El aumento
de la gasolina

 Todo lo que necesita saber



El presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció en cadena nacional el aumento de la gasolina. Últimas Noticias y El Mundo, Economía y Negocios ofrecen a sus audiencias un especial con toda la información para comprender la medida económica más importante de los últimos años



Editorial

No se qué pensarían ustedes si supieran que hace más de 20 años, en 1994,  de acuerdo con una encuesta de la empresa Mercanálisis, que se realizó en las ocho principales ciudades del país, comenzando por Caracas, se reveló que el 56% de los consultados creía que "no era nada necesario" el incremento del precio de la gasolina, y apenas 24% pensaba que era "muy" o "algo necesario". 

Desde un tiempo largo, esas opiniones han venido cambiando. Cuando, por ejemplo, se comparaban los costos de producción de un litro de gasolina con el precio de una botellita de agua “mineral”, la inmensa mayoría se mostraba de acuerdo con el aumento, con algunas gradaciones, como es lógico.

En una reciente consulta que hizo Últimas Noticias en la web, se conoció que muchos de quienes declararon no estar de acuerdo con el incremento, lo hacían porque creían que debió aumentarse antes. Y en efecto, ya desde hacía algún tiempo la mayoría se pronunciaba por el alza de los combustibles. 

Prácticamente se regalaba la gasolina, si se comparaba con sus costos de producción y con el precio en los demás países. En Venezuela “se pagaba por echar gasolina”. La reacción habida, hasta la noche del jueves, reveló que la inmensa mayoría de los venezolanos estuvo de acuerdo con el aumento, lo que deja ver que no tenía explicación una tan larga demora para tomar esa medida. 

DÍAZ RANGEL
Director General de la Redacción Única del Grupo Últimas Noticias

 Bs.1 y Bs.6
en precios de la gasolina



La medida de aumento se concretó y, sin embargo, Venezuela sigue encabezando la lista del país con los combustibles más baratos del mundo.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció el 17 de febrero en cadena nacional, que la gasolina de 91 octanos elevaba su precio de 0,070 bolívares por litro a 1 bolívar, mientras que el carburante de 95 octanos pasaba de 0,097 bolívares por litro a 6 bolívares. Los ajustes en términos de porcentajes podrían lucir increíbles, sin embargo, en términos reales no lo son.

El carburante de 91 se multiplicó por 13,28 veces. mientras que la de 95 lo hizo por 61 veces. Llenar ahora un tanque de 40 litros, en el primer caso significaría una erogación de Bs.40 mientras que en el caso de la segunda el conductor deberá cancelar Bs.240.

De acuerdo con Maduro, la medida llegó para quedarse. Estima que es preciso mantener el sistema en el tiempo, aunque no dio detalles de cómo se aplicaría de cara al futuro, y que variables estarían involucradas.

"Ha llegado la hora de que también instalemos para los años futuros un sistema que garantice el acceso a los hidrocarburos, pero que garantice dos cosas. El pago de lo que se invierte para producir esa gasolina e inclusive procurar el funcionamiento sano de Pdvsa y de nuestra industria y un poquito más siempre hay un plus, un extra", indicó.

Para exorcizar demonios, el mandatario hizo un llamado a “sus amigos transportistas” a quienes pidió “paz y respeto junto al pueblo” para la toma de las medidas necesarias que requiere el país.

“En el marco de la Misión Transporte, seguramente se han tomado decisiones para espaciar los aumentos de manera justa y controlada”, señaló, al tiempo que pidió diálogo para debatir las diferencias.

Maduro hizo una extensa explicación de las necesidades de ajustar los importes. Reconoció que el debate era de larga data, y que “2015 no fue el momento para un nuevo sistema de precios de la gasolina venezolana”.

Refrescó también que el año pasado se abrió un debate sobre el tema y que “todos sabían que había apoyo mayoritario para aumentar los precios”. Argumentó que por ser un año electoral se abstuvieron para evitar que factores violentos se ampararan en la medida para generar caos.

“Sabemos que es la gasolina más barata del mundo. Sabemos que el Gobierno y Pdvsa pagamos por echar gasolina. Sabemos que los bomberos de las estaciones de servicio se quedan con más plata de lo que la gente paga por la gasolina", enumeró.

Puntualizó además que taxistas y mototaxistas saben que la gasolina es una parte “muy minúscula” en sus estructuras de costos. Aseguró que un tanque de 100 litros se llenaba con Bs.10, mientras que un pasaje significa Bs.20.

