Alarma por incremento del consumo de drogas

Hoy se dio a conocer el Informe anual de la ONU sobre estupefacientes

El Informe Mundial sobre Drogas de la ONU fue difundido este jueves Viena. En el mismo, se destaca el "desastroso resurgir" de la heroína como droga de consumo popular ha desatado las alarmas de Naciones Unidas, cuyos expertos señalan que en Estados Unidos las sobredosis han adquirido el rango de "epidemia" y en Europa también se detecta un incremento preocupante del consumo. 

La heroína y otros opiáceos que se consumen con jeringuilla suponen las drogas más peligrosas para la salud tanto por el riesgo de sobredosis como por la posibilidad de contagiarse con el VIH o la hepatitis C, advierte el Informe Mundial sobre Drogas 2015, difundido este jueves en Viena por la ONU. 

"La heroína sigue siendo la droga que mata a más personas y este resurgimiento se debe abordar con urgencia", afirma el director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov. 

Unos 247 millones de personas consumieron algún tipo de droga en 2014, una cifra estable respecto a años anteriores, pero, por primera vez en seis años, aumentó la cifra de drogodependientes, de 27 a 29 millones, debido al auge de la heroína.

Entre los consumidores de drogas inyectables la mortalidad es 15 veces mayor que en otras personas de la misma edad y sexo que no las usan. "Las muertes por sobredosis representan aproximadamente entre un tercio y la mitad de todas las muertes relacionadas con las drogas", indica el informe de la ONU.

Entre 2014 y 2015 se cultivaron en México 24.800 hectáreas de opio, lo que supone el 9 por ciento mundial. Esa cifra es más del doble que en 2013, cuando la extensión de los cultivos era de 11.000 hectáreas, según el documento. En términos globales, Afganistán sigue siendo con diferencia el principal productor mundial, con alrededor del 70 por ciento del opio mundial. 

Mientras que Afganistán abastece a los mercados de Europa, Oriente Medio, África y Canadá; Birmania se centra en el mercado Chino, y la producción de México está dirigida a EEUU. La ONU señala que en Europa Occidental y Central se observan "los primeros indicios de un repunte del mercado de la heroína", sobre todo en países como Francia, Italia y Alemania.

Cannabis, la más consumida

El informe sitúa al cannabis, conocida también como marihuana, como la droga más consumida del mundo, con unos 183 millones de personas que la habrían probado en el plazo de un año, seguida por los estupefacientes sintéticos, incluidas las anfetaminas y el éxtasis, con 55 millones. Le siguen los derivados del opio con 50 millones de consumidores, y la cocaína con 18 millones. 

La ONU precisa que los hombres son más propensos a consumir cannabis, heroína, cocaína o anfetaminas que las mujeres, mientras que las mujeres tienden más a emplear opioides sintéticos y tranquilizantes. 


A pesar de que dos tercios de los consumidores de drogas son masculinos, los efectos en las mujeres suelen ser peores porque no tienen acceso a tratamientos contra la drogodependencia. 

Mientras que uno de cada tres consumidores de drogas es una mujer, sólo uno de cada cinco consumidores en tratamiento es femenino, lo que se explica con "ciertos estereotipos y actitudes", especialmente en los países en desarrollo, concluye el informe. Además, numerosas mujeres sufren maltrato a manos de parejas que consumen drogas.

"Los datos recientes de los estados (de EEUU) que han legalizado el consumo recreativo de marihuana indican que ha aumentado el consumo de cannabis, como reflejan también los indicadores de salud y seguridad pública", señala la ONU. 

La ONU asegura que a escala mundial se ha estabilizado el consumo de cannabis, pero en algunas regiones, "especialmente América del Norte y Europa Occidental y Central, ese consumo ha aumentado".

El opio, materia prima de la heroína

La demanda de heroína y otros derivados del opio ha llevado a que los cultivos de adormidera crezcan en México, que es el tercer cultivador mundial de la planta con la que se produce la heroína, después de Afganistán y Myanmar. 

Según los datos del informe de Naciones Unidas, en 2014/2015 se cultivaron en México 24.800 hectáreas de opio, lo que supone el 9 por ciento mundial. Esa cifra es más del doble que en 2013, cuando la extensión de los cultivos era de 11.000 hectáreas, según el informe de Naciones Unidas. 

En el año 2000 los plantíos de amapola apenas tenían 1.900 hectáreas. Los otros países latinoamericanos que abastecen al mercado de EEUU son Guatemala, con 640 hectáreas en 2014, y Colombia, con 387 hectáreas en ese mismo año. 

En términos globales Afganistán sigue siendo con diferencia el principal productor mundial, con alrededor del 70 por ciento del opio mundial (unas 3.300 toneladas). Le sigue Myanmar con el 14 por ciento de la producción mundial, que equivale a unas 650 toneladas. 

