Bob Dylan: la voz de una generación

Premio Nobel de Literatura 2016

Si la expresión "voz de una generación" perteneciera a alguien, sin duda sería de Bob Dylan.  El cantante y poeta, que este jueves obtuvo el Nobel de Literatura por crear nuevas formas de expresión poética dentro de la gran tradición de la música estadounidense, ha sido sin embargo una voz inquieta.

Tiempos de cambio

Nacido como Robert Allen Zimmerman, en el seno de una familia judía el 24 mayo de 1941 en Duluth, Minnesota, aprendió solo a tocar la armónica, la guitarra y el piano. 

Zimmerman, quien cambió su nombre por el de Bob Dylan supuestamente por influencia del poeta galés Dylan Thomas, comenzó a actuar en clubes locales cautivado por la música del cantante folk Woody Guthrie. 

Dejó más tarde la universidad y se mudó a Nueva York en 1960. Su primer álbum tenía sólo dos canciones originales, pero su disco de 1963 "The Freewheelin' Bob Dylan" ya incluía letras propias, como el clásico pacifista "Blowin' in the Wind".

Su nombre quedó por siempre ligado a la generación de 1960 gracias a su tema "The Times They Are A-Changin", convertido en todo un himno. 

Presagiando una década cargada de turbulencias políticas y florecimiento cultural, Dylan escribió la canción en 1963, justo después de la marcha en Washington a favor de los derechos civiles. 

La primera vez que la cantó en vivo fue tras la muerte del presidente estadounidense John F. Kennedy. 

El tema, que forma parte del álbum homónimo que publicó en 1964, es uno de sus trabajos más recordados gracias a su melodía, que contrasta con el trabajo más oscuro y peculiar que editó después. 

A través de la letra pidió a los miembros del Congreso que oyeran la voz del pueblo, mientras que explicó a los padres que sus hijos e hijas estaban más allá de su comando. Su compromiso con los derechos civiles ha permanecido intacto a lo largo de su carrera, con la creación de personajes que reflejan el pasado de Estados Unidos.

Rompiendo esquemas

Con "Mr. Tambourine", uno de sus temas más celebrados, crea un personaje literario a partir de un baterista que conoció en los clubes del Greewich Village de Nueva York. 

En "Hurricane" narra la vida del boxeador Rubin Carter, quien había sido acusado injustamente de triple homicidio. El tema dura más de 9 minutos, algo que no era usual en la época (ni siquiera en la actualidad). 

"Like a Rolling Stone" es otra de sus míticas canciones. "Después de escribir eso, no estaba interesado en escribir una novela o una obra de teatro ni nada (...) Quería escribir canciones", dijo luego Dylan sobre esa canción.

"No mires atrás"

La primera gira británica de Dylan quedó registrada en el documental "Don't Look Back" en 1965, el mismo año que indignó a sus fans al tocar con una guitarra eléctrica en el Festival de música folk de Newport, en Rhode Island.

Sus álbumes siguientes, "Highway 61 Revisited" y "Blonde on Blonde", obtuvieron críticas muy favorables, pero la carrera de Dylan se vio interrumpida en 1966 cuando resultó gravemente herido en un accidente de motocicleta. 

Su producción perdió fuerza en la década de 1970. Para principios de los años 1980, la música de Dylan reflejaba su conversión al cristianismo. Esto se vio atenuado en sus álbumes sucesivos, y en la década de 1990 pareció resurgir el explosivo talento que lo distinguió al comienzo de su carrera. 

En el siglo XXI, además de sus grabaciones y giras regulares, Dylan también tuvo tiempo para conducir un programa de radio, "Theme Time Radio Tour", y publicar en 2004 el libro autobiográfico "Crónicas: Volúmen 1", que se convirtió en un bestseller en Estados Unidos. 

También inspiró dos películas: "No Direction Home" (2005), de Martin Scorsese, y "I'm not There" (2007), protagonizada por Christian Bale, Heath Ledger y Cate Blanchett, todos ellos encarnando al cantante. 

Dylan ganó 11 premios Grammy, un Globo de Oro e incluso un Oscar en 2001 a la mejor canción original por "Things Have Changed" de la película "Wonder Boys". 

También fue distinguido con un Príncipe de Asturias de las Artes en 2007. En 2008 recibió un premio Pulitzer honorífico "por su profundo impacto en la música y la cultura popular estadounidense, con sus composiciones líricas de extraordinario poder poético".

Una estrella enigmática

Dylan llevó mal desde el principio las expectativas que crecieron entorno a su figura. Sus seguidores todavía recuerdan la rueda de prensa que dio en París en 1966, poco después de sorprender a los amantes del folk por acercarse a la electrónica.

Apareció con una marioneta que "escuchaba" las preguntas y, cuando se le preguntaba si su trabajo tenía un mensaje más profundo, respondía con un "No" radical.

"Lo mío eran canciones, ¿sabe? No había sermones" detrás, aseguró el cantautor en 2004, en una entrevista concedida al canal estadounidense CBS. 

"Si examina las canciones, no creo que encuentre nada que diga que soy el portavoz de alguien o de algo", agregó.

Con signo propio

En sus últimas giras, Dylan ha demostrado ser una estrella muy particular: apenas habla con su público, poco le importa si los fans le ven bien sobre el escenario y casi no interpreta sus mayores éxitos. 

En mayo pasado cumplió 75 años más activo que nunca. Ese mes editó "Fallen Angels", su último disco, el número 37 de su larga trayectoria, en el que se aproxima al género melódico con temas que Frank Sinatra llevó a la gloria, como "All the Way". Un año antes, Dylan ya había coqueteado con las baladas estadounidenses popularizadas por Sinatra, con el disco "Shadows in the Night"

Pese a su enorme influencia cultural, Dylan ha sido una presencia enigmática y aclamado a pesar de su voz. "Los críticos han sido duros conmigo desde el Día Uno. Los críticos dicen que no puedo cantar. Un graznido. Que sueno como un sapo", dijo Dylan el año pasado en un inesperado discurso al recibir un Grammy por su trayectoria.

Dylan es uno de los pocos hombres vivos que ha ganado prácticamente todo: Grammys, un Oscar, un premio Pulitzer, el Príncipe de Asturias y ahora, ingresa a la historia como el primer músico en recibir el Nobel de Literatura.


Textos: AFP, EFE

Fotos: REUTERS, AFP

Composición: Christopher André