El destino de los recursos en su totalidad será el Fondo Nacional de Misiones, Grandes Misiones y Micro Misiones, una estructura creada en el marco de la Ley Habilitante de diciembre de 2014, informó el mandatario nacional


El aumento del combustible en nuestras portadas  





2.500 millones de dólares al año se perdían en subsidio por la diferencia entre el costo de producción y el precio de venta del combustible

El ABC de la medida


La determinación de no ajustar los precios de la gasolina ha sido una de las decisiones más complicadas para los gobiernos venezolanos


La imposibilidad de tomar esta medida siempre estuvo vinculada al hito que significó "El Caracazo", sombrío episodio de la historia del país, que frenó los ímpetus del Ejecutivo, a pesar de que analistas de diversas tendencias aseguraban que las condiciones políticas y sociales no podían ser equiparadas.

La administración del fallecido ex presidente Hugo Chávez gozó de precios del petróleo récords. Desde el año 1999 el valor del hidrocarburo inició una carrera ascendente por más de una década. En 1999 la cesta venezolana de crudos se cotizó en torno a 16 dólares, pero en 2005 su valor promedió 45,74 dólares, para despuntar en 2008 hasta 86,49 dólares, y alcanzar, luego de algunos bemoles de la economía global, 103,42 dólares en 2012.

La medida que se anunció en reiterados momentos, quedó allí, a pesar de que las pérdidas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) comenzaron a hacerse evidentes, como también la necesidad de corregir la distorsión que se generaba entre costo y precio al detal de la gasolina. Cálculos del entonces presidente de la estatal petrolera, Rafael Ramírez precisaban que las pérdidas internas para Pdvsa por concepto de subsidio a los combustibles giraban en torno a 2.500 y 3.000 millones de dólares anuales.

El presidente Nicolás Maduro, ha tenido que lidiar con un estrepitoso desplome de las cotizaciones del hidrocarburo que mantiene en jaque las finanzas de la nación, además de enfrentar una crisis económica de ribetes importantes.

El mandatario giró instrucciones para debatir el tema y aseguró que más del 70% de los venezolanos aprobaban la medida. Los esquemas que se lanzaron desde el oficialismo, indicaban que la acción debía ser tomada con premura.

La esencia de las propuestas apuntó a que el nuevo precio de la gasolina de 95 octanos obligaría a los conductores a migrar a la de 91 octanos, con el fin de erradicar la regresividad que ha imperado debido a los casi imperceptibles importes de las gasolinas.

El presidente de Pdvsa y ministro de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, ha insistido además que la iniciativa de crear un gran diferencial entre el carburante de 95 y 91 octanos tiene como finalidad propiciar una nueva matriz de consumo energético en el país.



12.500 millones de dólares por costos de oportunidad dejaban de entrar a las arcas del país, por lo que la estatal petrolera dejaba de vender en el exterior y que representaba cerca de 2,5% del PIB

Los antecedentes


Hace 71 años Venezuela pasó a ocupar el primer lugar entre los países con la gasolina más barata


En diciembre de 1945, durante el primer gobierno de Rómulo Betancourt, se procedió a reducir drásticamente el costo de todos los productos y subproductos del petróleo. Hasta ese momento se cobraba a precios del mercado.

El decreto se basaba en "la inmoralidad de que en un país productor de crudo se vendan los combustibles a precios internacionales a sus ciudadanos". Betancourt insistía en que “era insólito que en el primer país exportador de petróleo, rigieran cotizaciones tan altas para la gasolina y los carburantes”.

Esa administración no solo movió el sólido piso a las transnacionales petroleras que habían gozado de amplios beneficios, sino que sacrificó 20 millones de bolívares –un dineral para la época- del presupuesto nacional, al rebajar el impuesto al consumo de combustible a menos de un céntimo de bolívar por litro de gasolina. Impuso, además, sacrificios monetarios a las grandes compañías refinadoras y detallistas.

La gasolina permaneció por espacio de 36 años (1945-1981) en el mismo precio que oscilaba entre 0,18 y 0,22 bolívares (viejos) por litro, mientras el consumo se incrementaba, ayudado por el enorme gasto que originaron los abundantes ingresos petroleros.

En una economía embriagada de petrodólares, no había porqué ocuparse ni preocuparse del “ridículo” valor de los combustibles. Y aunque luego vinieron períodos de “vacas flacas”, ni Raúl Leoni, Rafael Caldera o Carlos Andrés Pérez se atrevieron a subir los costos del combustible.

