Hortalizas gourmet; 
de San Luis Potosí para el mundo 


Ángeles Hernández, Claudia Moreno, Benita Romero y Josefina Flores pertenecen a un grupo de más de 20 emprendedoras que administran y trabajan sus propios invernaderos en el municipio de Mexquitic de Carmona, San Luis Potosí; hoy, esta infraestructura es productiva gracias al trabajo conjunto entre sociedad, gobierno y academia.

La sequía y por qué no, hasta el cambio climático, han cambiado la forma de cosechar las tierras, de cultivarlas y hacerlas productivas; así es como ellas lo entienden y, en esa filosofía, con apoyos estatales y, sobre todo del conocimiento científico, crearon en sus terrenos instalaciones que les permiten cosechar hortalizas tipo gourmet.

Calabacita amarilla, rábano negro, rábano sandía y violeta, o zanahoria mini amarilla y redonda, esos son algunos de los productos que obtiene, por ejemplo, la señora Benita en su invernadero, mismo que lleva operando poco más de tres años y con el cual ha logrado solventar la economía familiar.

En su caso, para Josefina Flores Zabala, maestra jubilada, el campo le ha dado la oportunidad de ser productiva nuevamente.

"Mis padres fueron agricultores y de ahí me que gusta trabajar la tierra. Apostamos por ella. Antes –si el clima lo permitía- sembrábamos maíz y frijol a cielo abierto, hoy cosechamos hortalizas de gran calidad", señaló.

Josefina recuerda que su primera producción en invernadero fue un fracaso, porque lo habían hecho sin asesoría; sin embargo, desde que se acercaron a los programas estatales de apoyo y, en esta cadena, al Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), las cosas cambiaron.

“Aprendimos a lavarnos las manos y usar gel antibacterial antes de entrar al invernadero, a usar un tapete al que se le coloca calidra -para pisar con el calzado-, y con eso ya no encontramos insectos y enfermedades en las verduras; logramos mejorar el producto. Trabajamos jitomate tipo bola, de buen tamaño, color y textura”, dijo.

Historias de éxito de este grupo de emprendedoras se logran encontrar en la región del municipio de Mexquitic de Carmona; sin embargo, éstos casos se han logrado gracias a la conjugación de varios factores: por un lado, la transferencia tecnológica del IPICYT -con proyectos científicos como el uso del hongo Trichoderma y ozono para la inocuidad- y asesorías y financiamiento del gobierno del estado.

El papel del gobierno

Predominantemente, San Luis Potosí cuenta con clima seco y semiseco la mayor parte del año, pues el estado se ubica, en el 71 por ciento de su superficie, en la región conocida como El Salado. Su temperatura media anual es de 21°C y la temperatura mínima promedio es de 8.4°C, que se presenta en enero; la máxima promedio es alrededor de 32°C, en mayo.

Para la señora Ángeles Hernández, también propietaria de un invernadero; no obstante, las condiciones del clima habían sido llevaderas, ahora, aunado al cambio climático ya casi no llueve en la región, por lo cual las cosechas de maíz a cielo abierto son mínimas. Es así que convenientemente llegó la ciencia y la tecnología para apoyar al grupo de emprendedoras, comenta.

"La ciencia se desarrolla y se aplica en nuestro campo, que es donde se más se necesita. El campo produce", enfatiza Ángeles. Hoy, agregó, “cosechamos en un ambiente protegido, con un sistema de riego automatizado por medio de goteo, aprovechando la humedad; nuestros productos son inocuos, vendemos tanto a chefs de la región como a nuestros vecinos, dando un costo más bajo para apoyar a las comunidades”, dijo.

En este recuento de su historia, Ángeles Hernández destaca el papel de la Dirección General de Desarrollo Rural del estado ya que fue el primer respaldo que encontraron, a través de ellos lograron las primeras charlas técnicas.

En este contexto, comentó en entrevista Maritza Zepeda, directora general del área de gobierno: “Las señoras sabían producir, levantar una cosecha, pero no sabían que se tendrían que exponer a especificaciones del mercado y ahí es donde entramos nosotros con ese acompañamiento”.

