La conquista de los polos


Este texto es un breve relato de las dos carreras que contienen trazas de lo mejor y lo peor de los hombres.


A mediados del XIX, nuestro planeta estaba aún por explorar, pero entre todos los lugares ignotos destacaba el Polo Norte. El punto más septentrional del planeta atraía a los hombres más que a las agujas magnetizadas. Una región helada, inaccesible, despoblada, sin vegetación, sin caza, sin refugios, un lugar vacío de todo. Un lugar donde la vida se antojaba imposible. Un lugar desconocido, misterioso, oculto siempre a los ojos de los hombres. Ser el primero en alcanzarlo garantizaba la fama y la eternidad, y por eso la conquista del polo se convirtió en una obsesión. Una carrera enloquecida e infernal, que provocó naufragios, fraudes, asesinatos, suicidios y hasta episodios de canibalismo. 

La primera expedición de 1773 no llegó mucho más allá de los 80º, aunque su verdadero objetivo no era llegar al Polo en sí, sino verificar la existencia de un mar polar abierto.

En 1845 partió de Inglaterra la expedición del capitán John Franklin compuesta por dos buques, el Erebus y el Terror, y 128 hombres. Su objetivo tampoco era el Polo,  sino explorar el último tramo del Paso del Noroeste. Los dos barcos naufragaron y sólo se encontró las tumbas de algunos de los investigadores.

De hecho los restos del HMS Erebus no se localizaron hasta 2014, hundido cerca de la isla del Rey Guillermo, mientras que el descubrimiento del pecio del HMS Terror se hizo público el anyo pasado, encontrado también cerca de dicha isla.

Varias las expediciones de búsqueda de estos dos buques y rescate fueron dirigidas por sir Edward Augustus Inglefield quien en una de ellas, en 1852, descubrió el estrecho de Smith al norte de la bahía de Baffin. ¡Un paso hacia el norte libre de hielo!

Eso significó el resurgimiento de la hipótesis del mar polar abierto, y la señal de salida para toda una serie de expediciones que intentaban llegar al Polo Norte.




La época dorada de la exploración ártica

Más de una treintena de expediciones se llevaron a cabo en el Ártico a finales del siglo XIX. La más curioso es la expedición en el  globo Eagle de  Salamon Andrée. Tras caer el globo en el hielo la expedición, compuesta por tres hombres, continuó a pie. Sus cuerpos fueron encontrados más de treinta años después.  En la última anotación en su diario, Andrée escribe: «La moral permanece alta».

Y igual que ocurrió con el Polo Sur, con la carrera entre Roald Amundsen y Robert Scott, en las etapas finales de la exploración ártica se vivió también una carrera entre dos exploradores por conseguir la gloria de ser el primero en alcanzar el punto de los 90º. Aunque esta carrera, mucho menos épica, terminó de una forma bastante inesperada.

La carrera final al Polo:
Peary y Cook

En esta carrera para conquistar el polo Norte compitieron dos americanos: el médico Frederick Cook y el contralmirante Navy Robert Peary

La controversia polar tuvo lugar cuando Peary y Cook volvieron simultáneamente del Ártico de dos expediciones distintas y ambos afirmaban haber sido los primeros en llegar al polo.

En 1906 Peary partió desde la punta más septentrional de la isla Ellesmere (Canadá) hacia el Polo Norte en una expedición sobre trineos tirados por perros. A su regreso proclamó haber superado los 87º de latitud, el punto más septentrional jamás alcanzado por un hombre. Pero las anotaciones de su diario delatan que, para que eso fuera cierto, debería haber recorrido más de 130 kilómetros en un sólo día, sin pernoctar y en línea recta, hecho muy improbable.

En 1907 Cook organizó su propia expedición, partiendo de Annoatok (Groenlandia) y afirmó haber llegado al polo. Al principio es recibido como un héroe, pero pronto se le considera un impostor. A Peary no le costó demostrar la mentira y destruir la reputación de Cook, el soporte popular se decantó hacía Peary y arruinó a Cook


En 1909, Peary declara que ha alcanzado el Polo Norte. Lo expresa así: «¡El polo por fin! El premio de tres siglos, mi sueño y mi ambición durante veintitrés años. Mío por fin». En aquel momento se da crédito a su afirmación. 

Sin embargo, un siglo después, son muchos quienes creen que sus observaciones eran falsas. Hoy la mayoría de estudiosos creen que Peary jamás alcanzó realmente el polo. 

Las afirmaciones de Peary de haber llegado al polo han sido puestas en duda por las siguientes razones: a) ninguno de los cinco hombres que lo acompañaron en su expedición tenía conocimientos de navegación que pudiera confirmar independientemente su posición; b) las distancias y velocidades del viaje que afirmó haber conseguido para volver son tres veces más grandes que las que tardó en llegar en realidad: c) el seguimiento de un itinerario de ida y vuelta por una ruta directa - la única forma posible en que podría haver viajado- es contradicha por uno de los acompañantes. 

