Encuestocracia y otras paranoias

 Las elecciones  peruanas 2016  mas allá de las encuestas.

A lo largo de la campaña electoral peruana del 2016 han aparecido diversas encuestas que han condicionas nuestras preferencias. Sus porcentajes marcan la opinión pública y la percepción de los ciudadanos . Aquí una crónica de un ciudadano de a pie.

El último simulacro de votación de Ipsos arroja un 46,9 a PPK de Peruano Por el Kambio y un 53,1 a Keiko Fujimori de Fueza Popular en relaciona a los votos validos. Tengo la percepción que las encuestas son como bocinas que ensordecen nuestros oídos y precipitan nuestro panorama electoral.

Pensando desde el deseo a veces creo que PPK va ganar. Luego salgo a observar a los medios en la ciudad y me encuentro con encuestas, datos, porcentajes y caigo en desesperanza. "Que va" “Ya fue” “Será”. Será que la china va ganar. La urbe tiene a veces un ritmo en desproporcionada información banal, de política casi siempre coyuntural. Los medios digitales casi siempre reaccionarios; tráfico, el apuro del día entre los carros, en fin. Incluso a veces en el desayuno una encuestocracia junto al pan.

Tomo un vaso de agua, un respiro y ha continuar. Vuelven nuevamente a las voces gritando titulares porcentuales durante el día y la semana. No sé si esto es vida, no sé si esto es real, no tengo tiempo para comprobarlo. Solo tengo un smartphone para consultar, a veces me ayuda, a veces me distrae y a veces me condena a información  superficial.

Luego vuelvo a los medios, a las encuestas, y todos arrojan una sensación de que Keiko va ganar.

Pensando con el sentimiento me es indiferente las encuestas. Pregunto a la señora del desayuno, me dice PKK, al taxista, me dice PKK. En la panadería mientras compro unos alfajores y me dice PPK. A la chica que me dejo y me dice Keiko va ganar, eso me puso a dudar un poco. Pero luego sigo en mi encuesta de a pie; al de seguridad, a la señora con el perro de las 5 de la tarde, al señor desconocido que me ayudó a encontrar una calle, a la chica guapa de la recepción . Todos me dicen que van votar por  PPK.

 Ahora, mi indiferencia hacia las encuestas no es meramente subjetiva. Tengo fuentes fiables con las cuales podría argumentar mi escepticismo.  Por ejemplo, solo bastaría recordar las ultimas elecciones del 2011 para saber que  las encuestas hay que tomarlo con pinzas; desde lejos, con calma, por partes  y en cucharadas.

Vuelvo a los medios. Con desesperanza y escepticismo, pero la curiosidad puede más que el temor y prefiere la decepción antes que la incertidumbre.Todos arrojan una sensación de que Keiko va ganar. No es científico esto, pero uno puede querer y tener convicciones claras sobre por quién va votar pero al encontrar noticias, los 7 días de las semana, de manera repetitiva y por todos los medios existentes anunciándote la victoria por centésimas porcentuales de Keiko. Hace que uno poco a poco pierda la fe, se ponga a dudar, y se pregunte ¿Será? ¿Será que ganará?

El segundo debate: Podría cambiar las cosas o nos iremos a llorar las penas.

Las encuestocracias son como voces que desde la puerta gritan nombres y porcentajes, anidan nuestra mente con mirada furtiva produciendo una paranoia social.  Con gráficos audaces y convincentes, porque además son buenos vendedores. Tienen sus científicos, tienen sus medios y seguidores, sus analistas y protagonistas, sus twitteros y voceros, sus feligreses asiduo y periodistas.

Sin embargo, todo lo dicho se puede ir al tacho después del ultimo debate.  Después del "Tu no has cambio nada pelona. Eres la misma". Todos coinciden que  en esta semana todo puede cambiar y el panorama lejos de las encuestas ahora hay nuevos imaginarios en la mente  de todos los peruanos. En este contexto,   las frases, perspectivas y sensaciones del último debate  serán los presupuestos  determinantes para reforzar posiciones,revertir  tendencias o definir algunos votos.  En mayor medida definir los votos  de aquellos indecisos, lo cual  será determinante, los cuales al final definirán estas elecciones.