EL DEBER CUMPLE 64 AÑOS CERCA DE LA GENTE

ANIVERSARIO

El Diario Mayor cumple hoy 64 años de fundación y lo hace por primera vez con la ausencia física de su mentor, el Dr. Pedro Rivero Mercado. Con la premisa de servir mejor a su región y al país, impulsa la innovación.

Para acercarse más a la gente, al igual que los mejores diarios del mundo, EL DEBER integra sus plataformas informativas. Hoy los lectores lo consideran el diario del pueblo y destacan su página web.

EL EJEMPLO INSPIRADOR

PEDRO RIVERO JORDÁN / DIRECTOR GENERAL

Esta casa decana del periodismo cruceño conmemora por estas fechas los 64 años de su fundación. Cabe hacer notar que este es el primer aniversario de EL DEBER extrañando la presencia física de su mentor y de ese maestro extraordinario que fue Pedro Rivero Mercado, que partió hacia la eternidad en junio de 2016. Por supuesto que lo echamos mucho de menos, pero nos reconforta sentirnos acompañados por su sapiencia y por aquel espíritu generoso, amplio e inquebrantable que mostró hasta el último de sus días concurriendo puntualmente a su lugar de trabajo. 

Nuestra tarea cotidiana es inspirada por el ejemplo de firmeza y tenacidad con que el patriarca entrañablemente añorado, apuntalado por doña Rosa, su compañera de toda la vida, levantó prácticamente de la nada y haciendo frente a los más duros embates, a las mayores adversidades, una empresa que ahora es modelo y referente principal del periodismo boliviano. 

Desde que ganó las calles del viejo campanario, EL DEBER tuvo una suerte de privilegio: el de acompañar los cambios y transformaciones de la otrora olvidada y empolvada aldea convertida hoy en día, al influjo de la forja épica que inspiró a su gente, en la más grande y principal urbe del país, crisol de la bolivianidad, que capitanea indiscutiblemente el desarrollo nacional. En el transcurso del tiempo, el Diario Mayor fue asumiendo, con firmeza y sin pausas, un liderazgo que se sostiene en la solidez de unos pilares fundamentales que están representados en su independencia y en su credibilidad. Y es bajo el legado inspirador de don Pedro que EL DEBER, asimismo, lleva incorporado como sello distintivo una inquietud innovadora que le posibilita acompañar los retos y las transformaciones de los nuevos tiempos con la premisa de servir de mejor manera a su pueblo y a su patria. 

En un comentario editorial anterior dijimos que una innovación trascendente guarda relación con el cambio del modelo de gobierno empresarial como un nuevo hito en la rica historia de nuestro diario. "Es así que la segunda generación de la familia, en consulta con las máximas instancias de la empresa, asumió la decisión de dejar los cargos ejecutivos y replegarse al rol directivo para implementar una nueva cultura corporativa que permitirá seguir proyectando una compañía moderna de medios de comunicación. Estas decisiones forman parte de un proceso de fortalecimiento institucional iniciado hace una década cuando se constituyó un directorio independiente y un consejo familiar. Ambos órganos de gobierno cuentan con las atribuciones necesarias para hacer gestión corporativa en un marco de idoneidad y profesionalismo", dijimos en aquella oportunidad. La incorporación de reconocidos profesionales con experiencia en ventas, proyectos y recursos humanos es otro de los aciertos incuestionables para seguir impulsando EL DEBER hacia metas superiores. 

También amerita destacar entre los últimos emprendimientos la fuerte apuesta en las plataformas digitales y en la web de EL DEBER, que a diario recibe más de 300.000 visitas de lectores, incluyendo un cambio de modelo de la Redacción con énfasis en la integración del impreso y la página electrónica. La incorporación física y el potenciamiento de la radio EL DEBER como parte de un mismo equipo periodístico es otro paso novedoso en la dinámica de los cambios implementados que nos permiten mejorar y seguir creciendo como grupo empresarial mediático que mantiene su raíz, su esencia y su pujanza.


Usted, Don Pedro

POR PEDRO SHIMOSE/ ESCRITOR

Cuando me recibía en su despacho – en la sede del periódico — o me invitaba a su casa — en la ciudad — o cuando yo compartía con usted los domingos familiares de charla, mesa y mantel en su residencia de 'Los Nietos', ya sabía yo que usted era un ejemplo de entereza y coraje, un periodista de garra, un modelo de empresario, cuyo talento natural y genio creativo transformaron un periódico pueblerino en un diario cosmopolita, dinámico, moderno, de circulación nacional y prestigio internacional. ¿Cuál era su secreto, don Pedro? 

