En este bosque tropical lluvioso viven unos animales extraordinarios que odian la lluvia

Entre en la selva, quizás les queda poco tiempo...

ORANG HUTAN: persona del bosque

Su genoma es idéntico al nuestro en un 97%, aun así son los más alejados evolutivamente de nosotros dentro de los grandes simios. Nuestros caminos se separaron hace 14 millones de años, pero...


“Te miran directamente al alma” - Willie Smits, biólogo y conservacionista.
EN MALASIA CREEN QUE SON TAN INTELIGENTES QUE DICEN QUE NO HABLAN PARA QUE NO LES PONGAN A TRABAJAR.

Estos primates grandes, naranjas, desgarbados, tranquilos, solitarios, muy inteligentes y que rara vez bajan de los arboles, viven en  Borneo y Sumatra. Análisis genéticos recientes indican que a cada isla le corresponde una especie. Los de Borneo son más grandes, más pelirrojos y las adiposidades faciales de los machos están más desarrolladas. 

Su hábitat, el bosque tropical lluvioso, contiene muchos ríos y arroyos. Tiene una biodiversidad de las más altas del planeta, continuamente se descubren nuevas especies de animales y plantas. Su mundo es un tesoro que necesita protección, como ellos. 


                                    FICHA DE LOS ORANGUTANES

Los orangutanes son muy inteligentes. Experimentos en zoológicos han demostrado que tienen permanencia de objetos, es decir, comprenden que estos siguen existiendo aunque no se vean, huelan o puedan tocar. Este es un concepto importante en el desarrollo psicológico de los niños. Científicos han propuesto que son capaces de aprender a intercambiar favores porque es ventajoso (reciprocidad calculada), y eso "solo" lo hacen los humanos.

Su inteligencia se ve también en comportamientos como el uso de herramientas. Con palos extraen semillas de la fruta, recogen miel, sacan insectos de agujeros en la madera, o miden la profundidad del agua. Usan hojas para amplificar el sonido de sus vocalizaciones, o emitir sonidos engañosos para despistar a sus depredadores. Las hojas se transforman en sombrillas o paraguas y se usan para asearse, beber agua e incluso como guantes de protección cuando manipulan fruta o plantas con espinas. Construyen complejos nidos también.

Estos comportamientos se trasmiten de generación en generación y se consideran cultura.

La cultura de los orangutanes cambia de región en región, adaptándose al medio en el que viven, es un rasgo que muestra plasticidad fenotípica en jerga científica. El estudio de su cultura podría ayudar a entender cómo se estableció la humana.

"Teóricamente en los primates no existe aprendizaje vocal. Sin embargo, a no ser que le atribuyas un origen genético, y creemos que no es el caso, lo más probable es que sea algo cultural. Los orangutanes no usan la voz como los humanos, pero la comprensión, el aprendizaje y la imitación de los sonidos están ahí"- Carel van Schaik, primatólogo.

Las vocalizaciones son complejas, las hembras y las crías "hablan" de forma distinta a como lo hacen los adultos entre si. Aunque no son muy sociales mantienen comunicación en la distancia. 

Las llamadas de los machos son muy potentes y se oyen a más de un kilómetro a la redonda. Las usan para evitar encontrase con otro, y cuando hay hembras en celo sirven para ahuyentar machos rivales y llamar la atención de las hembras.

La vida de los machos es muy solitaria. Entre ellos se evitan. Si se encuentran, todo depende de si uno o los dos son dominantes, en el último caso puede haber agresiones. Los machos dominantes controlan un territorio mayor y más hembras. Cuando hay hembras receptivas se desencadena la guerra. Los machos pueden entrar en el territorio de otros y entonces combaten por el derecho a aparearse, las lesiones graves son habituales, los combates pueden durar horas. Esto es selección sexual, un mecanismo evolutivo.




AÚN ASÍ LOS ZOÓLOGOS NO DESCRIBEN A LOS ORANGUTANES COMO ANIMALES AGRESIVOS.

