falte nada en la casa y se compra las artesanías en miniatura para que se vuelvan una realidad como un auto, una casa, un título de bachiller, etc.

El Ekeko y la feria de la Alasita son patrimonios culturales de La Paz. En 2014, después de 156 años, se recuperó la Illa del Ekeko que estaba en el museo de historia de Berna en Suiza.

Este diosecillo es de exportación. Los peruanos mandan ejemplares de Ekekos a Japón que los venden a 21 dólares. En el mercado de Yokohama los venden y recomiendan a las personas que lo hagan fumar los martes y los viernes para que cumpla sus deseos.

Una importadora peruana ofrece Ekekos en cinco colores dependiendo del deseo que uno quiera realizar. El amarillo para la alegría, bajar el estrés que es recomendable regalarlo, el anaranjado para tener éxito en los negocios, el rojo para atraer el amor, el verde para la salud y el bienestar y el azul para tener éxito en los estudios y atraer la creatividad.

Además también aparece en un capítulo de una serie de animé llamada "Ano Natsu de Matteru" en la que el personaje principal llega a su hogar de un viaje a Bolivia llevando el dios de la abundancia como un “souvenir”.