Delitos, investigación y luto; a una semana de la tragedia 

El ministro de Obras Públicas de Bolivia, Milton Claros, dijo que el Gobierno encuentra indicios de "posible incumplimiento de deberes" y "posiblemente uso indebido de influencias" en el control a la aerolínea Lamia y el vuelo que se estrelló cerca de Medellín y que causó 71 muertes. 

En una entrevista con la televisión estatal, el ministro afirmó que "hemos encontrado indicios de posibles incumplimientos de deberes, incumplimiento de control interno y posiblemente uso indebido de influencias". Las sospechas se basan en la relación de parentesco entre un exidrector de la Dirección General de la Aeronáutica Civil (DGAC) y el director general de Lamia, Gustavo Vargas Villegas y Gustavo Vargas Gamboa, hijo y padre. Vargas Villegas, retirado de su cargo, ejercía como director del registro aeronáutico nacional de la DGAC, y por tanto era responsable de otorgar licencias de vuelo a las empresas. 

Claros recordó que el Ministerio de Obras Públicas -que tiene las competencias del transporte aéreo- investiga la regularidad del proceso por el que Lamia obtuvo su licencia de vuelo y también la autorización del plan de vuelo del avión que se estrelló el 28 de noviembre. Las autoridades se han dado un plazo de diez días para concluir esa investigación. 

El Ministerio se ha querellado contra Lamia y algunos funcionarios, afirmó el funcionario. Por otra parte, la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) presentó el viernes una denuncia contra una de sus empleadas, quien revisó el plan de vuelo de la nave siniestrada pero solo presentó observaciones el día siguiente del siniestro y no se comunicó con sus superiores antes del despegue. 

Que el vuelo se autorizara sin tener una autonomía de combustible superior en al menos una hora y media al trayecto previsto, como marca la normativa, es otro indicio de incumplimiento de deberes, resaltó Claros. "Son presunciones que tenemos, es nuestra obligación verificar, pero ya son elementos que nos llevan a pensar que aquí las cosas han tenido cierto favoritismo, cierta laxitud y que tenemos que tomar acción inmediata", aseveró. 

En opinión del ministro, el comportamiento de algunos funcionarios de la DGCA y AASANA "amerita sanciones drásticas en el interior". "Es un tema penal, lamentablemente se han sacrificado más de 70 personas por una inacción, una irresponsabilidad al cumplimiento de la normativa", expuso. 

Claros añadió que el Ministerio se dispone a realizar auditorías, no sólo de Lamia, sino también de otras compañías que operan vuelos chárter, ámbito en el que estaba especializada la empresa. El ministro explicó que DGCA y AASANA, cuyos directorios han sido suspendidos al completo para no interferir en la investigación, son organismos autónomos y descentralizados, pero también dijo que van a aumentar los controles del Ministerio. 

El Gobierno boliviano está en contacto con las instituciones colombianas, de quien depende la investigación del accidente, y brasileñas. El avión de la compañía boliviana Lamia se estrelló la noche del 28 de noviembre cerca de Medellín, un accidente que causó la muerte de 71 personas entre jugadores, cuerpo técnico y directivos del club de fútbol brasileño Chapecoense, así como varios periodistas y tripulantes del avión, mientras que seis personas sobrevivieron. 

LaMia no estaba afiliada a la Asociación de Líneas Aéreas


La aerolínea LaMia, cuya aeronave se estrelló el lunes en Colombia cuando transportaba al club de fútbol Chapecoense y a otros pasajeros, no estaba afiliada a la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) de Bolivia, informó el viernes la gerente de esa asociación, Yanela Zárate. 

No obstante, Zárate sostuvo que aunque LaMia no era parte de ALA, al trágico accidente que protagonizó a comienzos de esta semana "es un duro golpe para la aviación boliviana", que actualmente "se encuentra de luto" por ese hecho. "Este fue un duro golpe para la aviación boliviana, todos los sentimos mucho, más los vinculados a la aviación. (LaMia) no es parte de ALA, pero en el tema de aviación, como en cualquier otro rubro, cuando ocurre este tipo de siniestros, en realidad todo el sector se encuentra de luto", remarcó en conferencia de prensa. 

