BOLETÍN DE EGRESADOS 

Marzo y Abril

Nery Yasmith Marín Cortés
Imparable
 

Por: Felipe Laverde Salamanca

Sonriente y elegante, esa fue la primera impresión que obtuve de Nery, una mujer con porte de gerente, de eso no hay duda. Ahora debía aventurarme a descubrir qué se escondía detrás de esa imagen impecable y gentil que me daba la bienvenida.

Esta es la historia de Nery Yasmith Marín Cortés, nuestra egresada destacada de marzo y abril, graduada de Ingeniería de Sistemas.

Nery nació en La Vega, Cundinamarca, un municipio cercano a Bogotá. Creció en otro ambiente, uno más natural y menos caótico, uno más apacible y menos acelerado que la capital.

Tal vez esa es una de las razones por las que es así. Siempre soñó con alcanzar cumbres más altas, nuevos mundos por conquistar, esa ha sido su esencia desde niña, la de una mujer visionaria que sabe para donde va.

Tenía nueve años cuando terminó sus estudios de primaria en la Concentración Escolar Olaya Herrera y en ese momento dio un paso muy importante en su vida: se fue a vivir a una casa de familia en Facatativá para terminar el bachillerato en el Colegio Nacional Emilio Cifuentes.

Viajaba todos los domingos en la tarde a Faca y los viernes en la noche regresaba a La Vega. No era fácil y así se mantuvo hasta que finalizó esa etapa en su vida.

Era el momento de iniciar un nuevo capítulo, ahora tenía en frente un gran propósito que cumplir, tenía que sacar adelante su carrera profesional. Al comienzo hubo algo de duda, porque pensó en ser docente, al igual que sus padres, pero al final optó por la ingeniería.

Llegó a vivir a Bogotá en 1989 a unas residencias universitarias en el barrio Palermo. La experiencia no era nueva ni el cambio de ambiente tampoco, así que empezó a estudiar inglés mientras analizaba las opciones que tenía en frente.

Consideró las opciones de la Católica y la Piloto, pero ninguna de las dos la convenció tanto como la oferta de la Universidad Central. Tomó su decisión luego de evaluar el pensum de Ingeniería de Sistemas que era integral.

Viviendo en Bogotá

Pasar de un pueblo pequeño, como lo era Faca en aquel entonces, a un monstruo de ciudad como Bogotá, fue avasallante.

La transición la llevó a superar muchos miedos, le permitió desprenderse de los apegos del colegio y le presentó un universo inexplorado lleno de opciones.

Lo mejor de todo fue que siempre contó con el apoyo de sus papás que nunca la abandonaron y siempre la impulsaron cuando sus fuerzas no aguantaban. Es que los cambios siempre llegan con sorpresas, así de impredecible es la vida.

Cuando estaba en tercer semestre quedó embarazada de su primer hijo, Juan Carlos. Fue un tema que siempre manejó con discreción y que supo equilibrar con sus otras responsabilidades; su hijo nació un 29 de octubre y al lunes siguiente, ya estaba presentando los exámenes y trabajos pendientes de la universidad.

El apoyo en su vida universitaria, lejos de su familia, fue clave. Sus papás la ayudaron cuidando a Juan Carlos, mientras ella estudiaba entre semana, ya cuando llegaba el viernes viajaba a La Vega para cuidar a su bebé.

La meta siempre fue terminar sus estudios: "Fue bonito, duro, no fue lo ideal pero así se dieron las cosas y obtuve dos títulos: el de mamá y el de profesional", afirma.

Su paso por la Central

Nery siempre fue una mujer disciplinada y su tránsito por la universidad no fue la excepción. Estudiaba desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde, algunos sábados tuvo clase también, de manera que sus jornadas no eran simples. Eso la forjó.

El amor hacia su hijo la inspiraba, su constancia le recordaba todos los días que no se tenía que dar por vencida y el compromiso era su gasolina, no solo con ella, sino también con sus papás y su bebé.

Trabajaba con esmero para destacarse en la universidad, por las tardes adelantaba sus trabajos en la biblioteca y esa entrega se vio expuesta en sus calificaciones.

Su camino por la universidad no solo estuvo lleno de libros, computadores y números, también hizo buenas amistades. Recuerda que aprendió a jugar billar, también no olvida 'El Mosco', el tomadero de la U por excelencia, fueron épocas inolvidables.

