La vida en la ISS

Un pequeño hogar en el espacio

La Estación Espacial Internacional (ISS) ha sido el hogar de decenas de astronautas durante las últimas dos décadas. Científicos, ingenieros y médicos de más de 15 países han convivido en los módulos de la ISS mientras realizaban experimentos científicos y funciones de mantenimiento.

Pero además de ser un laboratorio, la ISS también es para los astronautas su dormitorio y baño, gimnasio, zona de descanso donde disfrutar del tiempo libre y lugar de encuentro entre compañeros. El espacio limitado y la microgravedad obligan a aplicar la máxima creatividad en todas las actividades diarias.

La ISS da vueltas a la Tierra a una altitud media de 400 quilómetros, a una velocidad aproximada de 28.000 km/h. Tarda 90 minutos en dar una vuelta a la Tierra y durante un día recorre la distancia equivalente a un viaje de ida y vuelta a la Luna.

El conjunto de módulos tiene una extensión parecida a la de un campo de fútbol. Las instalaciones incluyen dos baños, máquinas para la actividad física y una cúpula panorámica desde donde observar las espectaculares vistas de la Tierra.

También cuenta con módulos de sistemas de soporte vital y grandes placas solares que producen la energía necesaria para el funcionamiento de este pequeño hogar espacial.

Cada día, los astronautas de la Estación Espacial Internacional ven 16 salidas y puestas de sol

Flickr / KAORU NAGASAWA

Entre tres y seis astronautas conviven a la vez en la Estación Espacial Internacional. La tripulación se renueva cada dos o tres meses.

Los astronautas siguen una rutina diaria en el espacio, a pesar de no haber día y noche. Dedican la mayor parte de su tiempo a trabajar en experimentos, duermen unas ocho horas y hacen ejercicio a diario.

Debido a la microgravedad y al suministro limitado de bienes, los actos más cotidianos de la vida, como comer, hacer deporte o ducharse, se convierten en actividades completamente diferentes a como son en la Tierra.

Antes de viajar al espacio, los astronautas pueden elegir su menú entre más de 100 platos diferentes

Wikimedia Commons / NASA

Los tripulantes tienen tres comidas al día. Los platos se cocinan en la Tierra y se empaquetan en raciones para una persona. Algunos alimentos están listos para comer y a otros se les añade agua para que recobren la textura.

La comida ha mejorado mucho desde los primeros vuelos espaciales, cuando toda la comida era deshidratada y comprimida en cubos insípidos o triturada y almacenada en tubos.

Si prefieren la comida caliente, los astronautas pueden calentar sus platos en el microondas de la ISS. También pueden añadir salsas como ketchup o mostaza, pero no hay ni sal ni pimienta en polvo ya que podría colarse por los conductos de ventilación y estropear la nave.

Pixabay / skeeze

La investigación de los científicos en la ISS suele centrarse en los efectos de la microgravedad sobre el cuerpo humano y sobre el desarrollo de plantas. Este conocimiento es fundamental de cara al futuro, para misiones espaciales más largas.

Algunos miembros de la tripulación llevan a cabo tareas relacionadas con el mantenimiento de la nave y de vez en cuando deben salir al exterior en los denominados paseos espaciales.

El tiempo libre lo dedican a varias actividades, como tomar fotos de la Tierra, grabar vídeos para la divulgación de la vida en el espacio o tuitear.

La ISS es el resultado de la cooperación entre más de 15 países

Wikimedia Commons / NASA

Hasta 15 países han contribuido a la construcción de la ISS, por lo que es uno de los mayores éxitos de cooperación internacional. Las agencias que invierten más recursos son la NASA (Estados Unidos), el Roscosmos (Rusia) y la Agencia Espacial Europea.

En función de la inversión se concede un determinado espacio y tiempo en la ISS a los países que colaboran, por eso la mayoría de astronautas son estadounidenses y rusos.