Un niño llamado Riccardo

Un bautizo italiano

La llegada de un bebé siempre es momento de felicidad en cualquier familia. Una vida que se une a la nuestra, un montón de emociones y aprendizajes que se instalan y que de repente, nos cautivan.

Por ello, celebrar esta llegada, presentarlo a nuestro círculo familiar es sin duda uno de los eventos más emotivos que nos llegan al taller de María Garland.

¡Bienvenido!

Hoy nuestra historia, porque cada cliente se convierte en una historia que nos deja huella y nos transforma, habla sobre el bautizo de un niño llamado Ricardo. Que tiene una mamá y un papá encantadores y que llegaron a nuestro taller para encargarnos decorar este día con muchísima ilusión.

Además, esta historia también es especial por que este bautizo se celebró en Milán, sus papás son italianos (de ahí que veréis el texto de la decoración en ese idioma). Y sí, nuestra creación cogió las maletas y allí se presentó.

Agradecer siempre es importante y necesario y nos permite estar más unidos con las personas que apreciamos. Para ello en María Garland realizamos un cartel de bienvenida al bautizo y además, creamos una nube de corcho con unas palabras de agradecimiento a todos.



Y que ellos puedan dejar sus emociones por escrito es un bonito detalle para recordar. Para ello utilizamos este marco con nubes de madera para que los invitados se expresaran.


Ternura

Los garlans no pueden faltar en ninguno de nuestros eventos, son parte de nosotras. Aunque hubieron más detalles como la inicial del nombre de Ricardo luminosa... Y todo eso lo enviamos a Milán para que sus papás lo decoraran ellos mismos.

Y es que muchas veces, estos desafíos nos ayudan a seguir creciendo. Los detalles de María Garland fueron hasta Italia y allí el amor siguió impregnándolo todo.