Incluso, con la crisis monetaria, cambiaria y fiscal del “Viernes Negro” en pleno desarrollo, Luis Herrera hizo un saludo a la bandera y decretó un ligero aumento de los combustibles desde 0,21 bolívares por litro (BsF. 0,00021) a 0,88 bolívares por litro.

Jaime Lusinchi, ante las graves presiones fiscales, aumentó subrepticiamente la gasolina desde 0,88 bolívares (Bs.F.0,00088), a 1,38 bolívares por litro.

En 1989, Carlos Andrés Pérez regresó a Miraflores, pero su carisma no bastó para potabilizar socialmente un duro paquete de medidas económicas, que incluyó un aumento en tramos de 100% en el valor de los combustibles y un ajuste en el transporte colectivo.

El 27 de febrero de 1989, a horas del anuncio del “Gran Viraje”, hubo protestas masivas en Guarenas y Caracas en medio de una dura represión militar. Tras “El Caracazo”, quedó la percepción de que “la gasolina es un componente incendiario en la sociedad venezolana”. El aumento continuo de “un mediecito” fue suspendido.

En esa gestión se suprimió lo que se conocía como gasolina baja y quedaron solo dos presentaciones. Esta decisión hizo que el precio promedio pasara de 1,36 bolívares por litro a 2,64 bolívares. Más tarde, el segundo gobierno de Rafael Caldera subió la gasolina entre 500% y 600%, en el marco de la Agenda Venezuela. Este es fue último aumento aplicado, que se ejecutó en medio de un consenso político, hasta hoy luego de 20 años.

Desde el 2000, el incremento de la gasolina estuvo sobre la mesa, durante la gestión del ex presidente Hugo Chávez, pero la medida nunca se tomó, pese a que el propio mandatario era consciente de que ese precio era absolutamente irreal. La posibilidad de que se reeditara “El Caracazo” fue la piedra de tranca.




20 años duró la congelación del precio de los combustibles. El último ajuste que se recuerda fue en el Gobierno de Rafael Caldera en 1996


¿Un referendo para decidir?


Luego de múltiples tomas y retomas del delicado tema de los combustibles, en febrero de 2013, el ex ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramirez, reabrió el debate con una novedad: dar una discusión nacional de si la gasolina debía o no ser aumentada


La propuesta tenía sus matices. Ramírez aseguraba que se trataba de concientizar a la población y reconocer como sociedad "el mal uso" que se da a los combustibles, y modificar el patrón de consumo de los carburantes en lo interno. El ex ministro de Petróleo, para quien Venezuela es y ha sido “un país 8 cilindros”, sostenía que el problema de la gasolina tenía un gran componente en la irracionalidad en su consumo. Indicaba, para ese momento que el Gobierno no necesitaba ajustar los importes, toda vez que, decía, "contamos con políticas fiscales petroleras de mucha exigencia y con resultados exitosos". Posteriormente, la iniciativa se retomó, pero ahora con una nueva variante. Involucrar a la sociedad en la decisión.

El otrora vicepresidente de la República Jorge Arreaza, anunció en 2014 que el Gobierno estudiaba elevar el valor de los combustibles en el mercado interno, pero que la implementación debía pasar por una consulta popular. Ese referéndum o consulta no tomó cuerpo y los analistas observaban que se trataba de pulsar la eventual reacción social, temor fundamental por la que, ni la administración de Hugo Chávez ni la de Nicolás Maduro, se lanzaron al agua sin temores.

El estallido social que significó el Caracazo era una pieza fundamental en el análisis que ponía sobre la mesa el Ejecutivo nacional. Diversos consultados sostenían que el mito de "El Caracazo" no revestía ningún peligro de estallido social. Hugo Chávez y su popularidad blindaban cualquier decisión que se tomara. Mientras que sobre la administración de Maduro, había temores, por la crisis económica que atraviesa el país. 

Para el analista petrolero David Paravisini, cualquier aumento en el costo de los combustibles debía ser consultado y discutido con las comunas y comunidades organizadas del país.




60% de la población aprobaba el aumento de los combustibles, de acuerdo con encuestas oficiales, que descartaban incluso un estallido social

Las razones para
sincerar el precio


El costo de la gasolina


El factor costo de producción ha sido uno de los elementos claves por los cuales se ha insistido en un ajuste en los combustibles.