Sostuvo que ALA espera que el accidente de LaMia, que se saldó con 71 muertos y seis heridos, no afecte al mercado aeronáutico boliviano y su proyección en el ámbito internacional. "Espero que esto no afecte. 

Nuestras autoridades se sujetan a normas y procedimientos de carácter internacional. La DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil) está formada por personal con vasta experiencia", remarcó. Por otro lado, respecto al anuncio que hizo el ministro de Obras Públicas, Milton Claros, sobre una fiscalización a las autorizaciones de las líneas aéreas en el país, a propósito del accidente de LaMia, la Gerente de ALA dijo que "el Estado es soberano de fiscalizar cualquier autorización".

Tumiri: "nunca supimos de la emergencia"

El técnico boliviano Erwin Tumiri, uno de los seis sobrevivientes del vuelo 933 de Lamia que se accidentó el pasado 28 de noviembre cerca de Medellín y que dejó 71 muertos, dijo este lunes que dentro del avión en que viajaba la plantilla del Chapecoense nunca supieron que estaban en emergencia. 

"Nadie supo lo que estaba pasando, todos creíamos que íbamos a aterrizar porque el piloto ya lo había anunciado y estábamos esperando eso", afirmó Tumirí a la emisora W Radiio Colombia por medio del contacto con EL DEBER. 

El avión Avro RJ85, de la compañía boliviana LaMia, se estrelló en la noche del lunes 28 de noviembre contra el Cerro Gordo, de la localidad de La Unión (noroeste), cuando se aproximaba al aeropuerto de Medellín procedente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). 

La tripulación del avión de Lamia estaba integrada por Miguel Quiroga (piloto), Ovar Goytia (copiloto), Sisy Arias (piloto), Romel Vacaflores (asistente de vuelo), Ximena Suárez (auxiliar de vuelo), Alex Quispe (despachador), Gustavo Encina (piloto de nacionalidad paraguaya), Erwin Tumirí (técnico) y Ángel Lugo (técnico venezolano). 

Tumiri, uno de los dos tripulantes sobrevivientes junto a la auxiliar de vuelo Ximena Suárez, aseveró que ni los pilotos ni la tripulación avisaron a los pasajeros sobre la emergencia: "Nosotros sentimos el descenso, pero pensamos todo el tiempo que era un aterrizaje". Asimismo, precisó que "todo fue muy rápido, de un momento a otro vibró el avión, se apagaron las luces y se prendieron las de emergencia y pues ahí nos dio la mala vibra". 

Por otro lado, desmintió las versiones que aseguraban que tuvo tiempo de ponerse en posición fetal para enfrentar la emergencia y que algunos tripulantes gritaban por sus vidas. "Nadie sabía que había un problema, nosotros estábamos preparados para aterrizar, no hubo tiempo para nada, ni me puse en medio de maletas ni hubo gente gritando levantándose de sus sillas como dijeron por ahí", reveló. Tumirí, que estaba ubicado en la parte trasera de la aeronave en el momento del accidente, explicó que no es empleado de la aerolínea LaMia sino de "otra empresa que nos contrata, yo iba ahí como técnico contratista".

El siniestro aéreo causó la muerte de 71 de los 77 pasajeros, entre ellos 19 jugadores, miembros del cuerpo técnico y directivos del club de fútbol brasileño Chapecoense, que debía disputar la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional, en Medellín, así como varios periodistas y tripulantes del avión.

Solo sobrevivieron seis personas: los futbolistas brasileños Alan Ruschel, Jackson Follman y Helio Neto, el periodista Rafael Valmorbida Henzel y dos bolivianos: Ximena Suárez y Erwin Tumirí.

Los otros cinco supervivientes se recuperan en los centros de atención hospitalaria de Medellín a la espera recibir el alta médica. Tumirí se encuentra en Bolivia después recibir el alta en Colombia el pasado viernes.

Sobre su reencuentro con su familia relató que fue muy emotivo y que su madre "no lo podía creer, ella está muy emocionada".

Fotos: APG, AFP, EL DEBER
Fuente: AFP, EFE y EL DEBER