"¿Qué no se dan cuenta que soy una niña?"

El acoso callejero en Bolivia

                            Fabiana Montaño

Ana (nombre ficticio), es una niña de 11 años, hace dos semanas salió de su casa para ir a comprar galletas a la tienda de su barrio, que se encuentra a menos de 100 metros de su hogar. Eran las 16:00 horas de un martes, en una zona transitada de Cochabamba, de camino al punto de venta pasó por una construcción en la que varios albañiles comenzaron a silbarle y a gritarle groserías con insinuaciones sexuales.

Relata que se sintió incómoda y asustada. "Me estaban silbando y yo pensé ¿No se dan cuenta que soy una niña o son ciegos?". Cuando llegó a su casa, no pudo evitar llorar mientras le comentaba lo sucedido a su familia.

Testimonios como ese son recolectados continuamente por el Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC)

Foto: OCAC

El Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) es una organización presente en varios países bajo las siglas OCAC/LATAM. En Bolivia el observatorio tiene su sede en La Paz. Esta institución recopila experiencias "para visibilizar este tipo de violencia naturalizada por la cultura".

La coordinadora general del observatorio en Bolivia, Gabriela Deheza, aseguró que los testimonios recabados son de personas que van desde los 11 hasta los 60 años.

Primeras experiencias

La siguiente historia fue obtenida por el observatorio y relata la primera experiencia de acoso de una mujer en La Paz: 

"La primera vez que me sentí acosada fue cuando tenía 11 años, esperaba a mi mamá en la esquina del mercado Yungas, ella se estaba tardando. Un tipo como de 35 años se me acercó y me dijo: 'Rica, te haría el amor'. Yo no sabía lo que significaba eso. Me dí la vuelta y siguió: 'Ese culito va a ser mío'. En ese momento llegó mi mamá y él se fue, sentí mucho asco".

Miles de experiencias de acoso callejero en el país

Foto: Pixabay

Más de 17.000 testimonios similares al anterior fueron recopilados entre el año 2014 y 2015 en Bolivia, por el OCAC, estas experiencias alarmaron a algunas autoridades, quienes se reunieron con representantes del Observatorio para realizar un proyecto de ley que penalice este tipo de comportamiento.

La escritora cruceña Liliana Colanzi nació el 27 de marzo de 1981. Estudió Comunicación Social en la UPSA de Santa Cruz, y obtuvo una maestría en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Cambridge. Actualmente es doctorante en Literatura Comparada de la Universidad de Cornell. Este año fue seleccionada como una de las finalistas de la cuarta versión del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. Ella, como una firme activista de los derechos de las mujeres y contra todo tipo de comportamiento machista, compartió sus experiencias sobre esta realidad a través de un artículo en el suplemento Séptimo Día de El Deber.

"Hablamos entre nosotras de estas experiencias, en voz baja, pero nunca de manera pública. A pesar de que el acoso sexual y la violencia sexual son tan antiguos como las religiones, es terrible que las mujeres no hayamos podido transmitirnos información útil sobre estos temas unas a otras, a lo largo de las generaciones. Es terrible, pero no es difícil ver por qué sucede: la ley no está de nuestra parte, y a pesar de que todas las mujeres cercanas a mí han pasado por una situación parecida, hasta ahora no sé de un solo agresor que haya sido castigado".

Obtenido del artículo #YoTambién: el testimonio de Liliana Colanzi. 

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La diputada de Unidad Demócrata (UD), Shirley Franco, impulsó que se criminalice el acoso callejero a través de un proyecto de ley.


Franco explicó que antes de armar la propuesta realizó un análisis comparado de la legislación de varios países y pudo constatar que este tipo de comportamiento es penalizado y censurado socialmente en el exterior.

El proyecto de ley presentado por la diputada nacional, argumentaba que la mayoría de los casos constatados son mujeres jóvenes, siendo la población más vulnerable la de niñas y adolescentes menores de 15 años.

También se reveló que el 94% de 1.169 mujeres consultadas fueron acosadas cuando tenían menos de 13 años. Estos datos fueron presentados en el documento que la diputada Franco presentó.

"Esta ley no sólo propone proteger a la mujer, sino a las niñas y adolescentes" aseguró.

Franco impulsó esta ley para que el acoso callejero sea tipificado como violencia, sea visible y sea censurado socialmente. Además enfatizó que es necesario trabajar sensibilizando a la población para que entiendan que este tipo de acercamientos no halagan a la víctima, sino que generan intimidación.

Tras ser evaluado por la Cámara de Diputados, el jueves 19 de octubre se aprobó el proyecto de ley que penaliza el acoso como falta.

Foto: Pixabay

Esta falta sería sancionada con la prestación de trabajo de utilidad pública y prohibición de concurrir a ciertos lugares o acercarse a la víctima. Sin embargo, la reincidencia de esta falta la convierte en delito. Los gestos obscenos serían penalizados por el Nuevo Código del Sistema. El acoso callejero está contemplado como una falta contra la dignidad.



El artículo 312 del proyecto de Código Penal sanciona a  la persona que:"En lugar público, ejerza acoso callejero en contra de otra, consistente en gestos obscenos, insultos sexistas, frases o comentarios o insinuaciones alusivas al cuerpo o al acto sexual, que resulten humillantes, hostiles, obscenas u ofensivas a la víctima".

Testimonios recopilados por Opinión Digital

Edad de la víctima 13 años, lugar Cochabamba: "Me gritó: "Que ricos pechos y se bajó el pantalón".
Edad de la víctima 25 años, lugar La Paz: "Me tapó la boca, me manoseó e intentó bajarme el pantalón"


Edad de la víctima 5 años, lugar La Paz: "Le gritaron mucha ropa. Se bajó del escenario llorando y no quiso bailar nunca más".

Tras la incorporación de la figura penal de acoso callejero en el Nuevo Código Penal, Opinión salió a las calles a consultar a la población su perspectiva sobre esta iniciativa.