Tanto el Gobierno, como diversos factores sociales y políticos, han estimado que las pérdidas para la petrolera han sido cuantiosas y que rondan los 2.500 a 3.000 millones de dólares anuales. Las cifras del ex ministro de Petróleo y Minería y ex presidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, indicaban que el precio de la gasolina de 95 octanos en la estación de servicio se expendía 28 veces por debajo de lo que costaba producirla. Para cubrir esa brecha los 0,097 bolívares que erogaba el consumidor final por cada litro, debían ser multiplicados por 28, lo que equivalía a decir que cada litro debía ser vendido en 2,7 bolívares, que era justamente su precio de costo, cero ganancias. 

El actual presidente de Pdvsa y ministro de Petróleo y Minería Eulogio Del Pino, informó este año que los costos habían descendido. Los nuevos cálculos sin embargo no modificaron sustantivamente el cuadro. Del Pino aseguraba que producir un litro de gasolina le costaba a Pdvsa 1,87 bolívares por litro, lo que equivalía a decir que la gasolina costaba 20 veces menos de lo que valía producirla. Según el alto funcionario los componentes que se emplean para la mezcla del carburante de mayor octanaje (95 octanos) requieren de unos 300 millones de dólares adicionales, razón por la que consideraba preciso desestimular su compra a través de un precio mucho mayor que la de 91 octanos


0,097 bolívares por litro es el importe que se pagaba en Venezuela por la gasolina de 95 octanos. Su valor era 28 veces menor que el costo de producirla 

El contrabando


Por Colombia se fugan vía contrabando, de acuerdo con fuentes oficiales, unos 100.000 barriles por día de combustibles. La cifra equivale a cerca del 14% del consumo interno que gira en torno a 700.000 barriles diarios.

La explicación a este fenómeno responde básicamente al factor distorsión en los precios internos de los combustibles. Mientras en Venezuela la gasolina de 95 octanos, la de mayor valor, se expende a 0,02 centavos de dólar, en Colombia el importe por litro de gasolina oscila entre 1 dólar y 60 centavos de dólar por litro dependiendo de las cotizaciones internacionales.

A simple vista se observa que el negocio del contrabando de extracción se ha convertido en un rentable modo de vida tanto para colombianos como para venezolanos que hacen vida en la frontera. Pero el analista en energía David Paravisini, estima que unos 150.000 barriles de gasolina se han estado "regalando" vía contrabando. Sostiene que esos barriles deben ser recuperados y vendidos en el exterior. Calcula que el valor de ese combustible gira en torno a 11 mil millones de dólares y que no solo salen vía terrestre sino que también marítima.

100.000 barriles por día de petróleo y productos refinados se pierden por el contrabando de extracción hacia Colombia.

El consumo 



La demanda interna de combustible en el país ha ido en ascenso vertiginoso. Datos oficiales de la publicación Petróleo y Otros Datos Estadísticos (Pode) reseñan que desde 1999 el consumo local pasó desde 448.000 barriles por día a 663.000 barriles en 2014, mientras que en 2013 se registró un aumento hasta 703.000 barriles, año de alarma, según reclamó Rafael Ramírez en su momento. 

El analista petrolero Juan Luis Martínez señalaba que mientras el importe de los combustibles fuese simplemente "ridículo", el consumo de las gasolinas de mayor octanaje continuaría incrementándose. Y es que no existía ninguna razón para que los conductores migraran a otras alternativas.

“Si la gasolina de 95 octanos tiene un precio de 0,097 bolívares por litro y la de 91 octanos de 0,070 bolívares, cual es el incentivo real para que el consumo se masifique hacia la de 91. Igual ocurre con el Gas Natural Vehicular”, puntualizaba el especialista. 

El presidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, señalaba que el 70% de la gasolina que se expende en las estaciones de servicio es la de 95 octanos, la de mayor valor. Encuestas realizadas por el Grupo Ultimas Noticias reseñaban que pese a que el 59% de los conductores estaba claro en que su vehículo podía operar con la de 91 octanos, el 76% de los encuestados reconocía que empleaba la de 95.

40 Litros de gasolina -un tanque en Venezuela-cuestan $0,8 centavos. En Colombia $23,6. En EEUU $21,2. En México $30 y en Hong Kong, el país con el combustible más caro del mundo, $71,6.