En los machos se da un fenómeno llamado bimaturismo que la ciencia trata de entender. Consiste en que algunos adultos desarrollan rasgos físicos que indican su madurez sexual. Las protuberancias faciales son lo más llamativo y van acompañadas del saco gular (para las llamadas) y gran tamaño. Mientras que otros machos no desarrollan esos rasgos, lo que no significa que no puedan aparearse, de hecho lo hacen forzando las cópulas porque las hembras prefieren a los machos con protuberancias. No se entiende bien cuándo y por qué los machos sin protuberancias las desarrollan, se cree que al final todos acaban haciéndolo. Es posible que la existencia en los alrededores de un macho con protuberancias– y por tanto dominante– inhiba el desarrollo de otros machos, y que esto esté mediado por feromonas. 

Los orangutanes duermen al menos 10 horas de noche y echan una siesta de 2-3 horas durante el día. Descansar cómodo y seguro es importante, y como hacen chimpancés y gorilas, los orangutanes construyen nidos. Los fabrican en el dosel del bosque a salvo de predadores, donde también hay menos mosquitos y ruido. Posiblemente los nidos les ayudan a mantener la temperatura óptima para un buen descanso.

Tardan entre 10 y 15 minutos en construir un nido. Es raro que usen el mismo dos veces, cuando necesitan descansar se ponen manos a la obra. Los nidos para dormir de noche son más grandes y confortables. Se han observado estructuras que recuerdan almohadas y mantas. Y es que la ingeniería del nido es compleja- otra muestra de su inteligencia- como describe este artículo científico. Las crías tardan unos 5 años en aprender a construir un nido que pase el examen de su madre.

La infancia de los orangutanes es por su duración y la relación tan estrecha con la madre únicamente comparable con la de los humanos.



La infancia.

Las crías no pierden el contacto físico con su madre durante los dos primeros años, están siempre subidas a su tripa, costado o espalda,  y maman mientras ella se alimenta, descansa o salta de rama en rama. 




No es raro que la madre transporte a crias de hasta 5 años y estas pueden mamar incluso hasta los 8.  Aunque con el tiempo se vuelven más independientes lo habitual es que estén con la madre hasta los 10 años. Se sospecha que los orangutanes de Sumatra se independizan antes.

Tras dejar a la madre pueden vivir un tiempo con otros juveniles. En el caso de las hembras es normal que de vez en cuando vuelvan a visitarla. Lo hacen hasta que alcanzan la madurez sexual y están listas para tener su propia descendencia, con la que usarán las mismas vocalizaciones que aprendieron de su madre.

La dependencia de la cría con la madre es tal que si esta muere la cría solo tiene alguna posibilidad de sobrevivir cuando es mayor de 4 años.

A los centros de recuperación de orangutanes llegan muchas crías huérfanas. Cuando son pequeñas la mayoría están literalmente traumatizadas por la muerte de su madre. Si tienen menos de dos años es muy difícil que salgan adelante aunque tengan comida y un lugar seguro donde dormir. La cría necesita a alguien que la abrace, acaricie, hable, haga cosquillas y juegue con ella. Cuando son tan pequeñas los trabajadores de los centros son niñeras 24 horas al día, incluso se las llevan a casa. Lo mismo ocurre en los zoológicos cuando nacen en cautividad y las madres las rechazan. 


La larga infancia de los orangutanes se explica por motivos educativos: han de aprender todo lo necesario para sobrevivir en el bosque. Reconocer las más de 400 plantas de las que pueden alimentarse no es fácil, por ejemplo. Las crías aprenden observando a su madre e imitando todo lo que hace. Este comportamiento de imitación se da también en los adultos. En este video demuestran que son unos maestros.

Los centros de recuperación de orangutanes, como el del video anterior, están financiados por los gobiernos de Malasia e Indonesia y por instituciones privadas sin ánimo de lucro. Estos centros reciben constantemente crías huérfanas, rescatadas del tráfico de animales, y adultos heridos por disparos. Tienen como función devolver a los orangutanes a su medio natural. Esto en el caso de las crías implica tener  escuelas de selva donde se intenta que aprendan todo lo necesario para sobrevivir en el bosque por si mismas. Es una tarea muy complicada y la destrucción de su hábitat hace cada día más difícil encontrar sitios seguros para devolverlos a la naturaleza.

