La debacle económica

Ensayo realizado el 02-05-2018

En Venezuela los controles económicos han asfixiado a los comerciantes del país. Finalizando el año 2013, Nicolás Maduro, presidente de la República, anunció que la crisis del sector financiero se debía a la “guerra económica” y a la abrupta caída del petróleo. Pasados 5 años los argumentos no han cambiado, las soluciones no dan resultados y la crisis se ha incrementado. Las decisiones políticas han traído como consecuencia la descapitalización y el quiebre de la libertad económica.

El mercado es fundamental en el desarrollo de la sociedad y las economías. En nuestro país la inflación, el desabastecimiento, la falta de divisas para importar y el control de precios impiden la crecimiento del comercio.

Al oeste de Caracas

Los alrededores de Miraflores, la casa presidencial, están cubiertos de tráfico, transeúntes, residencias y comercios. Estos últimos acostumbraban a abrir sus puertas de lunes a domingo; sin embargo, hoy muchos han decidido bajar definitivamente sus santamarías. La avenida Sucre de Catia es una de las zonas populares que se encuentra en Caracas, allí se ubica desde hace más de 25 años el mini centro comercial “La Semilla”.

Juan De Abreu, comerciante, dueño del frigorífico -en el mini centro comercial- que lleva por nombre “Carnicería La Semilla CA”, sigue apostando por el trabajo y su negocio. “Las personas no ganan los suficiente para poder llevar lo que necesitan a sus casas. Y a quienes les alcanza, priorizan entre uno o dos productos” (J. De Abreu, comunicación personal, 29 de abril 2018). Sus compradores son hombres y mujeres entre 20 y 55 años, de estratos D y E, vecinos de la parroquia Sucre en el Municipio Libertador.

En el establecimiento se venden carnes, pescados, víveres, embutidos, bebidas (agua, jugos y refrescos) y alimentos. La variedad y los buenos precios mantienen contenta a la clientela, pero “el gobierno no quiere dejar a los comerciantes trabajar en paz”, además están “los colectivos -bandas armadas pertenecientes al régimen-, quienes atacan el negocio. Nos quitan la mercancía” y a estos se les suma el hampa común.

La democracia deja hacer, vivir y prosperar. Es evidente que la mayor parte de nuestros príncipes no se contentan sólo con dirigir el pueblo entero; se diría que se juzgan responsables de las acciones y del destino individual de sus súbditos, pretenden conducir e ilustrar a cada uno de ellos en los diversos actos de su vida y, si es necesario hacerlo feliz contra su voluntad (De Tocqueville, 1835, p. 740).

La ruta para distribuir

Los canales de distribución son las vías que cada empresa o comercio selecciona para el suministro más completo, eficiente y económico de productos y servicios de manera que el consumidor pueda adquirirlos de la forma más fácil posible en el lugar y tiempo que lo solicite y al costo más bajo.

La carnicería del comerciante De Abreu, una microempresa de venta al por menor, se surte de dos canales el detallista y el distribuidor. Puesto que, los productos que llegan a su establecimiento son proporcionados por productores y mayoristas.

“A mis proveedores también les está costando mucho trabajar. Porque ellos deben pagar la mercancía incluso antes de que llegue a la distribuidora. Y, por su parte, muchas veces los que fabrican tienen que pagar la materia prima antes de que les llegue a la fábrica” (J. De Abreu, Comunicación personal, 29 de abril 2018).

Para la Carnicería La Semilla ya no existe financiamiento. “Todo lo piden de contado; no te dan crédito para nada”, comentó De Abreu, una vez ya pagada la mercancía, llega con días de retraso, faltando -al menos- la mitad del pedido y sin poder realizar reclamos. “Los costos están subiendo tanto -en su mayoría, por el precio del dólar- que cada vez se gana menos, hasta que llega un punto que el producto desaparece (del comercio)”.

Los trabajadores llegan a sentir que no pueden tener excedentes porque eso es un crimen que debe ser castigado. “La idea sería comprar un poco más de mercancía y tenerla en el depósito y así poder equilibrar gastos”, pero actualmente aquí no se puede hacer eso, “porque es ilegal, es robar”. El Jefe de Estado, en su Memoria y Cuenta ante la ANC, ordenó realizar un plan para enfrentar la especulación, elevación de precios sin razón y acaparamiento.

Son varios los comerciantes detenidos supuestamente por retener, y vender a sobrepre­cio. Cuando existe libertad esta supone el derecho a comprar algo sin importar quien nos lo proporciona, sin limitaciones impuestas. “Quieres seguir luchando pero cada vez son más restricciones y menos ventas” (J. De Abreu, Comunicación personal, 29 de abril 2018). En Venezuela un comerciante debe reinventarse para no quebrar.