“Como consumidores siempre buscamos lo mejor; si vemos un producto bien empacado, limpio y con información nutrimental, aunado a una buena presentación, pensaremos que es una buena inversión y eso es lo que se pretende hacer con los productores”, expuso.

En este sentido explicó que la Dirección General de Desarrollo Rural del estado ha impulsado el trabajo en los invernaderos, a través de técnicos extensionistas, quienes son los que tienen esa misión.

Recordó que cuando las productoras construían su invernadero, con sus vecinos o solas, a mitad del camino se dieron cuenta que requerían de asesoría, porque llegan al mercado y comienzan los “peros”. “Este producto no está lavado, con qué se regó, qué cuidados tuvieron; así, cuando ven las especificaciones es que buscan la asesoría técnica”.

“Ahora, con el programa de extensionismo se cuida todo el proceso, y la plusvalía de todo el proceso de aprendizaje, es que desde el inicio ha habido un acercamiento con el IPICYT, con quienes comenzamos a explorar las necesidades del campo y vimos la oportunidad de realizar proyectos conjuntos, dándole prioridad al tema de la inocuidad”, señaló la servidora pública.

“Lo que se busca con este proyecto de extensionismo es la autonomía del productor, que él solo pueda seguir sus cosechas hasta llevarlas al mercado regional, o en su caso a nivel nacional e internacional”, dijo.

Agroindustria tecnificada

Para Miguel Rodríguez López, extensionista de la Dirección General de Desarrollo Rural del estado para mujeres emprendedoras en el municipio de Mexquitic de Carmona, llegar a la meta de tener autonomía en los propios productores es un trabajo arduo, que requiere el interés de los mismos campesinos, pero también de apoyos de gobierno y sobre todo de la ciencia y la tecnología.

Las productoras, mencionó, están supeditadas a normas de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), quien revisa los productos para que lleguen a excelente nivel al anaquel; además la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) regula a través de las leyes de inocuidad.

En este contexto, repitió, se vuelven necesarias las asesorías técnicas y el uso del conocimiento científico, pues si un producto se enferma, contamina a otras hortalizas y la tierra tiene un rendimiento menor.

Al principio recordó que la gente no tenía ganancias, inicialmente cosechaban 800 kilos en promedio por invernadero. 

"Hoy, son casi tres toneladas aplicando el hongo Trichoderma, otorgado por el IPICYT, el cual literalmente abraza a las plagas del suelo, las acaba y nos da mejor enraizamiento, mejor nitrógeno y con ello un producto es más eficiente y orgánico", presumió.

Además, apuntó, “hemos construido hornos para que, mediante vapor, se combatan las heladas de la región. Éste se mejorará mediante asesoría del IPICYT y va a permitir que, en cualquier mes, independientemente del clima, sembremos”.

En este contexto, agregó: “Teniendo el equipo de ozono, buscamos extender una vida de anaquel. Había hortalizas que no duraban una vez cortadas, ahora en esa vinculación con el IPICYT se tiene mayor vida de anaquel. Esto permite que se pague mejor y no se quede nada”.

La ciencia al servicio del campo

Desde la dirección general del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, la visión de crear mejores condiciones para la sociedad, mediante el uso del conocimiento científico, es clara.

Para el director general de la institución, Dr. Alejandro Ricardo Femat, una sociedad de la inteligencia requiere que tanto el sector público como privado cooperen para ganar riqueza social. "Esta visión del IPICYT y el trabajo realizado con las mujeres emprendedoras, es muestra de que tanto las personas como los servidores públicos y los investigadores pueden generar condiciones favorables", comentó.

“IPICYT se creó al inicio de este siglo, y se insertó bajo la filosofía de que la ciencia, la tecnología y la innovación generan riqueza, implicando beneficios económicos y sociales. Nacimos con el decenio y hacemos ciencia rentable para transformar la sociedad”, sostuvo.

En México, expuso, existe una gran demanda por soluciones sobre temas como: agua, alimentos, seguridad, ciber-ciencia y manejo de residuos orgánicos. “Hay muchos problemas nacionales, pero la ciencia por sí misma no es la solución, requiere de todo un ecosistema donde el uso de conocimiento es una buena herramienta”.