Sus convicciones, su fe en la libertad, su fuerte personalidad. Mundano, lúcido, vital, simpático, alegre, sencillo, trabajador, luchador, hombre de carácter nada encopetado, usted unificaba la dignidad de su abolengo y la llaneza de los cambas. Así lo veía yo; por eso pienso que su talante y sus ideas no encajaban con esos grupos poderosos que sólo creen en el dinero. Como usted creía en algo más que en el dinero, engrandeció el nombre de su periódico: EL DEBER. Usted creía en las ideas, en el periodismo independiente, responsable, comprometido con el destino nacional, pero defensor de los intereses cruceños y sus tradiciones (compromiso y defensa limitados, por cierto, debido a las contingencias políticas que, en nuestro siempre atribulado país, no son pocas). Usted confiaba en la lealtad de sus empleados y la competencia de sus colaboradores. Usted no se jactaba de su buena ‘suerte’, porque la suerte no es otra cosa que la racionalización del tiempo, la organización en el trabajo, la inteligencia en las decisiones empresariales y el esfuerzo de las personas que le acompañaron y se desvivieron hasta perder el sueño y el apetito por un proyecto común. El otro día, nomás, su hermano Marcelo dijo que la puntualidad era una de sus divisas. Otras: su capacidad de trabajo y su palabra de honor. 

Dotado de un agudo sentido del humor, bailón y carnavalero, usted vivía, sin embargo, con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas. Combinaba el ocio con el negocio; sabía ser serio cuando debía serlo; no vivía de ilusiones, pero nunca dilapidó el capital de sus sueños, ni dejó de compartir los sentimientos románticos de esa gente sencilla que acompañó sus restos hasta el cementerio. Usted había pedido ser enterrado con banda de música, al son de las canciones cuyos versos había escrito usted y de esos carnavalitos que su amigo Hernando Sanabria Fernández definió como el alma del Oriente, "porque en su dulce tonada / que tanta dulzura encierra / toda el alma está encerrada / de Santa Cruz de la Sierra". Y su deseo se cumplió. 

Pero usted sigue aquí, vivo, todos los días, en cada página de EL DEBER — su diario — que hoy cumple sesenta y cuatro años. Un rasgo de su humanidad fue el respeto que siempre le inspiraron sus lectores y su devoción por el arte. Fue amigo de los artistas, porque usted era artista, una ‘rara avis’ en el mundo empresarial que, por lo general, carece de sensibilidad para comprender a esos ‘loquitos’ que hacen cosas inútiles y escriben libros que nadie les ha pedido. Usted era diferente. Poeta, novelista, cuentista, letrista de canciones y prologuista de libros. Gran mecenas, usted contribuyó a la difusión y conservación de la tradición carnavalesca cruceña y de la música popular camba; apoyó las Ferias del Libro de Santa Cruz, la publicación y difusión de libros, las exposiciones de pinturas y esculturas, y las grabaciones y conciertos del cancionero oriental. Que yo recuerde, todo eso era usted, que hizo de su vida una obra de arte, con el apoyo amoroso de su admirable esposa, doña Rosa Jordán, y de sus hijos y nietos que le acompañaron en las buenas y en las malas. 

Al celebrar el LXIV aniversario de la fundación del Diario Mayor, su presencia sigue intacta en la memoria de quienes lo conocimos, lo tratamos y que jamás lo olvidaremos. Quizás eso sea la gloria. // Madrid, 11.02.2017

"EL PRESTIGIO NOS DIFERENCIA"

Los 64 años de vida institucional encuentran a EL DEBER dando pasos trascendentales en su desarrollo corporativo. Se trata de ponerse a tono con el desarrollo tecnológico e innovar para responder a lectores y anunciantes que con su fidelidad han contribuido al liderazgo. 

Uno de los impulsores de estos desafíos es el economista Martin Rapp, quien detalló las acciones que sigue el grupo para avanzar y asegurar el legado del fundador. 

¿EL DEBER encara un nuevo impulso a su estructura, ¿en qué consiste y hacia dónde va? 

