El Arca Rusa

La gran obra de Sokurov

El arca rusa --la película número trece en la filmografía de ficción de Alexander Sokurov, el aventajado discípulo de Tarkovsky-- destaca por ser el primer film en formato de alta definición sin comprimir, y el segundo sin editar. Se rodó en una sola toma de 90 minutos con una Steadycam profesional. La primera obra de este tipo fue Timecode, un drama dirigido en el año 2000 por el director norteamericano Mike Figgis. Al igual que El arca rusa --que es un paseo de ensueño a través del Museo del Hermitage de San Petersburgo y un recorrido de trescientos años por la historia de Rusia-- la toma contínua realizada por cuatro cámaras con las que Figgis filmó Timecode, también tiene una duración de noventa minutos.


El estilo que Sokurov empleó para su rodaje –una combinación de Fellini y Kubrick, pero filmada enteramente con un único plano-secuencia– deslumbró por completo a la crítica cuando, el 21 de mayo de 2002, fue exhibida en la “Sala Buñuel” en Cannes.

El equipo dirigido por el cineasta ruso disponía de un solo día para rodar la película, ya que el museo –gracias a un permiso especial– iba a ser cerrado expresamente para la filmación. Decidieron que si algo salía mal en los primeros 20 minutos, habría que empezar todo el trabajo de nuevo. Y las cosas salieron mal en tres ocasiones. Fue durante su cuarto y último intento –la luz natural empezaba ya a desvanecerse– cuando lo consiguieron. Noventa minutos de caminata con la cámara en mano a lo largo de los mil quinientos metros de lujosos pasillos que tiene el Museo, con dos mil actores que lo representan todo, desde la época de Pedro el Grande hasta el presente. 


Gran parte del mérito de la inolvidable secuencia que compone el paisaje y la orquestación increíble de "El arca rusa", se debe al cámara y director de fotografía alemán Tilman Büttner, que junto al propio Sokurov, debe considerarse también un genio en esta nueva era del cine. Büttner se convierte así en el alter-ego del propio Sokurov. Pasea –cargado siempre con una steadycam de alta resolución que pesa casi 30 kilos– por las espléndidas estancias del Hermitage, como el que camina por un túnel del tiempo.

Sokurov y Büttner consiguieron, sin lugar a dudas, una película visualmente impresionante. Y no es una película nada fácil. El espectador 'normal', en ciertos momentos, la puede considerar algo lenta. Y es que cuando se filma en una sola escena –y el tiempo es real– el deambular por los pasillos de un museo en búsqueda de fantasmas históricos puede ser a veces muy impactante y poco habitual. "El arca rusa" es, no lo olvidemos, la obra de un director de cine experimental ruso, autor también de Padre e Hijo, El Sol y Alesandra son posteriores), pero su puesta en escena es virtuosa. En este “Arca Rusa” cabe un amplio contenido histórico; y también cultura con mayúsculas, luz y arte. 


Sokurov recrea magistralmente un viaje por el espacio y el tiempo. Un tiempo y un espacio –el que narró en su día el marqués Adolphe de Custine– por el que se vislumbran figuras como las de Pedro el Grande, Catalina II, Nicolás I, Nicolás II, Alexandra o Anastasia… El grandioso escenario visual de la Gran Escalinata del Palacio, por el que terminan saliendo cientos de extras, es uno de los mejores momentos de la película.

Afortunadamente para la cultura, Sokurov pudo filmar una de las mejores películas de los últimos tiempos en uno de los museos más impresionantes del mundo. Un museo que fue protegido por cientos o miles de personas del asedio de las tropas nazis, que rodearon la ciudad durante 900 días y causó la muerte de un millón de personas. De lo contrario, esta riqueza habría sido completamente saqueada y destruida.