Deforestación de la Reserva Hidrológica del Majé

Invasiones y Quemas acechan a las Comunidades Indígenas

Establecida en 1996 por la Resolución 08-96 de la Junta Directiva del INRENARE (actualmente el Ministerio de Ambiente), los objetivos principales de la Reserva Hidrológica del Majé fueron mantener la capacidad hídrica, controlar la erosión y sedimentación de los cursos de agua, y mejorar la calidad de vida de los pobladores vía un desarrollo rural con uso racional de los recursos. La realidad muestra que estos objetivos no se han cumplido.

La destrucción de selvas por colonos ilegales ha eliminado al día de hoy aproximadamente el 45% de la cobertura forestal de la Reserva Hidrológica, unas 8,438.3 hectáreas. Como resultado, las dos comunidades indígenas establecidas dentro, Unión Emberá y Majé Cordillera, están hoy literalmente cercadas por la deforestación y por el asedio de colonos no indígenas. Los indígenas denominan “Majé Emberá Drúa” a su territorio, el cual ocupa la misma región de la Reserva Hidrológica.

Ambas comunidades indígenas se establecieron desde antes de la creación del área protegida. En base a la jurisprudencia y el control de convencionalidad que dejó sentada la sentencia del 14 de octubre de 2014 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, titulada "Caso de los Pueblos Indígenas Kuna de Madungandí y Emberá del Bayano y sus Miembros vs. Panamá", estas comunidades deberían gozar de las mismas garantías en sus derechos humanos que las demás comunidades del Bayano. Por lo tanto, sus derechos de propiedad deben ser reconocidos por el Estado.

Ya desde el 2004 y debido a los niveles de contaminación por los agroquímicos que se usan en los potreros, esas comunidades no consumen más las aguas del río Majé.

En el verano del 2016, las quemas dañaron las tuberías de las tomas de aguas de ambas comunidades. Esto muestra claramente cuán cerca de ellas llega la deforestación. Los daños no han sido resarcidos.

Con el inicio de la temporada seca de este año (2018), todo indica que la tala ilegal y la deforestación van a aumentar. La socuela de selvas ha empezado ya y a menos que se haga algo con urgencia, el choque entre indígenas y colonos es inminente. En los últimos años cultivos y frutales, así como más de 5 casas de los Emberá, han sido destruidos y quemados en las zonas agrícolas de los ríos Utrí Emberá y Majé Centro.

Ante lo que sucede en Majé, alertas y denuncias se han presentado durante años. El mapa abajo es argumento suficiente y contundente de la situación. (Acceda al estudio sobre la deforestación realizado por Alvarado y Martínez para COONAPIP en 2016, al igual que mapas y fotos de sucesos pertinentes y recientes.)

Las comunidades de Majé estuvieron entre las primeras del país en presentar (enero del 2010), una solicitud de titulación colectiva para sus tierras, en base a la Ley 72 del 2008. Con grandes esfuerzos se presentaron y realizaron planos, estudio tenencial, inspección ocular y demás insumos requeridos por la ley, los cuales fueron avalados por ANATI, MiAmbiente, Instituto Geográfico Nacional y demás instituciones gubernamentales. Los líderes de las comunidades han sido los más atentos y activos en la defensa de los bosques de la Reserva Hidrológica, pues la defienden por ser en gran parte su territorio tradicional.

El 12 de abril del 2016, con Nota #020-2016, ANATI remitió este expediente de titulación colectiva al Ministerio de Ambiente. Aduciendo traslape con la Reserva Hidrológica, MiAmbiente no ha otorgado su visto bueno al tramite, pero tampoco ha tomado acciones para salvaguardar la integridad de los bosques.

Otorgar el título de propiedad colectiva a los indígenas es la mejor forma de asegurar el cumplimiento de los objetivos para los cuales fue creada la Reserva Hidrológica del Majé. Dar el visto bueno para la titulación sería entonces un paso importante para la protección tanto del bosque como de las comunidades que dependen de él.

Mientras, urge en estos momentos que el Ministerio de Ambiente con el apoyo de la Fuerza Pública resguarden los límites de la Reserva Hidrológica de Majé, dejando claro que no puede ser invadida ni sus bosques destruidos. Y de esta manera garantizar la seguridad física, medios de vida y cosmovisión de los pobladores indígenas legalmente establecidos dentro.




(Acceda a la carta del Defensor del Pueblo)