Los convenios internacionales 

Los acuerdos geoestratégicos de suministro de crudo y productos terminados, como Petrocaribe y Petroamérica, fueron un factor disruptivo cada vez que se asomaba la posibilidad de un ajuste en los combustibles.

Analistas del entorno aseguraban que la medida de aumentar resultaba una burla a los venezolanos, cuando el Gobierno mantenía convenios con ventajas especiales a sus socios por concepto de combustibles. Para el diputado de la Asamblea Nacional Alfonso Marquina, por ejemplo, Petrocaribe debía ser suspendida de manera inmediata antes de iniciar un debate nacional sobre un eventual incremento en el canon de los carburantes, y otras declaraciones de ese tenor. El Gobierno argumentaba que, además de poca solidaridad, los "opináticos de oficio" desconocían que se trataba de envíos que no superaban en conjunto los 198.000 barriles por día, que no se trataba de acuerdos con descuentos.

Los suministros deben ser pagados en un plazo desde 15 a 23 años, con un período de gracia de 2 años y una tasa de interés de financiamiento anual entre 1% y 2%, la cual varía en función de los precios internacionales del barril.



6 puentes sobre el Lago de Maracaibo pueden construirse con los $12.500 millones que Pdvsa dejaba de percibir por el bajo costo de la gasolina 


Las propuestas: oficialismo
y la oposición


Los extensos debates seguidos a lo largo de 16 años, sobre el ajuste de los combustibles y la eliminación o no de la subvención, sugirieron varios esquemas de aumento en los precios finales de los combustibles


Algunos señalaban la necesidad de simplemente cubrir costos de producción, sin más. Otros consideraban que debía obtenerse un margen de ganancia, no más allá de un 15% a 20%, que le permitiera a la estatal petrolera entregar más recursos al Fisco o utilizarlo en sus operaciones.

No faltaron las propuestas que insistían en llevar los importes a precios internacionales, y apegarse a los vaivenes globales. Pero tampoco faltaron las opiniones que rechazaban cualquier modificación sobre el recién superado valor de los carburantes.

El Gobierno tardó en definir un modelo de ajuste. Los temores sobre una revuelta social frenaron varias iniciativas y anuncios de eventuales incrementos "listos" para salir del horno, mientras, los costos de producción de la gasolina comenzaban a repercutir en las finanzas de Pdvsa.

El 21 de enero de 2007 el propio presidente Hugo Chávez, aseguró que la gasolina debía ser ajustada, y que el esquema debía beneficiar a los más desposeídos. Chávez hizo hincapié en que quién pagaría el ajuste serían las clases altas y que un aumento en el diesel estaba descartado.

Para el Gobierno, un ajuste diferenciado entre la gasolina de 95 octanos y de 91 octanos era básico. La gasolina de 95, la de mayor valor, debía ser vendida muy por encima de la de 91. La idea era evitar la regresividad existente.

La medida también llevaría implícito el desempolvamiento del plan Autogas a través del incentivo que, con el aumento de las gasolinas, tendría el Gas Natural Vehicular. La idea subyacente era modificar el patrón de consumo de los combustibles y hacer que los conductores se vieran obligados a decidir por las alternativas más económicas.

Para Eulogio Del Pino presidente de la estatal petrolera, el aumento en mayor medida de la gasolina de más alto octanaje era la vía para incluso mitigar cualquier efecto inflacionario sobre la medida. “La meta es lograr revertir la matriz y que el 70% de los vehículos se sirva de gasolina de 91. Eso lo podemos lograr dando un mayor diferencial que es el justo”, precisó el alto funcionario el 19 de enero de 2016. Los detalles de un importe determinado siempre fueron un misterio por parte del Ejecutivo. Así como los cronogramas de aumentos en el tiempo.

Para los factores de oposición, aunque en su mayoría respaldaban un alza en los precios de los combustibles, consideraban que había condiciones previas que debían cumplirse para definir un incremento. La primera de ellas era suspender los envíos de petrolero y productos refinados a los países de Petrocaribe y Petroamérica y sincerar los convenios de suministro con esas naciones.

El transporte público debía ser actualizado y subsidiado de manera directa o buscar un mecanismo que mitigara un eventual brote inflacionario en el pasaje. El ajuste debía ser implementado en el tiempo, con un cronograma específico y explicar a la población en qué serían invertidos los recursos que se obtendrían con el aumento. Economistas, analistas y políticos señalaban que mientras el ajuste se definiera en términos cortoplacistas, la medida quedaría inmediatamente aislada. Apuntaban que a debía establecerse una normativa en el tiempo que implementara ajustes regulares del precio según las realidades del mercado.




