El drama de los migrantes

7.189 refugiados e inmigrantes indocumentados han fallecido en 2016

A lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor. En la actualidad la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, han incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares. 

Un total de 7.189 refugiados e inmigrantes indocumentados han fallecido, así lo informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para el co-desarrollo, es decir, para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como de destino. 

La migración atrae en la actualidad cada vez más atención. Mezclados con factores de incertidumbre, urgencia y complejidad, los retos y dificultades de la migración internacional requieren una cooperación fortalecida y una acción colectiva. Las Naciones Unidas están jugando de forma activa un rol catalizador en este área, para crear más diálogos e interacciones entre países y regiones, asi como para impulsar el intercambio de experiencias y las oportunidades de colaboración. 

Con motivo del Día Internacional del Migrante, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) Disponible en inglés hace un llamamiento a la comunidad internacional para unirse y recordar a los refugiados y migrantes que perdieron la vida o han desaparecido mientras trataban de llegar a puerto seguro después de duras jornadas por mares y desiertos. 

La OIM invita a la gente en todo el mundo a realizar el 18 de diciembre la primera Vigilia Global Disponible en inglés, para honrar a los migrantes que perecieron este año. Cada uno de ellos tiene un nombre, una historia y dejaron su país en busca de mejores oportunidades y protección, para ellos mismos y en muchos casos para sus familias, aspiraciones por las que todos luchamos. 

El 4 de diciembre de 2000 la Asamblea General, ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo, proclamó el Día Internacional del Migrante. Diez años atrás, en ese mismo día en 1990, la Asamblea ya había adoptado la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. 

Los Estados Miembros de la ONU, así como organizaciones intergubernamentales y no-gubernamentales, celebran este Día Internacional difundiendo información sobre los derechos humanos y libertades fundamentales de los migrantes, el resultado de sus experiencias y nuevas medidas que pueden implementarse para protegerlos.

2016, el año con más muertes

Un total de 7.189 refugiados e inmigrantes indocumentados han fallecido este año en su periplo hacia una vida mejor, la cifra global más alta registrada jamás por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Ese número supone una media de 20 muertes por día, lo que indica que la cifra total de fallecimientos de refugiados e inmigrantes indocumentados puede aumentar aún entre 200 y 300 en lo que queda de año, afirmó la OIM en un comunicado. 

"Es posible que muchas muertes pasen desapercibidas y no sean registradas por los gobiernos o por los agentes humanitarios", señala la organización. El conjunto de las víctimas contabilizadas por la OIM en 2015 ascendió a 5.740 y en 2014 a 5.267, cifras muy inferiores a los casi 7.200 fallecidos registrados hasta hoy. Según datos de la organización, todas las rutas habituales de migración -el Mediterráneo, el norte y el sur de África, África central y la frontera entre México y Estados Unidos- han registrado más fallecimientos que en 2015. 

De la misma forma que en los dos últimos años, las rutas que unen el norte de África, Oriente Medio y Europa contabilizaron el 60 % de los decesos de refugiados e inmigrantes ilegales en todo el mundo. Así, las rutas del Mediterráneo fueron las más mortíferas, dado que perdieron sus vidas 4.812 personas al tratar de cruzar el mar. 

Además, al menos 700 eritreos, etíopes, yibutíes y somalís fallecieron por varias causas, incluidos accidentes de los vehículos que los transportaban, en Sudán, Egipto y Libia, o por ataques violentos o falta de medicinas, comida, refugio o agua durante el viaje. La OIM también denuncia que centenares de inmigrantes indocumentados y refugiados perdieron la vida en el continente americano, especialmente en la frontera entre México y Estados Unidos, donde se encontraron 176 cuerpos sin vida en todo el año. 

Por otro lado, en América Latina se registraron 90 fallecimientos más que en 2015. La selva del Darién entre Colombia y Panamá, ruta seguida también para dirigirse a Centroamérica e intentar entrar en el país estadounidense, se cobró al menos 30 vidas, la mayoría cubanos. Además, la OIM apunta a la muerte de seis personas que se ahogaron en Chiapas (México) mientras se dirigían a la costa de Estados Unidos.

Refugiados alcanzan 430 millones

Los programas de ayuda en efectivo para los refugiados y otros desplazados alcanzaron este año la cifra récord de 430 millones de dólares (410,7 millones de euros), informó hoy la Agencia de Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR). Este monto refleja "un importante cambio en cómo se gestionan las crisis de refugiadas en el mundo", señaló la entidad. 

La ayuda en efectivo forma parte de la asistencia de ACNUR desde los años 1980, pero en los últimos años ha adquirido mucho más peso. Este año se han llevado a cabo programas de este tipo en 60 países, el doble de hace cuatro años. 

Tradicionalmente la ayuda ha sido entregada principalmente a través de contribuciones en especie, pero dado que aproximadamente el 80 % de los desplazados viven en ciudades y a menudo tienen un acceso limitado a empleos legales, la asistencia con dinero en efectivo se ha convertido en "una herramienta esencial" en todos los sectores, como el sanitario, el alimenticio o el de la vivienda.

La ayuda en efectivo permite a las personas necesitadas comprar sus propios alimentos, combustible, ropa y medicina o pagar el alquiler en base a sus prioridades personales y sin hacer largas colas en puntos específicos de distribución. Además, de esta manera el refugiado contribuye directamente a las economías locales y fomenta las relaciones positivas con su comunidad de acogida, señala la agencia. 

ACNUR pone su énfasis en las operaciones de ayuda en efectivo en Oriente Medio, que absorbe dos tercios de los programas, y en 2007 amplió su asistencia en respuesta a la crisis de refugiados en Irak. En total unas 1,8 millones de personas en la región recibieron hasta 355 millones de dólares (399,1 millones de euros) en efectivo en 2016. 

En Jordania ACNUR lleva repartiendo desde 2012 en áreas urbanas la ayuda a refugiados "altamente vulnerables" de Siria. Las familias vulnerables están encabezadas a menudo únicamente por mujeres, que se enfrentan a obstáculos culturales y legales y a otros relacionados con el cuidado de los hijos a la hora de encontrar trabajo. 

Por ello la ayuda en efectivo permite prevenir que miles de refugiados recurran a "estrategias desesperadas de supervivencia" como la prostitución, los matrimonios forzosos de menores o el regreso a zonas de guerra. En 2016 ACNUR ha ampliado el uso de dinero en efectivo en la región y el mes pasado extendió su nuevo sistema de distribución en Turquía a medio millón de refugiados y solicitantes de asilo. 

La agencia ha entregado tarjetas de débito a 108.000 familias, entre ellas 96.000 sirias, que están vinculadas a sus números de identidad. El programa de invierno para Turquía asciende a 27 millones de dólares (25,7 millones de euros) y funciona en 50 de las 81 provincias hasta enero. 

En el Líbano, por su parte, ACNUR trabaja con tres agencias de la ONU y seis ONG para distribuir tarjetas electrónicas únicas para evitar que los refugiados tengan que hacer colas y efectuar sus compras en varios puntos de distribución. Los programas en este país de varias agencias benefician a unas 900.000 personas Más allá de Oriente Medio, los programas de ayuda en efectivo de ACNUR, la agencia también ha ampliado sus planes de asistencia en África, Asia y Europa. 

En 2017, Níger, la Reúpública Democrática del Congo, Kenia, el Congo, Ruanda, Somalia, Sudán y Etiopía, Uganda, Afganistán e Irán recibirán apoyo técnico para ampliar los programas de ayuda en efectivo en pro de los refugiados más vulnerables.

Fuente: ONU
Fotografías: Internet
Videos: ONU y Huffington Post