Los años pasaron en un parpadeo, pero las enseñanzas de profesores como Giovanni Guillen, de Cálculo, y René, fueron grandes lecciones en su vida. La exactitud y la responsabilidad fueron algunos de los valores que fortaleció.

A cada momento trató de encontrarle su sabor y le agradece a su Universidad Central, el haberla formado como una profesional integral a nivel académico y también humano. Su visión global le permitió tener un plus y cuando se graduó en 1996, descubrió que tenía una ventaja sobre los otros profesionales.

La vida profesional

Todo empezó cuando estaba haciendo los cursos de especialización para graduarse. En aquel entonces el Inurbe (el Instituto Colombiano de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana) ya desaparecido, necesitaba profesionales y Nery llegó a trabajar en la parte administrativa. Ya la vida le iba mostrando el camino.

Su estancia allí fue corta, solo trabajó seis meses, porque la recomendaron para un proyecto incipiente que se llamaba Humana Vivir.

Allí trabajó ocho años. Llegó como administradora de bases de datos y servidores pero pronto avanzó. La compañía le permitió capacitarse en Oracle y se certificó en todas sus herramientas.

Trabajaba en jornadas que superaban las ocho horas, recuerda que llegaba a su casa en la madrugada para cambiarse y bañarse, para luego seguir trabajando. Fue una etapa intensa que valió la pena totalmente.

Corría el mes de octubre de 1996, Nery reportaba a la Gerencia de Operaciones y Tecnología y apoyaba el proceso operativo, su trabajo fue tan impecable y excelente que la nombraron directora del Área de Sistemas, tenía 24 años. 

"Fue una escuela brava porque sacó lo mejor de mí, saqué toda mi capacidad personal y profesional para que los resultados se dieran", y así fue. A Humana Vivir le entregó su tiempo y conocimiento, aprendió del sector de la salud y descubrió cómo desde la tecnología se podían apoyar esos procesos.

Viajó por todo el país recorriendo gran parte de las 150 oficinas que tenía la empresa, ayudó a formar a muchas personas y se esforzó para que los procesos quedaran en línea y los puntos de servicio estuvieran interconectados. El trabajo fue completo y el aprendizaje total.

Cuando se desempeñaba allí quedó embarazada por segunda vez, pero sus responsabilidades nunca las dejó de lado, corría con su barriga de mamá por todos lados, ni siquiera la maternidad fue capaz de detenerla.

Cuando su hijo Juan Carlos tenía 12 años, nació su segunda hija, María Paula. María trajo a su vida un montón de cambios y nuevos aires. En el 2004 se fue de Humana para trabajar en Salud Vida.

Empezó como interventora de Sistemas, apoyó a la Gerencia General con algunas dificultades que tenía en el Área de Tecnología y como era de esperarse le fue muy bien.

Evaluó cómo funcionaban los procedimientos, aportó esfuerzos en el área de TI e identificó mejoras a nivel de procesos Core. Descubrió que la compañía tenía posibilidades de potenciarse en la parte de facturación, debido a que estaban perdiendo dinero allí, fue así como brindó lo mejor de ella.

Primero fue interventora, luego tomó las riendas del Área de Operaciones, dirigió a 170 personas y duró dos años en ese rol.

En vista de los grandes cambios que sufría el mercado, la empresa experimentó una crisis y la ingeniera asumió la Gerencia de Tecnología y estuvo allí nueve años.

Invirtió once años de su vida en esa empresa, trabajando y desplazándose por más de 250 oficinas en toda Colombia, innovó y corrió, incluso, más rápido que la competencia, pero llegó un punto en donde se dio cuenta que necesitaba otras perspectivas y se marchó.

Este año llegó a Servitel, su nueva casa. En este punto de su vida, entendió la importancia de las relaciones públicas y de tratar de hacer las cosas lo mejor posible, respetando a todo el mundo por igual. Sabe que nadie es más que nadie, “hoy estamos aquí, pero mañana no sabemos”, afirma.

Luego de una trayectoria gerencial de casi 20 años, ahora quiere aplicar su experiencia en donde trabaja y explorar la opción de ser su propia jefe. La intención es administrar su tiempo para lograr nuevas metas, en este capítulo de su vida se encuentra. La historia seguirá escribiéndose.

Como egresada

· Se reencontró con su universidad el año pasado en el Encuentro de Ingeniería de Sistemas y se dio cuenta del trabajo que se está realizando desde la Oficina de Egresados.

· Piensa que es importante construir redes profesionales de ayuda para que la universidad y los egresados empresarios se vean beneficiados.