Tenemos que dar una respuesta a tres retos que vienen juntos. El primero es que nuestra industria de medio escrito enfrenta una disrupción, lo que significa que los modelos de negocios que han estado vigentes durante décadas dejan de funcionar y requieren de ajustes. Concretamente, la digitalización que irrumpe en muchos sectores y también en el nuestro, significa que parte de nuestro negocio se va a la red, sale del papel y entra a lo digital. Este es un fenómeno global, no es de Bolivia ni de EL DEBER, es un tema mucho más grande y lleva a una recomposición de los actores. Para dar una idea, las grandes empresas tecnológicas, los famosos de Sillicon Valley, como Google, Facebook, Yahoo, Twitter, Linkedin , Apple y otros, entran en nuevos negocios y entre ellos a la publicidad digital e inclusive han desplazado a empresas del sector de telecomunicaciones, a su vez las grandes de telecomunicaciones ingresan a los sistemas financieros, medios de pago, es decir, hay como una recomposición de varias industrias. Entonces, tenemos que enfrentar eso, la digitalización ha llegado a Bolivia, no es algo que algún día llegará, sino que ya está. Tenemos cada vez más personas que se informan y se entretienen en internet y por lo tanto nuestro modelo de negocio enfrenta esta situación y tenemos que dar respuesta. Sin duda EL DEBER ha venido trabajando en este tema, nuestra página web es muy buena, tiene un buen posicionamiento y muy buenas visitas como página boliviana. Se avanzó, eso no se detiene, hay que invertir y dedicarle tiempo porque no es suficiente producir información solo para el papel, sino para las diferentes bocas de salidas. Ese reto no solamente requiere un ajuste en el modelo de negocio, sino también en la organización y la forma de gestionar la empresa. El reto número dos es que tenemos un cambio generacional. 

El Dr. Pedro Rivero Mercado se fue y asumió la segunda generación y esta dice que necesita involucrar más a la tercera generación, de modo que se debe asegurar y cuidar el legado del fundador y que el Gobierno de la empresa siga funcionando bien y con buena organización. El tercer reto es que la economía boliviana ya no tiene tanto impulso como antes. Ese crecimiento económico es menor y lo llamamos desaceleración, que significa que seguimos caminando, pero con un ritmo menor o más lento. Si esto fuera un carro, en lugar de andar con caja quinta, ahora vamos con caja cuarta o tercera. Eso significa también que las empresas, que nuestros clientes, además de pautear su publicidad en internet, invierten menos porque cuidan más sus costos y, por lo tanto, tenemos que dar respuesta a eso. El cambio generacional no solamente es un tema de EL DEBER, sino de Santa Cruz, estamos inmersos en el crecimiento de una nueva generación con ideas nuevas; entonces, los tres retos que nos hemos propuestos requieren un acomodo. El reto de la disrupción requiere inversiones nuevas, en internet todo es rápido, instantáneo y medible, es otra forma de gestionar. El cambio generacional significa nueva cultura de trabajo, entre gente joven que quiere su espacio y la desaceleración de la economía significa que debemos ser más eficientes y defender nuestro posicionamiento en un entorno más adverso; o sea, el viento ya no viene de cola sino de frente. Eso requiere también, si fuéramos un barco, amarrar las cosas para que seamos resistentes a un ciclo económico un poquito más complicado. Esos son los aspectos que tenemos que enfrentar. No son las empresas grandes que ganan a las pequeñas o las más rápidas a las lentas, sino las que saben adaptarse mejor a las nuevas condiciones. Entonces, lo que estamos haciendo es alistarnos, asegurar el barco que permita que en situaciones distintas sigamos siendo una empresa viable que defiende su liderazgo.

Se incorporan recursos con nuevos retos. ¿Cuál es el papel de los ejecutivos y cuál es el rol de la familia Rivero? 

