Las FARC silencian sus fusiles
en Colombia

Colombia da un paso histórico este jueves en La Habana con un acuerdo para fijar las acciones que podrán fin al cruento conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla comunista de la FARC, que ha durado medio siglo

En presencia de numerosos jefes de estado y del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el jefe supremo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Timoleón Jiménez (Timochenko) firmaron cerca al mediodía de este jueves en La Habana, un acuerdo que traza los pasos para el cese definitivo y bilateral de las hostilidades. 

El presidente colombiano viajó a Cuba acompañado de sus ministros de Defensa, Luis Carlos Villegas; Interior, Juan Fernando Cristo; Educación, Gina Parody; Trabajo, Clara López, y el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, entre otros. También lo acompañan funcionarios como el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria; representantes de los partidos políticos que apoyan al Gobierno y jerarcas de la Iglesia católica.

Es un paso decisivo que permitirá terminar en el corto plazo el fin del más antiguo conflicto bélico de América Latina, que oficialmente ha dejado más de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados. 

El acuerdo, anunciado el miércoles por los negociadores después de tres años y medio de pláticas en Cuba, constituye el último punto espinoso a resolver por las partes antes de la firma de una paz definitiva. 

El texto, que define las principales modalidades del fin del conflicto, concierne igualmente "la dejación de las armas y las garantías de seguridad (para los rebeldes) y la lucha contra las organizaciones criminales (...) sucesoras del paramilitarismo", según indicó el miércoles en anuncio conjunto, sin ofrecer mas detalles. 

Tampoco fijó una fecha para la entrada en vigor del cese al fuego, aunque los enfrentamientos armados son cada vez mas escasos en los últimos meses, especialmente por el fin de las hostilidades decretado unilateralmente por las FARC desde julio de 2015. 

"Lo más probable es que el inicio del cese al fuego bilateral coincida con la firma final de los acuerdos, probablemente en agosto o septiembre", opinó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el análisis de conflictos (Cerac). A inicios de semana, Santos estimó que el diálogo de paz podría concluir el 20 de julio, fiesta nacional de Colombia, fecha que el ejecutivo y la guerrilla habían programado reunirse. 

Mientras que Santos mostró su entusiasmo al decir que la paz es "un sueño que comienza a hacerse realidad", el comandante de las FARC advirtió que la paz solo sería posible si los negociadores del gobierno "no se aprovechan los últimos minutos para conseguir lo que no han podido en 4 años de debate".

¿Una paz aparente?

Durante la ceremonia de firma, se espera que los rebeldes revelen los términos de la desmovilización de sus cerca de 7.000 combatientes que deberán desplazarse a áreas de concentración. Ya se anticipa que su desarme se realizará bajo la supervisión de una misión de la ONU. 

Pero alcanzar la paz con las FARC no significará el fin total del conflicto militar en Colombia, donde aún resta llegar a un acuerdo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y terminar con el accionar de las bandas criminales remanentes de grupos paramilitares, que persisten en desafiar al gobierno. 

"Creo que la actividad del ELN sobre todo y Bacrim (bandas criminales) hace que todavía no se pueda hablar de un fin completo del conflicto armado. Será el fin del conflicto armado mas importante de Colombia, pero no de todos", dijo el analista del Grupo de Crisis Internacional para Colombia, Kyle Johnson. 

Sin embargo, la esperanza es permitida si este acuerdo se conjuga con el anuncio de marzo último del próximo lanzamiento de un proceso de paz con el ELN, luego de más de tres años de conversaciones preliminares confidenciales

En las conversaciones abiertas con las FARC, que comenzaron en noviembre de 2012, ya se alcanzaron acuerdos parciales en el tema agrario, el tráfico de drogas, la reparación de víctimas (que incluye la aplicación de la justicia a los ex beligerantes) y la participación política de los rebeldes desmovilizados. 

Las partes también llegaron recientemente a un acuerdo sobre el marco legal del acuerdo final de paz y el abandono del reclutamiento de menores por parte de la guerrilla. El último punto en suspenso concierne al mecanismo de refrendación del acuerdo final de paz. 

El presidente Santos se pronuncia por un referendo, mientras que los jefes de las FARC, después de haber exigido por mucho tiempo una asamblea constituyente, se declararon recientemente abiertos a una consulta popular, lo que permite a los observadores avizorar una pronta resolución de este último punto.

Claves para entender el acuerdo

El humo blanco entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) está muy cerca. Tras casi cuatro años de negociaciones, ambas partes están a un paso de firmar la paz.

Hasta altas horas de ayer las delegaciones de paz del Gobierno y las Farctrabajaron en la redacción del comunicado conjunto que será divulgado hoy, al mediodía, en La Habana (Cuba).

En este se dará cuenta de las líneas principales de los tres acuerdosalcanzados en el punto de Fin del Conflicto: garantías de seguridad, cese bilateral y definitivo del fuego y dejación de armas.

Los textos suman más de 30 páginas y contienen el número de zonas en las que se concentrará la guerrilla para iniciar el proceso de dejación de las armas y reinserción a la vida civil. Según pudo establecer El Espectador, se trata de poco más de 20 puntos en ocho regiones del país. Asimismo, el acuerdo establece las reglas de funcionamiento de dichas zonas y los términos en que se procederá a la progresiva dejación de las armas.

En cuanto al acuerdo sobre dejación los textos precisarán la hoja de ruta para que las Farc entreguen hasta la última pistola.

La primera fase será de identificación, recolección y almacenamiento de las armas. Posteriormente, el material explosivo y el armamento artesanal será destruido. Luego, un porcentaje importante de armas será extraído por la ONU y puestas en custodia de un tercer país, mientras otro porcentaje será almacenado en las zonas de concentración, pero no podrá ser utilizado. Finalmente, un porcentaje menor, que oscila entre 10 % y 5 %, quedará para los esquemas de seguridad de la misma guerrilla.

Y sobre esto último precisamente versa el tercer acuerdo: garantías y desmonte de las estructuras sucesoras del paramilitarismo. Una materia que ha sido trabajada desde la subcomisión encabezada por el general (r) Óscar Naranjo, a nombre del Gobierno, y Pablo Catatumbo, como vocero de las Farc, publica el diario La Tercera.

Ya se sabe que el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP) Diego Mora ha estado viajando recurrentemente a La Habana. De aquí saldrá el anuncio sobre unos esquemas de seguridad con participación de miembros de las Farc, apoyo de la UNP y la creación de un bloque especial de desmonte del paramilitarismo, que tendrá como objetivo desarticular las llamadas bandas criminales y esclarecer, con fiscales especializados, cómo operan las redes de apoyo a estas estructuras, identificando a miembros de la Fuerza Pública involucrados y particulares que han financiado y promovido su creación.

En un proceso

A pesar de que el anuncio no quiere decir que se firme la paz en este momento ni que se deje la violencia de inmediato, sí significa un gran avance para el gobierno colombiano y la guerrilla, que desde fines de 2012 llevan adelante negociaciones para poner fin al conflicto. En marzo pasado, ambas partes no lograron firmar la paz tal como habían anunciado en septiembre de 2015. Esto, porque aún quedó pendiente acordar algunos puntos de la agenda para llegar a la paz.

Hasta el momento, existen cuatro de las seis materias convenidas en las negociaciones que ya fueron acordadas por ambas partes: reforma agraria, drogas ilícitas, la justicia transicional y reparación de víctimas, y participación política, aunque en este punto quedan por establecer algunos detalles.

Además del acuerdo de hoy, uno de los puntos clave para firmar la paz es el mecanismo por el cual se refrendará el acuerdo. El presidente Santos busca llevar a cabo un plebiscito, algo a lo que se han opuesto las Farc. Aún queda que la Corte Constitucional se pronuncie cuál es el mejor método para que la paz sea aprobada por la ciudadanía.

De acuerdo a la analista política de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz, el anuncio es parte natural de la evolución que han tenido los diálogos de paz en los últimos meses. "Tiene que ver con uno de los puntos más álgidos y difíciles de la agenda. Pero esto quiere decir que la voluntad de las Farc es absolutamente irreversible. Hoy no termina el proceso, no se firma el acuerdo de paz como tal, pero se logra avanzar en uno de los puntos que tenían que ver con cómo se le iba a poner fin al conflicto", dijo a La Tercera.

El analista colombiano Diego Cediel también afirmó a este diario queSantos busca “reanimar a la opinión pública para que reenfoque su atención hacia la principal política del gobierno y abre la posibilidad de que el cese bilateral sea el marco en el cual se efectúe el plebiscito”.