Voy a publicar tu foto… en Internet

La maravilla de la tecnología combinada con a inexperiencia y el desconocimiento de muchos pueden jugarles una mala pasada.

¿Dejaría la puerta de su casa abierta? ¿Colgaría en el balcón de su hogar fotos personales y de sus familiares? Quizás usted amigo lector, tal cual lo hicieron estudiantes de la escuela profesional de arte El Cucalambé a los que 26 entrevistó, contestaría de forma negativa a todas estas preguntas; sin embargo, precisamente eso es lo que a diario hacen los usuarios en las redes sociales, como Facebook, sin que medie el más mínimo pudor.

El pasado año la Mayor de las Antillas fue el país que mayor crecimiento experimentó en las redes sociales. De acuerdo con el informe Digital in 2017 Global Overview, en el calendario precedente los cubanos en este tipo de plataformas crecieron un 365 por ciento con respecto al 2016, mientras que la tecnología móvil se alzó con los indicadores internacionales más altos como punto de acceso a Facebook, Twitter, Instagram…, con 2,6 millones de nuevos usuarios y un aumento del 385 por ciento.

El propio reporte y analistas señalan que detrás de estos números están los progresos del Programa de Informatización del Estado. Cifras oficiales indican que, solo el año pasado, el país vio dispararse sus indicadores de conectividad digital con un incremento de más del 300 por ciento. Se activaron 600 mil nuevas líneas móviles, lo que colocó el total de estas en 4,5 millones; se produjeron 250 mil conexiones diarias a través de los más de 500 puntos de acceso públicos a Internet existentes a lo largo y ancho del Archipiélago.

Y aunque la calidad del servicio y su relación con los precios actualmente es una de las insatisfacciones más grandes de los usuarios cubanos, desde el 2016 la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A., única proveedora de estos servicios en el país, comenzó a implementar varias medidas como la disminución de las tarifas y la apertura de nuevas ofertas.

Más allá de las oportunidades que se crean con la necesaria y ansiada penetración de Internet, el fenómeno abre también un debate sobre las implicaciones de la conectividad para la vida cotidiana de los cubanos. La intimidad o privacidad en Internet es un tema polémico y constante para los países que ostentan indicadores superiores de desarrollo tecnológico; sin embargo, en Cuba no existe aún una percepción del riesgo, aunque las víctimas ya no son tan esporádicas.

La cara oculta de Internet

Salió a la calle y tuvo la sensación de que todas las miradas recaían sobre ella. Una llamada desde el otro lado del Atlántico la advirtió de que fotos suyas íntimas circulaban por Internet y entonces quiso que la tierra se la tragara. El supuesto culpable, un exnovio, se justificó con el robo del teléfono y quedó avergonzada e impotente sin otro recurso que alejarse de los espacios públicos, digitales y reales, y esperar que el tiempo pasara.

Otra amiga suya tuvo que ir al Telepunto porque recibía en las madrugadas llamadas misteriosas. Aterrada escuchó cómo desde el otro lado de la línea una voz deformada le decía su nombre, apellidos, dirección e, incluso, la llamó para felicitarla el día de su cumpleaños. ¿De dónde había sacado toda esa información el dueño de aquel número desconocido? Cuando cambió su número de celular, y este ya no aparecía en la aplicación EtecsaDroid, cesaron las impertinentes llamadas.

Samira Aguilera Rodríguez, adolescente que cursa estudios en la escuela profesional de arte El Cucalambé, confirma que conoce historias similares de amistades a quienes después de algún problema con alguien este se ha vengado colocando fotos comprometedoras o jocosas en Facebook.

Su colega Susana Núñez Oro coincide en que eso demuestra que "en las redes sociales hay que tener cuidado, porque existen hackers que pueden entrar a tu perfil y hacer lo que quieran. También hay quienes te tiran fotos sin que te des cuenta y luego las suben para burlarse de ti o las usan para cualquier cosa".


Para los adolescentes que participaron en el grupo de discusión convocado por 26, navegar por Internet es una actividad cotidiana; sin embargo, aun cuando reconocen los posibles peligros que allí existen no practican medidas de seguridad básicas para protegerse. Inquiridos sobre la forma en que seleccionan a las personas a las que envían solicitudes de amistad la mayoría confesaron guiarse por las fotos de su perfil o sus comentarios, aunque se tratara de personas que no conocen en la vida real.

“Al final uno publica todo y realmente da toda la información de lo que hace en cualquier momento”, dice uno de los adolescentes.

Pero no se trata de un fenómeno circunscrito a esta realidad. Recientemente un proveedor de servicios de Internet en Europa realizó un experimentó social que consistía en incluir en su contrato de servicio, como parte de las obligaciones de los usuarios, el deber de limpiar inodoros públicos y acariciar mascotas sin hogar. Mil 200 personas aceptaron los términos del contrato antes que uno descubriera las inusuales obligaciones. Resultado: casi nadie lee las condiciones de uso o el manual de usuario.

Expertos opinan


El hecho de que en Cuba se viva cierto retraso en la penetración de Internet ha llevado a algunos a pensar que la seguridad y protección de datos es una cuestión todavía muy alejada de la realidad. Para Wílliam Amed Tamayo, especialista del Grupo de Desarrollo de los Joven Club de Computación en Las Tunas, la existencia de esta brecha digital no significa que seamos invulnerables a este fenómeno.

"Los mismos problemas que podría tener una sociedad avanzada tecnológicamente los vamos a tener nosotros; los virus o ataques que puedan llegar allá también podrían llegar hasta aquí", dice.