El Grupo EL DEBER es más que un periódico, tiene dos diarios impresos, una imprenta, radio, web, negocios digitales y por lo tanto varias líneas de trabajo y eso nos permite llamarlo grupo. La familia Rivero garantiza la continuidad. Ellos asumen retos directivos más que ejecutivos, vale decir que le dan la línea, aseguran el legado y combinan su experiencia con los nuevos ejecutivos que vienen de empresas corporativas, con culturas de trabajo y tecnología de gestión adicionales para reforzar el accionar de la familia. De modo que los integrantes de la familia van a seguir en su área de especialización que corresponde a su experiencia, a sus conocimientos para trabajar con el equipo ejecutivo nuevo y un directorio independiente, por lo tanto tenemos un trípode, o sea la familia Rivero con un rol directivo, un directorio independiente que asegura que las transiciones estén bien pauteadas y un equipo ejecutivo que trabaja con innovaciones, junto con la experiencia que la empresa tiene. Entonces se trata de combinar virtudes, familia, directorio y ejecutivos. La empresa cumple 64 años. 

¿Este legado del Dr. Pedro Rivero Mercado hacia dónde va, es lo digital o se impulsan todas las plataformas? 

Ninguna casa de medios de comunicación tiene una fórmula garantizada. Cada una la busca por su lado, es decir, el New York Times está trabajando su fórmula, al igual que nosotros. Yo diría que la palabra clave o el concepto es reforzar y el método es integrar, es decir, necesitamos al mismo tiempo utilizar la capacidad integrada en lo periodístico, pero con bocas de salida mucho más diversas. El papel tendrá su vigencia, a lo mejor no va a crecer como ha venido haciéndolo, la pregunta es cómo estos medios están adecuados a sus lectores, quizás no apuntan tanto a los jóvenes, sino a un grupo etario distinto con hábitos diferentes. Abrimos los canales digitales y esos se van segmentando en deportes, sociales, jóvenes y tendencias. La oferta de temas se diversificará de acuerdo a las preferencias que tiene cada uno. A lo mejor vamos a tener especializaciones, pero dentro de un solo concepto, de una sola estructura y, de hecho, el gobierno corporativo de EL DEBER incorporó la figura de un director periodístico corporativo, quiere decir que es una sola estructura que genera los contenidos y esos se publican y salen por distintas vías y a distintos segmentos. Estamos hablando de un modelo de integración y segmentación de la salida a los diferentes públicos que el periódico se ha trazado. Tenemos la intención de renovar nuestro liderazgo en todo sentido, no solo en el papel, sino que nos estamos posicionando más bien en formatos modernos. Nuestra página web es la más visitada de todos los medios de Bolivia, entonces estamos en ese camino, se nota que está funcionando, pero requiere cada año realizar ajustes. A ustedes les consta, anteriormente cada cinco o diez años se han realizado replanteos de formatos y de cómo presentar los productos. Ahora se lo hace todo el tiempo. Tenemos a un director periodístico que es responsable de los contenidos y no importa si sale en el papel, radio o web o en cualquier plataforma. Un proyecto que está en pleno desarrollo es la radio, porque es una boca de salida muy importante. En Bolivia la radio tiene una penetración significativa y estamos trabajando en su potenciamiento. Se le dará una altura y una vigencia mucho más fuerte. La radio tiene que ser coincidente con la referencialidad de EL DEBER impreso y permitirá reforzar otra de las bocas de salida de información que tiene esta casa. EL DEBER es una marca con identidad y prestigio. 

¿Cree que seguirá teniendo ese liderazgo en las condiciones actuales? 

Creemos que la marca es fuerte y puede ser mucho más fuerte, porque tiene atributos que son únicos. EL DEBER cuenta con referencialidad, independencia editorial y confiabilidad. Esos son atributos que están vigentes en cualquiera de los nuevos espacios, es decir, si yo miro la página web tengo la confiabilidad y siento los atributos de la marca. El intangible de la marca mirado desde el lector es la moneda más importante en el mercado de medios y siempre se va a necesitar eso. 

Yo puedo mirar o leer la noticia en muchos medios, pero cuando busco referencialidad, confiabilidad e independencia, voy a EL DEBER porque tiene esos atributos que además son el nexo entre el pasado y el futuro. Lo mismo pasa con otros periódico de prestigio, como el New York Time, Washington Post, en Estados Unidos, que son marcas fuertes y ellos se posicionan en los nuevos espacios con bases en sus marcas y valores. Estoy optimista, creo que la marca EL DEBER está por buen camino para posicionarse en todas sus plataformas. La gente busca la página web y es porque sabe de dónde viene. Es un reto hacerla valer siempre, siempre y cuando seamos atractivos y cuidemos los valores que son parte del legado. 

