Abuelos migrantes; 

adultos mayores que van, vienen y los que se quedan…

La población migrante entre México y Estados Unidos es un tema que ha sido ampliamente estudiado desde diferentes campos de la ciencia. Desde la economía hasta la política, por mencionar algunos; sin embargo, los investigadores Leticia Díaz Gómez y Juan Miguel Sarricolea, de El Colegio de Michoacán, han diseñado un instrumento de apoyo para atender a los adultos mayores de 65 años y más, en condiciones de migración, un nicho de la sociedad que padece discriminación y aislamiento, además de las características propias de la edad.

Hacer que la ciencia se convierta en intervención social de alto impacto ha sido uno de los esfuerzos más importantes que han desarrollado los investigadores Juan Miguel Sarricolea Torres y Leticia Díaz Gómez, en la zona de Jacona y Zamora, Michoacán.

Ambos han destinado la mayoría de sus estudios a poblaciones en situación de migración, específicamente a adultos mayores de 65 años, investigaciones que han derivado en la publicación del "Manual para la atención del Adulto Mayor" y del Taller que lleva el mismo nombre.

Juan Miguel Sarricolea y Leticia Díaz son científicos sociales egresados de El Colegio de Michoacán (El Colmich), adscritos al Observatorio Regional de las Migraciones de la misma institución; y a la fecha han impartido varios talleres tanto a servidores públicos como a estudiantes de áreas relacionadas con la salud y a personal de asociaciones civiles.

“Los adultos mayores no sólo necesitan fármacos y servicios médicos eficientes, también requieren ser escuchados, queridos y acompañados; éste ha sido el principal enfoque que ha motivado a que la investigación no sólo se quedara en papel, sino que mediante el diseño de estrategias evolucionara a un programa de comunicación pública de la ciencia para trasladarse a una atención de intervención social”, coincidieron los investigadores en entrevista.

En general, de acuerdo con los expertos, y aunque no sólo en México sino en otras latitudes, la vejez es vista como una pérdida de valor tanto social como económico.

“Los adultos mayores sufren de aislamiento, discriminación y carencias psicosociales y afectivas; además, aquellos que se encuentran en situación de migración, padecen aún más el tema de movilidad –ya que es una población trasnacional-, muchos no cuentan con apoyos de familiares para realizar trámites oficiales e incluso son excluidos de la comunidad, y una vez que logran llegar a Estados Unidos, deben regresar a sus lugares de origen porque la Ley migratoria así se los demanda”, dijo Juan Miguel Sarricolea.

“Hay adultos mayores que viven solos en sus casas, no han visto a sus familiares durante años o décadas, y poco a poco es una población que va creciendo, con sus necesidades específicas, para las cuales, como sociedad necesitamos estar preparados”, agregó.

Explicó que: no obstante, tanto el taller como el manual tienen un enfoque especial para los adultos mayores de 65 años en condiciones de migración, éstos instrumentos están diseñados para que al final tengan un impacto en toda la población, y eso es lo que se ha logrado con los talleres que de manera regional se han realizado, y donde han asistido servidores públicos del DIF Jacona y Zamora, de la Escuela de Enfermería de Zamora y de la Fundación Un rayito de Esperanza.

Innovación social

"Sin duda alguna, después de tomar el taller, mi percepción sobre el trato a los adultos mayores de 65 años se amplió. Michoacán es un estado caracterizado por su condición migrante y antes yo no me enfocaba a este tema, pues atendía sobre todo las carencias en materia de salud; ahora veo un panorama más global y sé que ellos tienen otro tipo de necesidades sobre todo emocionales, pues requieren ser escuchados", dijo en entrevista Víctor Hugo González, coordinador del Departamento del Adulto Mayor del DIF Jacona, Michoacán.

“Cambió la forma de acercarme y la pasión con que ahora lucho por los casos de los adultos mayores, en el sentido que me hace identificarme más”, señaló.

Según refiere el manual elaborado por los investigadores, hasta la década de los 90 se pensaba que los adultos mayores se quedaban en su lugar de origen, pero la Ley Simpson Rodino permitió ver la relación de esta población en un contexto de migración internacional: “Hoy muchos van y vienen por temporadas, y unos más permanecen en su lugar de origen… estos tres casos enfrentan múltiples necesidades de atención”.

Lo anterior es importante, ya que como lo señala Leticia Díaz Gómez: “Ésta es una población en crecimiento, donde las estructuras no están plenamente construidas para brindar una salud integral del adulto mayor, y éstas se complican aún más en condiciones de migración”.

Leticia Díaz Gómez es investigadora del Departamento de Estudios Rurales y del Departamento Regional de las Migraciones de El Colmich, para ella, la política pública en México ha sido excluyente con la población de adultos mayores –sin importar si son migrantes o no-.

“Primero los consideraba en una fase terminal de su vida, que no son productivos; después les dio una concepción diferente -viejos, en senectud, de tercera edad y ahora adultos mayores- así es como los ha tratado en el tiempo y en el espacio. La política ha tenido un impacto superficial, pues no llega a establecer una atención integral de los adultos mayores; tiene un desconocimiento de las necesidades a futuro. Entonces para atender el problema se requiere la unificación de las diferentes visiones, Estado y familia”, sostuvo.

¿Cuáles son las necesidades que tienen los adultos mayores que migran a Estados Unidos, cuáles son las necesidades de los que regresan y cuáles son las necesidades de los que se quedan en su lugar de origen? Esto se preguntaron Miguel Sarricolea Torres y Leticia Díaz Gómez, de ahí que decidieran considerar sus investigaciones para incidir en un mejor trato a esta población.