Para Tamayo hay un peligro potencial porque ya las personas tienen Internet en sus casas, y es la computadora personal o el teléfono los que están expuestos a una red pública y todo lo que se descargue puede ser un peligro potencial para la información en la máquina.

Por otro lado el experto señala fenómenos como el robo de contraseñas en las zonas Wifi, una estafa bastante compleja cuya ocurrencia denota el nivel de organización que han adquirido quienes delinquen de esta forma.

“El usuario y la contraseña es la clave de la mayoría de los servicios en Internet. Haciendo una analogía la contraseña es como la puerta de tu casa. Todos los recursos que tienes un tu morada virtual están protegidos por esa contraseña y el momento en que te la roben o te hacen una copia vas a perder tu información. Lo que está pasando con las cuentas Nauta de Etecsa tiene mucho de esa ingeniería social como falsificación de los portales, la suplantación de las identidades. Todas esas cosas hay que saberlas identificar porque son tu protección en el mundo virtual”.

Desde el punto de vista tecnológico la propia compañía telefónica cubana dio pasos necesarios y demorados en ese sentido con el fortalecimiento de sus sistemas y servidores, luego de que en un primer momento el servicio se abriera sin que se garantizaran todos los protocoles de seguridad necesarios. En la actualidad, si el dispositivo desde el que se conecta le advierte que está entrando en un sitio no seguro, probablemente se trate de alguien tratando de robarle su cuenta.

La otra cara del asunto tiene que ver con las normativas legales que existen en el país. Zahira Ojeda, profesora de Derecho de la Universidad de Las Tunas, estudia el tema como parte de su tesis de doctorado y considera que si bien es loable el esfuerzo del Estado cubano para avanzar en la informatización de la sociedad, a pesar de los problemas económicos, no ha existido un acompañamiento jurídico a todos los pasos que se implementan. Y no es que no se haya legislado, sino que el alcance es muy incipiente, circunscrito a la protección de equipos y la restricción del acceso a la información, cuando universalmente se prefiere promover los derechos al acceso a la información pública y a la protección de datos personales.

“Si bien en los Lineamientos y la Política de Informatización se habla de desarrollar leyes para incentivar la concientización sobre peligros de Internet, las que vinieron después no establecen las normas para la protección de los ciudadanos cubanos de hechos como por ejemplo el robo de cuentas y saldos en las zonas Wifi, o la utilización de la información que aparece en las bases de datos de Etecsa para incorporarlas a aplicaciones”, explica Ojeda.


Para la investigadora el vacío legal que existe en el país implica una afectación a los ciudadanos que va más allá del uso de Internet, toda vez que varias entidades han comenzado a informatizar sus procesos y digitalizar sus archivos. ¿Acaso no sería conveniente un amparo jurídico para garantizar que toda la información de los registros notariales se realice con calidad y que en caso de un error atribuido a la institución el usuario no tenga que volver a realizar el trámite con el consecuente gasto de tiempo y dinero? ¿Qué pasaría si las historias clínicas o los registros de cuentas bancarias de pronto fueran hackeados y esa información se utilizara para chantajear o coaccionar a las personas?

“La propia seguridad nacional está en riesgo porque es inmensa la cantidad de datos personales que se piden en Internet, los cuales pueden ser utilizados para elaborar perfiles”, dice la profesora universitaria.

Al respecto, recientemente la comunicóloga cubana Rosa Miriam Elizalde ha publicado varios artículos y conferencias en los que demuestra la utilización de las bases de datos de Facebook para promover tácticas de guerra de cuarta generación en Venezuela. Otro tanto ocurrió en la Primavera Árabe y se pretende replicar estas experiencias mediante la Fuerza Operativa en Internet contra Cuba, que bajo aparentes banderas filantrópicas en realidad aspira a socavar la sociedad cubana.

Internet, ¿bueno o malo?


Con esas nubes en el horizonte a Internet le han surgido, en Cuba y en el mundo, no pocos detractores. Sin embargo, renunciar a ella sería comprometer el desarrollo económico y social del país en una época en la que la informatización ha sido llamada como la nueva revolución industrial del siglo XXI.

Para Wílliam estas tecnologías son el reflejo digital de la sociedad en que vivimos, con todo lo que eso implica: beneficios para hacer cosas con mayor agilidad, pero también riesgos, entre los cuales el más relevante es la privacidad.

"Hay que conocer cuándo estoy accediendo a un sitio web seguro, qué información puedo ofrecer; y recodar que al compartirla, esos datos van a algún lugar, se almacenan, y por tanto alguien podrá acceder a ellos en el futuro. Otro detalle es leer las políticas de privacidad, cosa que casi nadie hace. La de Facebook, por ejemplo, dice que toda la información que subas, aunque sea tuya, es de su propiedad", advierte el experto del Grupo de Desarrollo de los Joven Club de Computación en Las Tunas.

Por su parte, para la investigadora Zahira, Cuba está en la necesidad de promover e incentivar el acceso tecnológico, pero además, debe buscar vías desde la legalidad y la educación que aseguren que el ciudadano cubano desarrolle una responsabilidad tecnológica: ¿para qué uso Internet?, ¿a quién le cedo información?

La próxima vez que se conecte, amigo lector, asegúrese de proteger sus credenciales y luego moverse de forma segura en la red.

Voy a publicar tu foto… en Internet

La maravilla de la tecnología combinada con a inexperiencia y el desconocimiento de muchos pueden jugarles una mala pasada

Textos: José Armando Fernández Salazar e István Ojeda Bello

Fotos: István Ojeda Bello Infografía: Reynado López Peña