Del voto manual al voto automatizado

Un sistema transparente y audita

Las condiciones y garantías para que los venezolanos ejerzan el derecho al sufragio han evolucionado desde el año 1999. 

Desde entonces, es tradicional que en Venezuela se realicen elecciones, por lo menos, interanual. Para ello, el Consejo Nacional Electoral ha puesto en marcha un proceso continuo de automatización del voto, que en la actualidad ha sido reconocido como uno de los mejores del mundo, de acuerdo con organizaciones nacionales e internacionales, como el Centro Carter.

Sin embargo, antes de la aprobación de la Constitución de 1999, el sistema de votación era manual, y muchos observadores políticos le atribuyeron fallas y vicios que manipulaban la intención del voto.

El sistema manual y el "acta mata voto"

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Las irregularidades en las elecciones en las que el voto era manual se convirtieron en una condición sistemática del aparato político. 

Este mecanismo se prestaba para acciones fraudulentas que favorecían a los partidos más grandes. Aquí nació la conocida frase "acta mata voto", que describía lo amañado que era el proceso de votación por la falta de testigos de las agrupaciones políticas más pequeñas en las mesas electorales, situación aprovechada por los partidos dominantes (AD y Copei), que se repartían los votos entre ellos y forjaban las actas, de acuerdo a informaciones recogidas en los medios de comunicación social.

La automatización es ley 

AVN

Con la aprobación de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política (1997), se inició un proceso de renovación del proceso electoral venezolano.

En esta normativa se consagraron innovaciones importantes: la automatización de los procesos electorales y la despartidización de las organizaciones electorales. 

A partir de este mandato, en Venezuela se está innovando en materia de automatización del voto, hasta ser ampliado en la actual Ley Orgánica de Procesos Electorales (2009)
AVN

La implementación del voto electrónico ha sido progresivo. Las primeras elecciones totalmente automatizadas fueron las de 1998, asistidas por una compañía extranjera, la cual se encargó de los procesos electorales que se llevaron a cabo entre 1999 y 2003. 

El sistema era mixto: los cuadernos seguían siendo manuales y la votación era sobre un tarjetón, en el cual se rellenaba un óvalo con un bolígrafo, pero el voto era introducido en unas máquinas con un lector óptico para hacer el conteo y la totalización de forma automatizada.

Voto electrónico

A partir del año 2003, la inversión para lograr la automatización de las diferentes fases del proceso electoral se intensificó.

En el año 2004, Venezuela se convirtió en el primer país del mundo en realizar una elección nacional con máquinas que imprimen el comprobante del voto. 

Luego, en 2012, el país volvió a marcar la pauta, cuando realizó la primera elección nacional con autenticación biométrica del elector y la posterior activación de la máquina de votación.

Una elección auditable en todos sus procesos

Este 15 de octubre, los venezolanos participarán en la elección número 22 para elegir gobernadores y gobernadoras de 23 entidades federales del país. 

Como en los otros procesos de votación, la auditoría del sistema automatizado está garantizada. 

El CNE ha planificado 13 procesos de verificación en los que participan todas las organizaciones políticas, además de los mismos ciudadanos, los observadores nacionales y los acompañantes internacionales.

Entre las auditorías que avalan el proceso están: al software de votación, de producción de las máquinas de votación, de pre-despacho de máquinas de votación, de infraestructura,  al Sistema de Identificación Biométrica, de producción del Sistema de Identificación Biométrica, a la red de transmisión de datos, del sistema de totalización, de cierre, de las memorias, posterior, de boletas electrónicas y de cuadernos impresos.

El método de votación venezolano se fortaleció con la entrada del Sistema de Autenticación Integral (SAI), última fase de la automatización, que permite al elector activar la máquina con su impresión digital, lo que representa una garantía más para la integridad del voto. 

Una vez que la huella dactilar del votante es autenticada, la máquina está activada para que marque su opción directamente en la pantalla de la máquina o en la boleta electrónica. 

El candidato seleccionado aparecerá en la pantalla, en la cual podrá confirmar su sufragio, para finalmente presionar VOTAR.

Todas las fases del proceso están protegidas con una clave alfanumérica, cifrada mediante un hash o firma electrónica. 
Esta clave no depende de una de las partes porque está compartida entre el CNE, las organizaciones con fines políticos de todas las tendencias y la empresa encargada de la logística.
Eso hace imposible acceder a los datos sin este elemento entre todos los actores.