En 1996 se publicó el diario original de Robert Peary y fue entonces cuando se vio que las mediciones que publicó eran falsas. En realidad, Peary se había quedado a a 36 km del Polo. Finalmente, los estudios actuales certifican que ninguno de los dos exploradores americanos llegó a alcanzar el polo Norte

Quién alcanzó realmente el Polo Norte? 

El 1926 Amundsen y tres compañeros sobrevolaron el Polo Norte desde el dirigible  Norge. No lo saben, o no están seguros, pero son las primeras personas en ver el Polo Norte.

Finalmente fue en el año 1948 cuando un equipo de  24 investigadores siguiendo las instrucciones de Stalin, viaja en avión al norte con fines científicos y son los primeros en poner los pies sobre el Polo. Llegaron en avión, midieron y se fueron, en ese momento ellos no eran conscientes de que eran los primeros en pisar el polo.

El explorador británico Wally Herbert se convierte en el primer hombre en atravesar la banquisa polar y llegar al polo por su propio pie. 

El día 21 de febrero de 1968, una expedición liderada por el británico Wally Herbert y compuesta por otros tres expedicionarios y cuarenta perros, partía de punta Barrow, el punto más septentrional de Alaska.

Tras un viaje de dieciséis meses y 6.115 km la expedición llegó a la isla Spitsbergen, en el archipiélago Svalbard, perteneciente a Noruega, atravesando el océano Ártico por su eje más largo.

En 1969, el mismo año en que un hombre llegaba por primera vez a la Luna, otro hombre alcanzaba por primera vez el Polo Norte sin utilizar un medio de transporte mecanizado. Wally Herbert falleció en 2007, sabiendo que había sido el primero en conseguirlo.

Amundsen y Scott: la carrera por el polo Sud

Hace más de un siglo, el 14 de diciembre de 1911, el noruego Roald Amundsen al frente de un equipo de cinco hombres, alcanzó el Polo Sur por primera vez. El 17 de enero de 1912, 34 días más tarde, Robert Falcon Scott, junto con otros cuatro británicos, llegaba caminando hasta aquel mismo punto en el corazón del continente antártico. El primero retornó a la civilización; el segundo falleció mientras regresaba al campamento base. Uno se trajo el éxito; el otro quedó atrapado por el fracaso junto a sus compañeros. Ambos se convirtieron en héroes.

La conquista del Polo Sur fue una de las más dramáticas competiciones que había emprendido el ser humano.

Tras la supuesta conquista de Robert Peary al Polo Norte en 1909 todas las miradas se volvieron hacia la Antártida. Al observar la repercusión mediática de las hazañas de Cook y Peary, muchos exploradores quisieron convertirse en el primer hombre en llegar al punto más meridional de la Tierra.

Tanto Amundsen como Scott comenzaron a lo largo de 1909 sus preparativos para intentar conquistar el Polo Sur, tarea que se alargó en ambos casos a lo largo de 1910. A comienzos de 1911, tanto la expedición de Amundsen como la expedición de Scott ya tenían instalados sus campos base en la barrera de hielo Ross.

La barrera de hielo de Ross es una gran superficie de mar helada, un enorme campo de hielo de un espesor de varios cientos de metros, con un frente de más de seiscientos kilómetros de largo y elevándose entre quince y cincuenta metros casi en vertical sobre el agua.

Aquí fue donde las diferencias se empezaron a notar. Amundsen eligió como punto de partida la costa junto a la Bahía de las Ballenas, lugar donde instaló su campo base Framheim. Scott por su parte eligió el lado opuesto de la barrera de hielo Ross, junto al estrecho de McMurdo.

En octubre, los dos exploradores partieron con sus respectivos grupos, por un lado Amundsen con trineos empujados por perros y por otro lado, Scott utilizando trineos de motor, caballos siberianos y perros. El 14 de diciembre de 1911, la victoria por la conquista del Polo Sur fue de Amundsen, llegó 34 días antes de que llegara Scott.

La diferencia de los dos exploradores fue que Amundsen volvió sano y salvo, mientras que Scott no tuvo la misma suerte. Se rompieron los trineos de motor, los caballos tuvieron que ser fusilados, y los equipos de perros fueron con Scott y el resto del equipo a pie. Cuando llegaron al Polos Sur, se enteraron que Amundsen ya había llegado antes y a su retorno las características climatológicas eran realmente malas, dos miembros del equipo murieron y más tarde una tormenta atrapó a Scott. Solo sobrevivieron dos miembros del equipo que pudieron llegar al campamento base.

Un año después se encontró el cuerpo congelado de Scott. Mientras tanto Amundsen estableció un exitoso negocio y como hemos contado antes se convirtió en el primer explorador en sobrevolar el Polo Norte.

En 1928, Amundsen perdió la vida al intentar rescatar a un compañero explorador cuyo dirigible se estrelló en el mar cerca de Spitsbergen, Noruega.