Explicó que el proyecto de inocuidad con ozono y el uso del hongo Trichoderma nació de la necesidad de un grupo en particular, pero con un alcance nacional.

En el caso del prototipo de inocuidad mediante ozono, señaló que se aplicaron cálculos termodinámicos y tiempos de residencia para poder encontrar las condiciones de una cámara de nubosidad, tal que el depósito de ozono, sobre la superficie del producto agropecuario, inhiba el crecimiento de organismos patógenos, pero que no ataque la membrana celular de las hortalizas.

“Todos estos cálculos fueron verificados y después de una etapa de diseño, renderizado tridimensional, cálculos de sistemas dinámicos y control de procesos, se verificó que la colonización de bacterias patógenas era disminuida en un 95 o más por ciento”, apuntó.

No obstante, el prototipo avanzó desde un concepto básico hasta la colocación en campo, el directivo dijo que es necesario mejorar los dispositivos y hacerlos menos costos. “Hace un año que se puso el prototipo en operación, se hizo con matemáticas aplicadas, hoy se busca licenciar la tecnología y con ello favorecer a las industrias y a las personas que se dedican al campo”.

Finalmente, presumió que el equipo es adecuado para inocular prácticamente cualquier vegetal como el tomate, el pimiento morrón, pepino u otras hortalizas, no importa su geometría, con lo cual se brindan oportunidades de desarrollo para diferentes productores.

Ozono y hongo Trichoderma

INNOCUIDAD Y SEGURIDAD POST-COSECHA

Desde el punto de vista económico y normativo, el hecho de que los productores puedan garantizar la innocuidad de sus hortalizas les puede ayudar a encontrar nuevos mercados e incluso la exportación de sus productos, lo que se puede traducir en un aumento en sus ventas, una disminución de sus mermas e incluso mejorar la presentación de sus productos.

Una ventaja del prototipo de inocuidad mediante ozono es que además de asegurar un producto limpio, se logra una vida de anaquel de la hortaliza mayor al 50 por ciento del tiempo natural, generando un beneficio adicional al productor.

El Mtro. Crescencio Hernández Rosales, líder de proyectos en la División de Matemáticas Aplicadas de IPICYT, fue el responsable de la implementación tecnológica de este prototipo y a decir de él, se construyó con la intención de proveer inocuidad al jitomate bola y saladette, logrando resultados en disminución de unidades formadoras de colonias hasta en 97 por ciento, lo que significa que el prototipo es capaz de reducir la posibilidad que baterías presentes en el producto proliferen en su transporte o almacenamiento.

Respecto a los beneficios del prototipo, apuntó que se ha demostrado en pruebas de laboratorio que no solo es capaz de garantizar inocuidad en hortalizas, sino que también ampliar la vida en anaquel. "Actualmente se está en pláticas con centrales de abasto para replicar el prototipo y hacer pruebas en frutas como el plátano, el aguacate y la fresa, para saber qué tanto se incrementa la vida de anaquel y contribuir a que tenga un menor desperdicio".

HONGO TRICHODERMA

En el caso del uso del hongo Trichoderma, fueron los campesinos y las autoridades locales quienes se acercaron al IPICYT para buscar soluciones en la producción agrícola, así lo dijo Juan Francisco Jiménez, profesor titular en IPICYT y responsable de la división de Biología Molecular.

Explicó que el Trichoderma es un hongo que se come a otros hongos. “En el mundo es el más utilizado en el campo y los invernaderos como un sistema de bio-control, lo interesante es que nosotros aislamos sepas del estado de San Luis Potosí para ser utilizado con los mismos productores del estado, con ello lo que se logra es que de manera natural se utiliza este hongo para controlar las enfermedades de las plantas sin utilizar químicos”. 

De esta forma señaló: “El hongo además de limpiar a la planta de hongos patógenos, permite potencializarla; por ejemplo, da protección contra estrés abiótico –la sequía, salinidad en la tierra y temperaturas-. Así su rendimiento es mayor, aunado con el ozono ayudaría a tener por mucho mejores productos”.


Por José Raúl García Román

Fotos: Josué Uceda

Publicado en revista El Innovador