El impreso sigue teniendo vigencia, ¿se prevén inversiones en tecnología y maquinaria? 

El periódico impreso mantendrá su vigencia, estoy seguro de que no desaparecerá y con este nuevo impulso se readecuará, se crearán nuevos productos, se trabajará en la especialización de algunos para sectores específicos. Eso no quiere decir que tenemos que apostar solo al papel, porque lo digital crece más rápido y hay que meterse ahí también. Estamos preparando inversiones y en ese sentido tenemos proyectos para renovar la imprenta.

LA EMPRESA ESTÁ PREPARADA PARA NUEVOS DESAFÍOS

El DEBER, empresa que ha crecido con Santa Cruz y que acompaña el desarrollo de Bolivia, siempre ha tomado la previsión de ir adecuándose a los cambios que impone la tecnología y el mercado, para de esa manera responder a las necesidades de sus fieles lectores y anunciantes. 

En ese sentido, para enfrentar los diversos retos de una empresa de comunicación como EL DEBER, se ha establecido una estructura de gobierno que está conformada por una junta general de accionistas, integrada por María Rosa Jordán de Rivero, Guillermo Rivero Jordán, Pedro Fernando Rivero Jordán, María del Rosario Rivero Jordán, Sonia Teresa Rivero Jordán y Juan Carlos Rivero Jordán. A su vez, los accionistas han designado un directorio independiente, integrado por destacados profesionales. Este directorio está presidido por el Dr. José A. de Chazal, como presidente, y lo integran Martin Rapp, vicepresidente; Javier Urey Higazy, secretario; Oscar Coronado Pinto, vocal, y Hye Jin Lee, síndico. 

Para encarar estos desafíos, desde este año se han incorporado cuatro ejecutivos que tienen la tarea de seguir impulsando a EL DEBER, constituido ahora como Grupo Empresarial, que incluye el periódico, el negocio digital y unidades específicas, como El Deber Radio, diario El Norte y la imprenta El Deber. 

Siguiendo los lineamientos que han marcado los fundadores, Pedro Rivero Mercado y Rosa Jordán de Rivero, el grupo ha iniciado en enero un proceso de transición hacia una cultura corporativa, sostenida por la familia, que mantiene los conceptos de independencia y dedicación al trabajo que sostenía el Dr. Pedro Rivero Mercado.

Los nuevos ejecutivos corporativos son Gerardo Pereyra Roda, gerente general; Tuffí Aré Vásquez, director periodístico; Diana Hurtado, gerenta comercial; y Ramiro Galindo Gil, gerente de operaciones. Juan Carlos Rivero, uno de los miembros de la junta de accionistas, explicó que se trata de pasos trascendentales en la vida institucional de la empresa y de los muchos que ha tenido que dar para acompañar el crecimiento de Santa Cruz y de Bolivia. "Nuestro deseo es seguir siendo merecedores de la confianza que siempre nos han dado lectores y anunciantes", dijo.

UN CONSEJO FAMILIAR ES VIGILANTE DEL LEGADO

La segunda generación de la familia Rivero Jordán, que asumió la conducción del Grupo EL DEBER, en los últimos años, conformó un Consejo Familiar incorporando a la tercera generación (nietos), que ya han cumplido la mayoría de edad.

El criterio es hacer participar a la descendencia de la familia para que en un proceso gradual conozca la empresa y se prepare para una futura conducción. 

Sin embargo, otro de los roles importantes del Consejo es evaluar el accionar de la empresa y ser vigilante permanente del legado establecido por los fundadores.

 El Consejo Familiar tiene programada reuniones periódicas para conocer el desarrollo de la empresa. Martin Rapp, miembro del directorio, es el miembro invitado como moderador del consejo.

RENOVACIÓN PARA AVANZAR

Siendo la dinámica de los tiempos que corren un imperativo inexcusable para el mejor logro de objetivos y una garantía para avanzar, EL DEBER S.A. incorporó a su plantel ejecutivo a cuatro profesionales que tendrán la misión de seguir impulsando la empresa, ahora denominada Grupo Empresarial, y también proyectarla para acompañar los desafíos de los nuevos desarrollos y la tecnología. 

