Cada día crecen las estadísticas de familias desalojadas de sus viviendas por imposibilidad de pago (14 millones de personas se registraron en 2014 solo en EEUU). Mientras, organismos internacionales de derechos humanos denuncian la vista gorda de los medios de comunicación para proteger a los gobiernos que permiten esta irregularidad. La ausencia de programas sociales, entre ellos la adquisición de viviendas, y la violencia (jurídica y policial) son características del modelo económico neoliberal. De nada sirven las súplicas de los grupos vulnerables para evitar los desahucios.
