Las comuniones son días muy especiales para nuestros hijos. Es su día, un día que comparten con su familia y amigos y en el que ellos son los protagonistas especiales de su propia historia.
Durante tres años comparten experiencias y momentos con amigos y profesores de religión y todo esto culmina en una fiesta inolvidable para todos.
Ella
Para las familias vienen días de trabajo. Hay que elegir restaurante, enviar invitaciones, comprar el traje para él y también para toda la familia.
Llegan días de hacerse una lista y comenzar con los preparativos de la comunión de nuestro hijo. ¡Se acerca el gran día!
Hoy nuestro post va dedicado a Laura y su familia. Por ser tan especiales, por contagiarnos tantas emociones y por dejarme que le ayudar a cumplir su deseo: La comunión de Laura.
Laura es una niña encantadora (como podréis haber comprobado en su sonrisa), una niña con fuerza y tesón. Tan pequeña y con tanta personalidad. Algo que me cautivó de ella desde el primer momento. Pero también, el orgullo de sus padres al verla tan decidida.
Es absolutamente increíble como alguien tan pequeñito puede hacer sentir algo tan gigantesco
detalles
Los detalles son esos elementos pequeños que marcan la diferencia de las cosas. Y sí, son siempre mis aliados en cualquier evento que llevo a cabo. Me encanta elegirlos cuidadosamente para tomen, en su individualidad, el protagonismo que merecen.
El mesero
La mesa dulce
Una mesa dulce con un retrato de esta niña, y diferentes dulces dispuestos de una forma atractiva, salpicados con los tenues colores rosa pastel, beig y verde mind (un color que ella nos pidió sí o sí) acercaron a los invitados a esta mesa tan dulce.
Todo la decoración estuvo guiada por la misma dulzura, incluso los detalles que se prepararon para los invitados en este lugar tan bonito como es Can Plasio, un restaurante con encanto donde los hallan.