Los dilemas

La riqueza de un país es el trabajo de sus ciudadanos. La economía entró en una crisis que pulverizó los salarios. El gobierno destina millones de bolívares para los salarios, pero la inflación le gana en velocidad. Los ciudadanos no pueden hacer nada para aumentar sus ingresos. “Quisiera poder pagarle más a los empleados, porque el sueldo no les alcanza, pero tampoco el negocio me lo permite”, aseguró De Abreu.

Trabajar sin equipo suficiente es una tarea sumamente complicada. “Al no poder pagarle más al empleado, darle algún valor agregado para que se incentive y trabaje” este entonces decide migrar. Busca un trabajo con mejor paga o se va del país.

Los negocios que tienen como pilar satisfacer las necesidades de sus clientes serán los más rentables capitalista, inevitablemente. Sin embargo, esto no sucede en Venezuela, puesto que se hace cada vez más cuesta arriba afrontar la debacle que vive el país. “Cuando se va la luz, se pierde mercancía, se dañan máquinas de trabajo”, dice el comerciante que asegura tener incalculables pérdidas por las constantes fallas eléctricas.

Una sociedad de controles que no solo paraliza la economía sino que destruye al hombre. A los productos ya no se les gana el 30 % -ganancia normal hace 5 años-. Ahora se gana entre un 20 % y 15 %. Terminas “sacando dinero de tu bolsillo para pagar los grandes gastos del comercio” (J. De Abreu, Comunicación personal, 29 de abril 2018).

Cierra y vámonos

Según la Organización Internacional para las Migraciones, en el año 2015 cerca de 698.000 venezolanos vivían fuera de Venezuela. A finales del 2017, eran ya 1,6 millones (OEA, 2018). La situación desesperanzadora que atraviesa el país junto al descontento con las condiciones estructurales del país, termina detonando el impulso final para emigrar.

¿Para dónde me voy y qué hago a esta edad? Se cuestiona a diario Juan De Abreu, de 50 años de edad. “Aquí tengo a mi familia, soy dueño del negocio, tengo mi casa propia”. A pesar de lo malo, hay que seguir. “Estoy exigiéndome mucho más y arriesgando todo para continuar con el negocio”, además añadió que, quien se quede cuando esto cambie (la situación crítica) tendrá las mayores recompensas.

Venezuela está sufriendo un éxodo masivo; sin embargo, el presidente del país aseguró "sé de muchos que la propaganda en contra de nuestro país les llenó la mente, se fueron y están arrepentidos” (C. Ruíz, 2018). Por su parte, el dueño de la carnicería La Semilla comenta que, “muchos de los que seguimos trabajando acá no tenemos para donde irnos. Hay otros pocos más fuerte que tienen fe, tienen la voluntad de seguir adelante”.

Futuro incierto

Toda crisis debe saber aprovecharse. En los momentos más difíciles se desarrolla la creatividad, los descubrimientos y las estrategias. La prosperidad es lo que llama al hombre. El desarrollo de Venezuela estará cerca cuando sea capaz de integrarse a la economía mundial. Según la lista anual del Índice de Miseria publicado por Bloomberg, nuestro país se encuentra en la posición uno de 66. “La última estimación del Fondo Monetario Internacional tiene la cifra (de la inflación) en 13.000 por ciento para este año después de aproximadamente 2.400 por ciento en el 2017” (Álvarez, 2018).

Ahorrar, invertir y acumular capital sin limitación por parte del gobierno, es un derecho. Ser empleado en la ocupación que cada uno elija y el lugar donde lo desee, también lo es. Los venezolanos que trabajan a diario están muy conscientes de los problemas que como sociedad enfrentamos. Se tiene claro que el futuro inmediato será difícil. Por ello es necesario un periodo en el que se tomen medidas correctas y se cambie el modelo político.

Una vez que el país de las señales correctas que indiquen que venezuela es un lugar seguro para invertir aparecerán en cantidades los empresarios, comerciantes, fabricantes, entre otros. Existe una necesidad real de fortalecer el mercado libre, la empresa privada y la economía. De ser así, “la abundancia será tan grande que habrá que tener cordura para saber administrarla” (J. De Abreu, Comunicación personal, 2018).

No obstante, esta es la realidad: "Es por las buenas o es por las malas, pero las mafias económicas que están robando al pueblo y cada vez que apruebo un bono, aumento en el salario, cesta ticket y contratos, les roban al pueblo", mientras Nicolás Maduro continúe culpando del desastre financiero a quienes siguen apostando por el país, absolutamente nada podrá sacarnos del caos en el que nos encontramos.

Consejo Nacional del Comercio y los Servicios

Este ensayo fue tomado en cuenta para el trabajo realizado por CONSECOMERCIO acerca de las consideraciones del sector comercio sobre la situación actual del país.

El mismo perteneciente a la conferencia del Dr. Alfonso Riera: