"Sed, Hambre y Muerte"

Naufragio en la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano

En la escuela nos mencionaron que un señor llamado Fernando de Magallanes había sido el primero en dar la vuelta al mundo pero no nos enseñaron en que condiciones.

Muertos de sed y de hambre, esqueléticos, tambaleantes, enfermos y algunos moribundos en el más extenso viaje de descubrimiento que jamás existió. Las aventuras y los peligros que corrieron los hombres pero también las maravillas que descubrieron en su afán por conquistar la fama y la gloria.

El 10 de agosto de 1519 parte de Sevilla la expedición al mando de Fernando de Magallanes, que tres años después se convirtió en la primera en dar la vuelta al mundo.

Magallanes había leído a los antiguos y sabían que los continentes eran islas gigantes, de manera que navegaban hacia el sur para encontrar un paso para llegar al otro océano y de allí a Asia, a las ansiadas especias que eran la pimienta, canela y clavo, éstas que Cristobal Colón intentó encontrar pero no lo logró.

Las cinco navieras zarparon el 20 de septiembre del puerto de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, tuvieron algunos problemas en el Atlántico pero le rezaron a San Telmo, patrono de los navegantes, y les trajo consuelo y paz. Llegaron a la bahía de importación de Río de Janeiro donde los recibieron indios hospitalarios.

Continuaron navegando hacia el sur, buscando el paso entre los océanos rodearon las costas y durante 5 meses sin encontrar nada más que playas inhóspitas y desoladas, ni un alma, ni animales que cazar para poder comer.

Durante el invierno, Magallanes sufrió un motín, los hombres cansados y hambrientos decidieron emprender el regreso que supuso la pérdida de dos de las cinco naves de la expedición.

Quedaban 3 barcos para continuar la expedición. Después de una borrasca de 36 horas, los marinos divisaron en la lejanía de las grandes columnas de humo, y ese lugar del mundo fue entonces llamado, como Tierra del Fuego.


Al terminar la estación fría, siguieron hacia el sur hasta encontrar el paso que ahora llamamos Estrecho de Magallanes, un laberinto geográfico que se logró atravesar sin daños. Llegaron así al inmenso océano Pacífico que Magallanes había subestimado. La expedición pasó tres meses navegando por sus aguas sin pisar ni ver tierra firme y lo peor estaba por venir.

Las enfermedades

En ese océano sereno los marinos se enfrentaron al hambre y al escorbuto. 

El escorbuto es una deficiencia en vitamina C. Esta molécula es abundante en los cítricos, muchas verduras y en la carne fresca pero los marinos pasaban en la carne fresca, galletas y cereales. Los síntomas más conocidos de esta enfermedad son relacionados con los problemas en la síntesis del colágeno, una proteína que forma el armazón de muchos tejidos. Estos síntomas incluyen manchas en la piel, hinchazón en las encías, perdida de dientes, y hemorragias. Según el Dr. Samuel Johnson, más le valía a un hombre estar en la cárcel que en el barco, porque en prisión tiene más espacio, mejor comida y mejor compañía. En los barcos, ya no no podían comer: las galletas empapadas con gusanos y orines de rata, de las aguas podridas. Muchos enfermaron, tenían las encías tan hinchadas que eran incapaces de comerse a las ratas. En ese tramo del viaje murieron 19 hombres.

El escorbuto era una enfermedad habitual en las tripulaciones que emprendía grandes travesías, era conocida como "la peste del mar" o "la enfermedad de los piratas".

En enero de 1521, la expedición en crisis alcanza la isla de Guam donde se repone y emprende su viaje hacia Asia. Navegaron hasta San Lázaro, que luego sería llamado Filipinas. El rajá los recibió después de una demostración de sus extraordinarias armas y sus viajes largos por varios países. En efecto, el rajá ofreció un banquete para los marineros para que pudieran reponerse.  Magallanes en un acto de soberbia o de imprudencia insistió en que los nativos destruyeron las estatuas de sus dioses y se convirtieran al cristianismo. Un rival se resistió a obedecer al capitán y durante un ataque, Magallanes fue herido en la pierna con una flecha envenenada que le causó la muerte. 


El fuerte capitán que había ejecutado sin piedad a los que contradijeran sus órdenes, aquél que al igual que sus hombres había padecido sed y hambre, que había perdido las lágrimas al cruzar en el fin del mundo, el estrecho que hoy lleva su nombre, moría muy lejos de su tierra y la mitad de su sueño dando paso al mandato de Juan Sebastián Elcano, quien consiguió atracar las navieras en las islas Molucas. Cargado de especias, emprendió el viaje de regreso por el Índico hasta llegar a España en septiembre de 1922. Nadie pensó que seguirían con vida: rezando, llorando, esqueléticos y enfermos. Sebastián Elcano al mando del único barco que quedaba de los cinco que zarparon con Magallanes, completó la vuelta al mundo con solo 17 sobrevivientes de los 200 de zarparon en esa gran y exitosa aventura.