Crisis humanitaria: Guerras y catástrofes naturales 

Emergencias que requieren apoyo internacional

  Problemas  políticos, desastres naturales,
hambruna y desahucios, constituyen
crisis humanitaria cuando las emergencias
de la  población son masivas y requieren ayuda internacional para superarlas. De no atenderlas oportunamente, ellas pueden desencadenar
en una catástrofe.
 
Tras la guerra en el Medio Oriente, desde 2013,
más de 24 mil refugiados se han desplazado lejos
de sus hogares. Esta movilización humana causó 
escasez de alimentos, refugio, agua y salud pública,
en en la mayor parte de Europa, especialmente
en Grecia. En 2016 Europa declaró la crisis humanitaria como consecuencia cerró la ruta
 de los Balcanes a los refugiados e impidieron el ingreso a Grecia, con el riesgo de provocar una catástrofe.
Ante la ola de violencia existente en Centroamérica 70 mil niños y jóvenes menores de 18 años cruzaron
la frontera hacia Estados Unidos en 2014. La cifra duplicó el número de menores con respeto al año anterior.
 


12 muertos y 1 millón de evacuados en Valparaíso
fue el resultado de un terremoto con magnitud  8,3
en la escala de Richter que sacudió a Chile en 2015.


Una triple crisis humanitaria enfrentó Japón el 11
de marzo de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter cobró 20 mil víctimas mortales, 6 mil heridos y destruyó 125 mil edificios. Más tarde, dio paso a un tsunami que registró olas de treinta metros de altura
. Todo esto trajo
como consecuencia una e
xplosión en tres de los reactores del Complejo de energía nuclear de Fukushima.
Aún hoy día, se presentan secuelas de la radiación.
Un saldo de más de 150 mil muertos, 250 mil heridos  y 1 millón de personas sin hogar fue el resultado
de un terremoto en Haití en 2010 de magnitud 7,0
en la escala de Richter.
Su epicentro se registró a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital del país. 
República Dominicana vivió crisis humanitaria
en 2015, cuando más de 14 mil personas provenientes de Haití cruzaron la frontera.Todo ello como consecuencia de la escasez de comida y salud pública.
En enero y febrero de 2001, El Salvador sufrió dos sismos: el primero de magnitud 3,6 en la escala
de Richter sin víctimas, ni daños materiales; mientras que el segundo fue de 7,6  y sumó un saldo devastador de 
1150 personas muertas, 8 mil heridos, 200 mil personas damnificadas y más de 200 casas sepultadas. La población más vulnerable fueron las mujeres y niños menores de 5 años ante la escasez de los alimentos
y la ausencia de resguardo. 
Más de 30 mil personas murieron y 150 mil quedaron damnificados como consecuencia de la tragedia
de Vargas, en diciembre de 1999. El desastre natural también es conocido como deslave debido
a la avalancha de tierra, piedras y árboles
que se sumaron a las inundaciones que se iniciaron
las dos primeras semanas del mes de diciembre
con las intensas lluvias que saturaron los caudales
de los ríos. Dejando vulnerable a la población
 al no tener alimentos, resguardo y salud pública.
Más de 2,8 millones de personas (cerca del 25%
de la población) enfrentan el no tener que comer
en Sudán. El 8 de febrero de 2016, la Unicef reseñó
los niveles de inseguridad alimentaria debido a la falta de comida y el inexistente acceso de las personas a ella, situación que ha desencadenado una crónica hambruna a gran escala en el país.
Ante el conflicto armado interno, la violencia
 y el narcotráfico, Colombia es el segundo país
con el mayor número de desplazados internos (campesinos, indígenas y afro-descendientes)
en el mundo. De 2006 a 2010 el promedio
 de desplazados fue de 366 mil 962, mientras
que entre 2010 y 2014 hubo 189 mil 436.
El 45% de los desplazados perdieron sus tierras
y  más de 1 millón de hogares fueron reubicados.
Ante la crisis económica española de 2008-2014,
más de 600 mil familias han sido desalojadas
de sus hogares ante el impagable costo de las cuotas hipotecarias impuestas por la banca. Situación
que se agudiza tras la ola de despidos que adelanta
el Gobierno de España.