Gerardo Pereyra Roda es el gerente general corporativo; Tuffí Aré Vázquez, director periodístico corporativo; Diana Hurtado Suárez, gerenta comercial corporativa, y Ramiro Galindo Gil, gerente de operaciones corporativo. Esta empresa, que no es la primera vez que encara esta clase de retos, se declara en permanente propósito de modernización, de adopción de las más avanzadas tecnologías en el ramo de las comunicaciones sociales y del periodismo universal. 

El Grupo EL DEBER nace de combinar la tradición periodística de medios de comunicación impresos, radiales y digitales con las tecnologías y servicios del mundo moderno. En la actualidad, EL DEBER mantiene el compromiso de brindar información veraz, imparcial, influyente, ágil y oportuna, y ofrece a sus lectores y anunciantes soluciones comunicacionales para conectar de la manera más eficiente a empresas e instituciones con su comunidad.

Los ejecutivos coinciden en afirmar que en la empresa se impondrá, cuanto esfuerzo sea preciso, para mantenerse a la vanguardia del desarrollo editorial y tecnológico. El grupo está integrado por el Diario Mayor EL DEBER, el periódico digital eldeber.com.bo, la Radio EL DEBER, el diario EL NORTE, la Imprenta EL DEBER y los portales digitales diez.bo y sociales.com.bo. 

De esta manera, el Grupo EL DEBER acompaña los diferentes procesos de integración que están forjando nuevas realidades sociales y económicas, identificando hábitos de lectores y anunciantes y aprovechando la tecnología para satisfacer las necesidades de diversos segmentos de usuarios. 

Tanto la junta de accionistas y el directorio externo han depositado la confianza en estos profesionales jóvenes, quienes desde enero han tomado el trabajo de gestionar a la empresa y darle el impulso para mantener el liderazgo del Diario Mayor, que hoy cumple 64 años, creciendo con Santa Cruz, avanzando con Bolivia y manteniendo la gran pasión de informar con la verdad, como lo repetía el fundador Pedro Rivero Mercado.




INTEGRACIÓN REAL PARA 
INFORMAR MEJOR

Diario papel, internet, radio, televisión. En un mundo que cambia a pasos agigantados, todos los medios del mundo buscan nuevas y más maneras de acercarse a sus lectores, que cada día demandan, con razón, mayor calidad y profundidad en las noticias que reciben. 

Referente central de la información en Santa Cruz y en Bolivia, EL DEBER siempre se caracterizó por su empuje y por la constante búsqueda de la excelencia informativa. Y por eso ahora da un paso más: desde este lunes se convertirá en el primer medio del país en tener una radio integrada a su redacción, de manera de darle a sus lectores/oyentes toda la potencia informativa de sus redactores, editores y conductores. 


Líder absoluto en la web (eldeber. com.bo es la página informativa local más visitada de todo Bolivia), el diario no es ajeno a estos procesos de integración: desde hace casi un año sus redactores trabajan para internet o para el diario papel, siempre teniendo como eje la premisa de que lo importante es la información y no la plataforma en que se la publique. 

Integrar todo no es un capricho, sino la tendencia de todos los diarios importantes del mundo, desde The New York Times al Clarín o La Nación de Buenos Aires. Y los resultados están a la vista: la producción diaria de notas se ha duplicado a partir de la implicación de toda la redacción en el marco del proceso de integración, y se pasó de publicar en la web entre 35/45 notas a las 65/75 actualmente. Los lectores, además, acompañaron fuertemente el proceso: eldeber.com.bo pasó de 42 millones de visitas en 2015 a más de 80 millones en 2016. 

Ahora, en el marco de un plan estratégico definido hace meses, comienza una nueva etapa con la integración de la radio a la oferta informativa convirtiendo, como se dijo, EL DEBER en el primer medio de Bolivia en tener una radio en su redacción. Esto proporcionará a los lectores más y mejor información, ya que todo el equipo periodístico del diario se suma para hacer de la radio el medio mejor informado de la ciudad. De esta manera, el proceso iniciado en marzo de 2016 da un paso significativo para convertir El Deber no solo en el diario más creíble y confiable de Bolivia, sino además en el más innovador y en el primero que unifica todas sus plataformas para entregar su potencia informativa a lectores, oyentes y anunciantes. 

En un mundo donde jamás en la historia hubo tantas noticias disponibles, y de forma tan inmediata, la nueva apuesta de El Deber es dar nuevos canales para mantener su premisa de siempre: llevar a todo el mundo la información más completa, más seria y más relevante.