· Siente agradecimiento porque se formó bien y reconoce el prestigio que tiene los egresados de la Central porque son muy competentes en lo que hacen.

Mensajes

A los estudiantes:

“Busquen siempre dar lo mejor de ustedes. Muestren de qué están hechos y las cosas se les van a dar, tanto a nivel personal como a nivel profesional, hay que ir por la milla extra, no hay que conformarse, hay que dar lo mejor que tienes para que los resultados se den”.

A los egresados:

“Los egresados tenemos una gran responsabilidad que debemos transmitir a través del ejemplo, porque lo que nosotros hacemos nos posiciona como marca personal pero también detrás hay una formación recibida. Así que las personas nos toman como referentes, por eso los unicentralistas que estamos en el campo laboral tenemos el deber de consolidar nuestro trabajo y el de la universidad”.

Si me pidieran definir a Nery en una palabra, luego de haber conversado con ella esa tarde, diría que es un rayo. Esta mujer es imparable, una fuerza de la naturaleza que ha demostrado que nada es un impedimento ni un obstáculo cuando las cosas se hacen con amor.

Una gran historia que merece ser contada y aprendida, porque los sueños de nuestros egresados pueden ser tan grandes y reales como su corazón.

Encuentro de Ingeniería Electrónica

Exitoso, así fue el Encuentro de Ingeniería Electrónica que se realizó el pasado 3 de marzo de 2016 a las siete de la noche.

54 egresados de diversas promociones tuvieron la posibilidad de reencontrarse con sus excompañeros y su universidad, compartieron sus experiencias, escucharon los avances de su carrera y departieron con una copa de vino una tarde noche que se hizo cálida.

Con el micrófono en mano, los ingenieros contaron lo que han hecho desde que se graduaron de la universidad, una experiencia enriquecedora, porque sirvió para actualizar los contactos y construir redes de cooperación entre los mismos.

Esperamos seguir contando con el apoyo de toda la comunidad unicentralista para hacer de estos espacios, momentos infaltables en la agenda de nuestros egresados.

Estos fueron los mejores momentos:

Celebración de los 40 años de Administración de Empresas

Los 40 años de la carrera de Administración de Empresas no podían pasar inadvertidos. El 6 de abril, en un trabajo mancomunado con el departamento, fueron homenajeados un grupo de egresados destacados en Teatro Faenza.

Con unas sentidas palabras del rector Rafael Santos empezó la noche y fueron distinguidos: Yolanda Vela Flores, Mireya López Ardila, Elsa María Ospina Ospina, Orlando Quitian Mahecha, Héctor Alberto Peñuela Montoya, Inés Susana Avendaño Montoya y Myriam León Guevara.

Luego de los reconocimientos, una presentación artística de música clásica, le dio el cierre perfecto a la celebración.

Así se vivió la celebración:

Encuentro de Administración de Empresas

La celebración tenía que continuar y dos días después del homenaje a los egresados destacados, el 8 de abril a las 6 de la tarde, se dieron cita 82 egresados en el Teatro Bogotá.

Nada menos de lo que se merece carrera de Administración de Empresas en sus cuatro décadas de funcionamiento.

Además de escuchar los avances de la carrera, las diferentes perspectivas de los docentes, alumnos y egresados, los asistentes escucharon de la presentación del grupo de son cubano de la universidad y disfrutaron de un coctel con sus excompañeros.

Así se vivió el encuentro:

Desayuno con los egresados de la Maestría en Gestión de las Organizaciones

Los egresados de la Maestría en Gestión de las Organizaciones también hicieron parte de las actividades de la Oficina de Egresados. 

Este es un resumen del evento, con algunas impresiones de los participantes:

Seguro seguirán llegando más actividades así para seguir afianzando los lazos con nuestros queridos egresados.

La Agencia Colombiana para la Reintegración abrió convocatorias laborales

Imagen tomada de la Contraloría Municipal de Tuluá

Ahora se puede conocer toda la oferta laboral que la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC) tiene disponible para los egresados de la Universidad Central. En esta oportunidad están abiertas las inscripciones para la Agencia Colombiana para la Reintegración, hay 156 vacantes disponibles.

Participar y ganar sin palanca sí es posible. Los interesados pueden ingresar a la herramienta SIMO y registrar su hoja de vida para aspirar a trabajar en un cargo del sector público.

¡No dejen pasar esta gran oportunidad!

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