En un principio, explicó Leticia Díaz, los adultos mayores que emigran se van a cuidar a sus nietos u otros niños; otros se emplean en trabajos informales, empresas de ensambles o en locales de comida; no obstante, si bien llegan con sus familiares, en el tránsito se topan con complicaciones en la realización de trámites oficiales, en el transporte por autobús, inspecciones aduaneras, el idioma y el estrés que esto les genera.

“Cuando regresan de Estados Unidos –si es que no consiguieron su residencia- su condición de salud no es mejor que cuando partieron, en muchos casos regresa la soledad y el aislamiento. Por otro lado, los que se quedaron en su lugar de origen, viven en condiciones poco adecuadas, incluso olvidados por su propia comunidad”, señaló.

Miguel Sarricolea, describe que los adultos mayores en condiciones de migración se enfrentan a abandono de la red familiar y comunitaria, no ven a sus hijos cotidianamente, esto repercute en bienestar mental y emocional. “Algunos tienen dificultad al caminar, se enfrentan a discriminación cuando deben hacer un trámite administrativo, y como el personal no está capacitado para tratarlos, pierden la paciencia y el adulto mayor está siendo perjudicado”.

Para contrarrestar esta situación, comentó: “La ciencia social y de intervención social debe impactar en una política pública de demanda social, pero sobre todo cambiar la representación, es decir, la imagen del adulto mayor como alguien enfermo, que necesita cuidados, que requiere de atención que la sociedad en general no puede atender”.

“Esta percepción hay que cambiarla porque los adultos mayores son personas como cualquier otra, evidentemente su ciclo fisiológico, incluso social, se transforma, pero no por eso hay que verlos como que requieren apoyo, eso hace que la sociedad los ponga en un margen: “No los puedo atender yo. Que los atienda otra persona”.

En este sentido, coinciden ambos investigadores, es que se creó el manual y el taller, que, si bien no está dirigido a los adultos mayores de 65 años, serán ellos quienes se beneficien.

Manual y taller

"El manual y el taller están dirigidos a todo aquél que atienda a los adultos mayores. Escuelas, fundaciones, asociaciones o entidades de gobierno. El objetivo es comenzar a ser interdisciplinarios; por ejemplo, en salud que vean otro tipo de problemas como los sociales", expuso Leticia Díaz.

Además, dijo, en el taller, el manual pone en contexto al adulto mayor en condiciones de migración, con la finalidad de que el promotor se dé cuenta de la problemática; la segunda parte son las necesidades y salud integral; la tercera es la metodología para detectar las necesidades que tienen los adultos mayores.

En este sentido, explicó: “El manual se desarrolla en dos aristas: la atención a la salud emocional psico-afectiva del adulto mayor; la segunda es la necesidad económica, política y social en la que está inscrito. Tiene 10 apartados, desde el contexto de la migración en Michoacán, hasta la ruta técnica de promotores para evaluar la situación en la que se encuentran los adultos mayores y hacer diagnósticos; nuestro promotor es una agente de cambio”.

Maestros de vida

Tanto para Leticia Díaz como para Juan Miguel Sarricolea, los adultos mayores son maestros de vida y ese es el mensaje que transmiten en este manual, tratando de abordar y atender las necesidades específicas de cada persona, con la finalidad de mejorar las condiciones de vida y salud, porque en el futuro uno mismo se enfrentará a esa situación.

"Este manual lo presentamos como un proyecto de larga duración de investigación- acción y de divulgación del conocimiento científico para beneficio de la sociedad en general y los adultos mayores en particular", coincidieron.

“Se piensa que los adultos mayores no son productivos, y en este punto entra el enlace con la sociedad; pueden seguir trabajando si sus capacidades físicas y mentales se los permiten, pero de repente los tenemos en un tipo de trabajo, por querer hacerles un bien, están como cerillos o haciendo otro tipo de actividad, cuando hay muchos que tienen oficios o carreras, o conocimientos tradicionales, que la sociedad y el país demanda. Los hacemos productivos y gana la sociedad, el Estado y el gobierno, esa sería la sociedad ideal”, concluyeron.

El Colmich

Para Octavio González Santana, secretario general de El Colegio de Michoacán, la institución que representa es clave en la formación de científicos sociales en México, y lo que se hace con el manual y el taller para la atención del adulto mayor es ciencia de intervención social.

"En El Colmich la actividad principal es la investigación, la docencia y la formación de recursos humanos en el área de las ciencias sociales y humanidades; fue creado en 1979 y debe visualizarse en términos de compromiso social bajo el eje que está constituido para dar respuesta a la complejidad social del país", señaló en entrevista.

Al referir el trabajo de Miguel Sarricolea y Leticia Díaz, expresó que el programa del adulto mayor es resultado de un proceso largo de investigación que proviene de uno de los grupos más importantes de la institución orientado al campo de la migración. “Es una nueva manera de entender el proceso migratorio”.

Finalmente, subrayó que la innovación en las ciencias sociales sucede como en muchas disciplinas. “Ocurre cuando se buscan en las fronteras del conocimiento nuevas maneras de entender la complejidad social, y en ese sentido es como el investigador está obligado, a través de la disciplina o transdisciplina, de buscar alternativas u opciones para poder entender la complejidad social”.


Por José Raúl García Román

Fotos: Josué Uceda