La ONU señala que en América Latina la producción de opio entre 1998 y 2015 se ha duplicado hasta las 500 toneladas, lo que supone alrededor del 11 por ciento mundial. 

Mientras que Afganistán abastece a los mercados de Europa, Oriente Medio, África y Canadá; Myanmar se centra en el mercado chino, y la producción de México está dirigida a EEUU. 

"El cultivo de opio en México es más a escala de agricultores. No hemos estudiado en profundidad, tal como hemos hecho en Afganistán, cuál es la situación de los agricultores y por qué cultivan opio y no cultivos ilícitos", declaró la experta de la ONU.

Como un dato específico, se publica en el informe que en Afganistán, las superficies cultivadas de adormidera, a partir de la cual se fabrica la heroína, pasaron de 224.000 hectáreas en 2014 a 183.000 en 2015. El impacto de los récords de producción de años anteriores es notable entre los consumidores de Asia, que absorbe dos terceras partes de los productos opiáceos en el mundo, Europa y Estados Unidos, según la organización.

Cocaína en América Latina

En 2013, no solo siguió disminuyendo el cultivo de arbusto de coca (con lo que alcanzó su nivel más bajo desde 1990, cuando empezó a disponerse de estimaciones), sino que la prevalencia anual del consumo de cocaína (el 0,4% de la población adulta) también siguió reduciéndose en Europa occidental y central y en América del Norte. 

En esas subregiones, donde, junto con los países de América del Sur, se encuentran los mayores mercados de cocaína del mundo, la prevalencia del consumo de cocaína es la más elevada. 

Las medidas para reducir la oferta pueden haber contribuido al descenso del cultivo de arbusto de coca en los países productores, lo que ha dado lugar a una menor disponibilidad de cocaína y a la contracción de algunos de sus principales mercados. 


Además del costo humano de la fabricación y el tráfico de cocaína, el cultivo ilícito de arbusto de coca y la transformación de la coca en cocaína siguen causando graves daños al medio ambiente, aun cuando el cultivo del arbusto de coca haya disminuido. 

Solo en Colombia, se perdieron unas 280.000 hectáreas de bosques entre 2001 y 2013 como consecuencia directa del cultivo de coca, en tanto que las prácticas agrícolas de tala y quema utilizadas para limpiar nuevas parcelas han dado lugar a un aumento de la erosión. 

Daños al medioambiente

Más allá de los problemas de violencia, corrupción y salud que la droga genera, el cultivo de sustancias ilegales supone una amenaza para el medioambiente y es un factor de deforestación y pérdida de biodiversidad, según advierte la ONU en un informe publicado hoy en Viena. 

Por primera vez, el Informe Mundial sobre Drogas que cada año emite la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) se refiere a dicha amenaza ecológica, especialmente en los países andinos donde se cultiva hoja de coca y en las regiones de Asia afectadas por el opio. 

"La deforestación es la principal preocupación medioambiental resultante de los cultivos ilegales, especialmente plantaciones de arbustos de coca en América del Sur, cultivo de amapola en el Sureste de Asia y, hasta cierto punto, el cannabis", señala el reporte de la ONU. 

La pérdida de bosque puede deberse tanto a su sustitución directa por esas plantaciones ilegales, la apertura de pistas de aterrizaje o carreteras clandestinas o incluso otras actividades económicas, como la ganadería o la tala, usadas por los narcotraficantes para lavar dinero. Además, el narcotráfico viene asociado en estos países a un debilitamiento del imperio de la ley que facilita otras actividades, como la minería ilegal, que también afectan al medioambiente. 

Aunque la ONUDD reconoce la dificultad de evaluar la relación entre cultivo de coca y deforestación, el informe menciona casos concretos, como el de Colombia, donde se estima que entre 2001 y 2014, unas 22.400 hectáreas anuales de arbusto de coca aparecieron donde antes había bosque

El informe señala que parece haber una correlación entre la pérdida de bosque en el este de Honduras entre 2004 y 2012 y la llegada de cargamentos de cocaína desde América del Sur. Otro factor de riesgo es el uso de productos químicos peligrosos usados en la fabricación de las drogas y que muchas veces son vertidos directamente en el alcantarillado urbano o en ríos y bosques. 

La ONUDD también se refiere a otro tipo de cargas que el cultivo de drogas supone para el medioambiente, como es el consumo excesivo de agua en algunas regiones de Afganistán donde se cultiva la amapola de la que se saca luego el opio y la heroína, o el agotamiento del suelo.

 Otra de las preocupaciones de la ONU es la amenaza a la diversidad de fauna y flora, teniendo en cuenta que la región de los Andes Tropicales es la que tiene una mayor biodiversidad del mundo y está amenaza por los cultivos de opio. 

Texto: EFE y EL DEBER
Fuente: Informe Mundial sobre Drogas de la ONU difundido en Viena
Composición: Pablo Cambará
Fotografías: Internet, archivo