Los orangutanes están en peligro de extinción. Su número se ha reducido un 80% en los últimos 75 años. La destrucción de su medio natural es la causa más importante del descenso de sus poblaciones. La superficie de bosque tropical lluvioso ha disminuido casi a la mitad en Borneo y Sumatra durante los últimos 35 años. El bosque se destruye para obtener madera pero sobre todo para plantaciones. Destacan las de caucho, las de acácia para la industria papelera y principalmente las de aceite de palma, que se usa en los biocombustibles y en la industria alimentaria. Los incendios para deforestar las concesiones de bosque que otorgan los gobiernos de Malasia e Indonesia se suelen descontrolar, como ocurrió en 2015 en Borneo, cuando se destruyeron 2 millones de hectáreas de bosque. La reducción del hábitat tiene asociado su fragmentación y con ello el aislamiento de las poblaciones de orangutanes. Esto genera una reducción de variabilidad genética con efectos poblacionales negativos.

La caza es la otra gran amenaza para la supervivencia de los orangutanes. Los orangutanes son cazados ilegalmente por su carne, es una forma de subsistencia de la gente que comparte hábitat con ellos. Las crías son muy valoradas como mascotas, y son muy lucrativas en el mercado ilegal de animales. Las hembras defienden a sus crías y la única manera de arrebatárselas es matándolas. 

El hecho de que el hábitat de los orangutanes se esté reducciendo hace que los encuentros con humanos sean más frecuentes, aumenta el riesgo de que los maten los furtivos. Los agricultores los consideran una plaga y les disparan cuando entran en las plantaciones buscando alimento o simplemente desplazándose. 

Un estudio reciente sobre varias poblaciones de organgutanes en Borneo indica que se han perdido unos 100.000 individuos entre 1999 y 2013. La destrucción del hábitat explica los mayores descensos en la densidad de las poblacionales, era lo esperable, pero la mayor cantidad de individuos se perdió en zonas de bosque bien conservadas, es decir, donde más individuos quedan, y la explicación es la caza. Para las poblaciones estudiadas el furtivismo fue la mayor amenaza.

La receta para la conservación de los orangutanes según los expertos parece sencilla, tiene solo dos ingredientes: eliminar urgentemente las matanzas  y mantener las zonas bien conservadas de bosque.

La supervivencia de los orangutanes en libertad implica acción política, supervisión científica y programas sociales para concienciar a los humanos. Es imprescindible encontrar un punto de coexistencia de orangutanes y humanos. Por ejemplo, los expertos reconocen que las plantaciones de aceite de palma y caucho no van a desaparecer, por lo que es necesario que los orangutanes las puedan atravesar sanos y salvos cuando se mueven entre zonas de bosque. Los humanos que viven dejos de los orangutanes también han de concienciarse de la destrucción de la naturaleza y de la necesidad de un consumo responsable. Los intereses económicos que están haciendo desaparecer el bosque tropical lluvioso son muchos y la mayoría no comienzan en Borneo y Sumatra. 

El esfuerzo para proteger los orangutanes es colectivo, puede que sea una tarea titánica, pero su supervivencia supone que no desaparezca un ecosistema muy valioso, ganar una batalla contra la degradación de la naturaleza de la que somos responsables. Pero no solo eso: les necesitamos para conocernos.


Recuerde, odian la lluvia.


"Como científica se espera de mí objetividad –dice Cheryl Knott, primatóloga, desde su campamento, perdido en lo más profundo de la selva de Borneo–. Pero también soy humana, y esa conexión con ellos es la que me ha traído hasta aquí" 
(Extracto de un reportaje de National Geographic).

Crédito de las fotografías: Tin Laman, Iam Wood, Juan Carlos Munoz, Anup Shah/WWF, Alain Compost, Charlie Dailey, WWF, National Geographic, Andrew Suryono, Orangutan Foundation.