34 años de democracia en Bolivia

Tras la recuperación de las libertades en 1982

La señora Democracia, a sus 35 años, está en la juventud de la edad madura. Le han aparecido nuevos hijos: los movimientos sociales, que en realidad crecieron bajo la alfombra de la historia y a ratos quieren mandar en la casa. Del clóset salieron colectivos ciudadanos respondones; del jardín surgieron otros que todo quieren pintarlo de verde y más allá, otro hijo exige una ley para las mascotas. Otros, quizá por haber sido mimados, ponen cohetes por toda la casa sin importar a quién pueden herir.

Tan sufrida señora intenta, pero el diálogo entre sus hijos parece complicado. Su hijo más famoso, el que más cumplía sus órdenes -según el analista Carlos Cordero-, ha empezado a restringir las libertades ciudadanas. "Evo Morales está amedrentando a los medios de comunicación. Habla del cártel de la mentira, de juicios, de pedidos de retractación", dice.

A sus 35 años, Cordero ve que la democracia se ha consolidado. Desde el 10 de octubre de 1982, cuando fueron posesionados Hernán Siles Suazo y Jaime Paz como presidente y vicepresidente, se realizaron al menos siete actos electorales: referéndums, elecciones de alcaldes, gobernadores, asambleístas departamentales. El ciudadano puede elegir y, al menos en las elecciones, el boliviano participa masivamente: 85,65% acude a votar. Más que en Argentina (80,77%) y mucho más que en Guatemala, donde solo el 56,32% ha votado, según el Latinobarómetro de este año.

Un aspecto positivo: ahora se eligen diputados uninominales. Se ha pasado -desde 1995- de la representación proporcional de los ciudadanos a un modelo democrático mixto, con representación de mayorías. Eso es positivo, dice el analista Fernando García Yapur, porque acercó a los políticos a las dinámicas locales.
El escenario para la participación es mayor y va más allá, dice la politóloga Helena Argirakis, del procedimentalismo electoral. La municipalización, con su cara más brillante que es la participación popular, abrió el espacio a hombres y mujeres de las zonas rurales. Argirakis rescata la conexión con las culturas y la aparición del tema de la interculturalidad.

La agitación social boliviana, con colectivos, sindicatos y asociaciones que superaron a los partidos políticos pero que no encuentran aún un mecanismo para participar mejor, configura una realidad que García Yapur llama 'escenario posliberal de la política'. Este escenario, durante la última década, significa que el modelo inaugurado por Evo Morales está llegando a su límite porque “hay una excesiva concentración en la toma de decisiones”. Además, no hay que perder de vista que no solo es Evo el artífice de los cambios. A partir de la crisis política del 2000, que arrastró y enterró a los partidos políticos tradicionales, la sociedad boliviana se convirtió en actora decidida, y, producto de esa decisión, surgió Evo Morales. Es lo que opina la politóloga y socióloga María Teresa Zegada.

La libertad de prensa, en retroceso

Es hermana siamesa de la libertad de expresión. Analistas como Iván Arias y Carlos Toranzo coinciden en que Gobierno considera a los medios como su principal grupo de oposición. 

"Les mandan funcionarios de las oficinas de la renta, los hostigan con el avisaje y a muchos periodistas les inician juicios a veces correctos, a veces incorrectos, tratando de eludir la Ley de Imprenta", dice Toranzo.

Transparencia

El Foro Económico Mundial (WEF) dice que Bolivia está en el penúltimo lugar en su índice de corrupción. Morales rechazó el informe. Transparencia Internacional destaca que hay una ley anticorrupción aparentemente robusta desde 2010, pero que la corrupción ha invadido hasta la última célula del sistema, pese a que Evo Morales declaró que habría tolerancia cero para los corruptos. 

El mal, informa Transparencia, socava la institucionalidad y está “en la justicia, la Policía y la administración pública”

El Gobierno defiende la democracia


El 10 de octubre de 1982, después de casi dos décadas marcadas por la presencia de gobiernos de facto, Bolivia recuperó la vida política institucional. Esa fecha, el general Guido Vildoso entregó el poder a Hernán Siles Zuazo, ganador de las elecciones de 1980. 

El año pasado, el vicepresidente Álvaro García Linera durante una exposición para celebrar los 34 años de democracia continua en el país, explicó que se dividen en dos fases: una primera de baja intensidad democrática, registrada entre 1982 y 2005, y una segunda de alta intensidad. Manifestó que la fase de baja intensidad democrática estuvo marcada por gobiernos con apoyo minoritario, pactos políticos, democracia monocultural y de régimen político "pigmentográfico" (color de piel), sin ampliación de la riqueza social, con una soberanía confiscada y corrupción institucionalizada. 

En tanto, dijo que la segunda fase está marcada por contar con gobiernos con apoyo mayoritario, creciente participación de la población en la toma de decisiones, democracia intercultural y constitucionalización de autonomías departamentales, municipales, regionales e indígenas.

Además, de ejercer democracia económica, lograr reducción de desigualdad y contar con una creciente distribución dela riqueza. "Segunda fase: democracia de alta intensidad por la creciente participación de la población en la toma de decisiones y eso hemos denominado gobierno de movimientos sociales", afirmó.

Lo que dice Evo Morales

El presidente Evo Morales dijo que la democracia de hoy, que cuenta con legalidad y legitimidad, permite tener una nueva Bolivia, digna y soberana, además respetada por la comunidad internacional. "Hoy tenemos una democracia con legalidad y legitimidad, representativa, participativa y decisiva, forjada por y para el pueblo", escribió en su cuenta de Twitter: @evoespueblo. 

Texto: Javier Méndez - EL DEBER
Séptimo Día - ABI