56% de los conductores asegura estar consciente de que su carro puede emplear gasolina de 91 octanos

El impacto del aumento


El efecto que el ajuste podría provocar ha sido ampliamente debatido por analistas y expertos, así como por el propio Gobierno 


Las visiones han sido variopintas. Han pasado desde un estallido social, por una inflación moderada, a un efecto casi nulo en los precios de servicios, productos y transporte público, hasta por un proceso hiperinflacionario.

Para el analista Rafael Quiroz el efecto debería ser imperceptible si la medida está acompañada de criterios racionales al momento de la aplicación. Y muy importante, acompasada con un plan de medios y propaganda de concientización agresivo.

El ex presidente de Pdvsa, Alí Rodríguez Araque incluso aclaraba que la inflación no tenía razón de ser, toda vez que "no impactaría en el transporte ya que tanto el transporte de pasajeros como el de carga se hace en su mayoría con diesel y los que no trabajen bajo esa modalidad deben ser convertidos".

Sobre la economía estiman que el impacto sería positivo. Pdvsa dejaría de perder entre 2.500 a 3.000 millones de dólares anuales, mientras que la liberación de barriles para exportar haría su parte.

Estimaciones de la firma consultora Ecoanalítica calculaba que el subsidio al precio de la gasolina equivale a 2,5% del PIB. Hacia el mediano y largo plazo, el economista Víctor Álvarez estima que mientras la población vea resultados positivos y cónsonos con la medida, como un transporte público eficiente, renovado, hospitales, educación de calidad, se irá convenciendo de que el ajuste a los carburantes fue una medida acertada.

Cuando se estableció el incremento del costo al detal de la gasolina, como parte del plan económico de CAP2 -“El Gran Viraje”- se proyectó que el impacto directo de esta medida en el índice de precios al consumidor sería de entre 2 y 5 puntos en el primer año de aplicación. Sin embargo, estos incrementos siempre tienen un componente especulativo asociado que afecta la inflación y que no se puede calcular.



56% de los habitantes se traslada en transporte público, 28% en carro particular, 12% en bicicleta y 4% lo hace en moto. 53% del consumo de gasolina se la llevan los carros particulares, mientras que el 39% el transporte público y el 8% el de carga.

¿Una lección aprendida?


Las decisiones que en materia económica no se toman a tiempo generan distorsiones que afectan la vida de una sociedad. Tarde o temprano terminan por obligar a ajustes que son incómodos y se termina corriendo el riesgo de que impliquen altos costos políticos a los gobiernos. La evolución de los precios de la gasolina en Venezuela es la prueba inequívoca de ello. La demora en la toma de decisiones en este sentido le costó al país un estallido social que marcó nuestra historia y la tortuosa construcción de consensos políticos y sociales.

Por otro lado, el subsidio dado al consumo de gasolina ha significado un sacrificio económico gigantesco que nunca se tradujo en beneficios tangibles para los sectores menos favorecidos de nuestro tejido social. La historia nos dice que el precio de la gasolina debe moverse, como cualquier precio de un bien en la economía, tomando en cuenta las características del país y su condición de productor de petróleo. Es la única manera de que a futuro no haya un nuevo rezago de su valor y nos genere las graves distorsiones que se tratan de corregir. 

Esperar 20 años para tomar una decisión que puede ayudar a tener unas finanzas públicas más sanas, una inversión social y productiva, con herramientas para resistir los vaivenes de crudo en el mercado internacional, y la salud financiera de la principal industria del país, es un riesgo que no puede volverse a correr. Los errores se pueden cometer, lo imperdonable es repetirlos.

Esta debe ser una lección aprendida.


J. Gregorio Yépez
Director de contenidos del Grupo Últimas Noticias

Especial web "El aumento de la gasolina"

Concepto, montaje y coordinación: Yves Briceño.  Diseño e imagen: Elsy Torres e Yves Briceño. Edición y coordinación de contenidos: Yolanda Ojeda Reyes y J.Gregorio Yépez. Textos: Erika Hidalgo López. Coordinación del video: Nelson Pulido. Realización del video: Karina Lizcano y Yaikel Dorta. Coordinación de infografías: Nathalie NaranjoFotografías Archivo ÚN: Anny Mejía 

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