Talento, alcohol y oro olímpico

¿Quién es Michael Phelps?

No hay duda de que el nombre de Michael Phelps resonará por siempre en las villas olímpicas como el hombre que rompió todos los récords en su disciplina, la natación, y por ser el primero en alcanzar las 21 medallas de oro en unos Juegos Olímpicos. 

Su último gran logro fue el haber recuperado el título que le arrebató el sudafricano Chad le Clos en 200m mariposa en Londres-2012. Phelps gritó "Blackjack" mientras el sonido de los aplausos y las ovaciones bajaban desde las gradas para celebrar una nueva medalla y un primer lugar en Río 2016

El 'Tiburón de Baltimore', que acumula un impresionante palmarés con 25 medallas, 21 de ellas de oro, se convirtió en el primer nadador con cuatro medallas en una prueba específica y a la vez, el primero que pierde un título y lo recupera. De sus cinco chances de medalla en Rio-2016, Phelps ya tomó tres de oro, la primera el lunes en los relevos 4x100m libres.

En la premiación, tragó fuerte para no romper en llanto. Y después de escuchar el himno caminó lento hasta la tribuna donde estaba su madre Deborah y su novia Nicole Johnson con su hijo de tres meses, Boomer, a quien cargó y llenó de besos.

Pero para llegar a donde está, el chico que nació en Baltimore y que es hijo de una profesora de escuela llamada Deborah Fue y de un policía retirado que le dio su mismo nombre, tuvo que pasar momentos difíciles y llenos de escándalos que lo originaron una condena a prisión luego de que hubiera tropezado con el alcohol y el descontrol.

La caída del Tiburón de Baltimore

La carrera de Phelps arrancó en en los Juegos de Sídney-2000. En aquella oportunidad llegaba con la ilusión ganar una medalla, de cualquier color -tenía 15 años- . Se tuvo que conformar con un quinto lugar en los 200m mariposa, pero cuatro años después fue la gran estrella de los Juegos de Atenas, con seis medallas de oro y dos bronces. En Pekín-2008 deslumbró al mundo al colgarse en el pecho ocho medallas de oro, fue ahí que comenzó a tejer su leyenda. 

Pese a la deuda de entrenamiento, la edad y deficiencias técnicas por la falta de preparación, fue capaz de clasificarse a sus quintos Juegos Olímpicos, primer nadador estadounidense que logra esa hazaña, y mucho más sumar medallas. 

Parecía estar en la cúspide pero le ocurrió algo que le pasa a muchos jóvenes deportistas que adquieren notoriedad y dinero de forma rápida. Se rodeó de 'amigos' que lo llevaron por oscuros senderos que en primera instancia, terminó en un arresto por manejar ebrio en 2004, dos meses después de regresar de los Juegos Olímpicos de Atenas con seis medallas de oro y dos de bronce. 

A comienzos de 2009, meses después de sus ocho metales dorados en Pekín-2008 y ser declarado el nadador más laureado de la historia olímpica, se vio obligado a admitir un comportamiento lamentable, tras la publicación de una foto en la que aparecía utilizando un bong (pipa de agua), aparato utilizado para fumar marihuana. No fue procesado por faltas de pruebas, pero la Federación Estadounidense de Natación (USA Swimming) lo suspendió por tres meses, y anunciantes como Kellogg's le retiraron su auspicio publicitario.

En octubre de 2014, fue sancionado por la federación de su país con seis meses de suspensión y no participar en los Mundiales de 2015, una semana después de haber sido detenido en Baltimore (Maryland) por conducir bajo los efectos del alcohol, la sanción venció el 6 de abril de 2015, pero la federación estadounidense (USA Swimming) decidió también que el nadador no compitiera en los Campeonatos del Mundo que se disputaron en la ciudad rusa de Kazán del 2 al 9 de agosto de 2015. 

En este caso Phelps, fue sancionado por haber infringido el Código de Conducta de la federación; por lo que fue apartado seis meses de la competición y no pudo ser seleccionado hasta el 6 de abril de 2015.

El renacer de un campeón

En la celda, recordó Michael Phelps en una entrevista televisada, alguien le dijo que "necesitaba cambiar, volver a enfocar las prioridades". Pasó de ser un joven inmaduro a padre de familia, que dedica sus medallas a Nicole (su pareja), a Boomer (su hijo de 3 meses de edad) y a su madre Deborah que lo apoya desde siempre en las tribunas. 

Ese es el aplauso que más le importa, que más siente. Su experiencia lo convierte en una especie de figura paterna para la joven generación de relevo de Estados Unidos. Fue así como el lunes pasado Ryan Held y Caeleb Dressell se apoyaron a él para subir al podio llorando de la emoción tras ganar los 4x100m libres, la primera medalla de oro para ellos, la decimonovena para Phelps.

Apoyó igualmente a Lilly King en sus críticas a la rusa Yulia Efimova, que el lunes ganó plata en los 100m pecho en medio del escándalo de dopaje en su país que dejó a una centena de atletas fuera de los Juegos.

Pero si dicen que los golpes enseñan, Phelps considera haber recibido ya bastantes y tener aprendida la lección. El nuevo Phelps se mantiene como el deportista más laureado de la historia, triunfos que consiguió de la mano de Bob Bowman, su entrenador desde los 11 años, otro padre para él. 

"Le comentaba a Bob la otra noche y creo que una de las cosas que más vueltas me da en la cabeza es que son muchas medallas, hemos conseguido muchas medallas, es insano. Me impresiona pensar en cuando comenzamos, las cosas que hemos hecho juntos", expresó la leyenda del Olimpo deportivo, que ahora tiene el retiro que quería, el que le quiere contar a Boomer cuando crezca.


Composición: Pablo Cambará
Fotos: La Vanguardia, AFP, Internet
Texto: Pablo Cambará, EFE y AFP