La primera batalla de la 'guerra virtual' no muestra un claro vencedor

Desde distintas plataformas y redes sociales figuras públicas y ciudadanos mostraron no ser indiferentes con el tema de la repostulación 

Después de que el presidente Evo Morales rayara a inicios de febrero un campo de batalla y convocara a organizaciones sociales a estar listos para una guerra digital, los primeros cartuchos y dinamitazos cibernéticos fueron arrojados durante la jornada del 21-F, así como en días previos.

Esta antesala de las elecciones presidenciales de 2019 muestra arremetidas de ambos lados (oposición y oficialismo) que van desde las declaraciones de figuras políticas hasta intervenciones de usuarios con memes que satirizan o insultan a los protagonistas, así como grupos que se convocan y organizan para realizar actividades en las que ellos mismos son protagonistas.

Desde el Estado, las actividades en Twitter de la ministra Gisela López muestran su censura al Comité Pro Santa Cruz y utilizó los términos "obligado, antidemocrático y fascista" en tres diferentes hashtags para referirse a la actividad convocada por los cívicos cruceños.

Además, López señaló que el Comité "no representa el pueblo cruceño, sino únicamente a los intereses de la élite de esa región", un tiempo de lanzar tuits para 'fortalecer' la lucha oficialista donde expuso las concentraciones del partido de Gobierno citadas por Evo Morales en la misma red social.

El presidente Evo Morales, por su parte, no se refirió a las movilizaciones del 21-F, pero recurrió a la sutileza para arremeter contra personajes como Carlos Mesa o Samuel Doria Medina. Al primero lo mencionó como amigo de un prófugo de la justicia boliviana y al segundo como alguien que niega su pasado y que quiere ser presidente del país.

En cambio, la lectura del expresidente Carlos Mesa fue distinta. Desde su blog personal argumentó hechos suscitados en Bolivia relacionados con el accionar del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) a quienes señala como vulneradores de la ley y exponer que el Gobierno se jacta de lo que hace y se muestra muy seguro de que impondrá sus condiciones. Con las cartas sobre la mesa sugirió al actual y nuevo Tribunal Constitucional decir su palabra.

Recomendamos leer los argumentos del expresidente aquí

Otro oficialista activo en redes sociales es el viceministro Hugo Siles, quien tampoco se refirió a las movilizaciones y solo se limitó a aplaudir desde su perfil de Facebook la movilización convocada por las bases del Movimiento Al Socialismo. "Ratificamos la vigencia del Proceso de Cambio", versó una parte de su publicación.

Por su parte, Hugo Moldiz, el exministro que empañó, según cibernautas, su historia virtual con una insinuación que relacionó a la 'ultraderecha' con las explosiones en Oruro, también hizo su embestida, pero esta vez contra cívicos y alcaldes a quienes acusó de chantaje, manipulación y creación de cuentas falsas para el insulto.

Sin embargo, y de momento, la oposición no señaló inversión alguna en la guerra digital, como sí lo hizo el Estado que reasignó para 2018 un monto Bs 5 millones para la dotación y manejo de equipos destinados a la Dirección General de Redes Sociales dependiente del Ministerio de Comunicación.

La senadora Adriana Salvatierra también entra en el juego. Durante la jornada del 21-F se estrelló contra los manifestantes a los que achacó de consumir alcohol y cobrar dinero para la circulación de vehículos en la capital cruceña.

Del otro lado de la moneda están los opositores que en lugar de arremeter contra el Estado fueron parte de la movilización ciudadana. Quienes han reaccionado en redes sociales son políticos como el senador Óscar Ortiz, quien expuso en Twitter la contundencia de las manifestaciones en La Paz con siete publicaciones hasta el cierre de esta publicación.

En esta misma línea, el vicepresidente del Movimiento Demócrata Social-Demócratas y exgobernador de Beni, Ernesto Suárez, también expuso en la red el comportamiento de las movilizaciones en su departamento y se detuvo: "Un día como hoy hace dos años Bolivia le dijo no a un par de tiranos".

Samuel Doria Medina también aprovechó para informar sobre sus actividades en la red con más de 15 publicaciones relacionadas con los hechos del 21-F y apareciendo en algunas de ellas como parte de los bloqueadores en La Paz.

Arturo Murillo también sacó sus armas de ataque y no perdonó a nadie. Con 22 publicaciones arremetió hasta contra Raúl García, hermano del vicepresidente Álvaro García, quien lideró una marcha masista en La Paz. El senador también denunció un regalo que el presidente Evo Morales hizo a la Federación de Transporte Libre.

Otro que salió a bloquear hasta con sus mascotas fue el alcalde de cochabambino José María Leyes, quien exigió respeto al voto del pueblo.

En otras escalas, menos políticas y más creativas, se esconden historias de los usuarios comunes aquellos que a través del ingenio utilizan las herramientas para arremeter contra uno u otro bando con memes, fotografías, canciones y videos, algo igual que las plataformas ciudadanas que echan mano de grupos y fanpages para propagar sus ideas y pensamientos.

Ellos son protagonistas y soldados de esta batalla librada en un campo de guerra inmaterial pero con un alto poder de efectividad al momento de hacer una embestida. Ambos bandos conocen esta situación y ya preparan sus estrategias para librar la 'guerra digital' la cual mencionó el presidente Juan Evo Morales.

Los ciudadanos también se organizaron a través de chats de Whatsapp con la creación de grupos definidos por barrios o zonas en la capital cruceña, algo similar en ocurrió en La Paz. Asimismo, se convierten en denunciantes de los sucesos que pasan desapercibidos por los ojos de los medios.

Estas líneas se quedan cortas para describir cómo se organizan y se gestan actividades y proyectos que buscan por un lado defender los resultados del 21-F y por otro ratificar a Evo en el poder.