Mujeres de Ciencia

Hipatia de Alejandría

Hipatia nació en Alejandría alrededor del año 370 según los registros que se conservan. Su padre, Teón, fue un hombre de gran prestigio en su época, matemático y astrónomo, lo que favoreció que Hipatia creciera en un ambiente científico. Acabada su formación, ejerció como profesora de astronomía, matemáticas y filosofía.

Hipatia murió en el año 415 asesinada por un grupo de fanáticos que decían actuar en nombre del cristianismo y del obispo de Alejandría. No se han conservado sus obras, pero se conocen gracias a sus discípulos. Es la primera mujer científica documentada de la Antigüedad.

Marie Curie

Marie Sklodowska Curie nació en Polonia en 1867. Fue la última de cinco hermanos y se educó hasta los quince años en Polonia, donde llegó a recibir clases clandestinas en polaco que en aquella época se castigaba como conspiración. Posteriormente, en 1881, ingresó en la Universidad de la Sorbona, París. Tuvo que hacer grandes esfuerzos para ponerse al día en materias como física y matemáticas dada la limitada formación que había recibido en su infancia. Se licenció en Ciencias Físicas, siendo primera de la promoción.

Junto a su marido, Pierre Curie, estudió los rayos X y descubrió la radiactividad. Descubrió varios elementos químicos; entre ellos, el Radio, que debe su nombre al hecho de ser el elemento más radiactivo y el Polonio, en honor a su tierra natal. Conjuntamente con su esposo, recibió el premio Nobel de Física en 1903, el primero concedido a una mujer. 

Tras la muerte de Pierre en un accidente en 1904, Marie siguió investigando en solitario. En 1908 consiguió la cátedra en la Universidad de la Sorbona y en 1911 le concedieron el segundo premio Nobel, esta vez en Química.

El verano anterior a la Primera Guerra Mundial, coincidió con Albert Einstein en Suiza donde ambos pasaban las vacaciones con sus respectivas familias. Durante la guerra, organizó una unidad móvil de rayos X para atender a heridos y se encargó de preparar por su cuenta a personal sanitario.

Marie Curie murió en 1934 a causa de una anemia perniciosa provocada por la radiación a la que había estado sometida durante sus largos años de investigaciones.

Inge Lehmann

Inge Lehmann nació en Dinamarca en 1888. Recibió los primeros años de formación académica en una escuela danesa dirigida por Hanna Adler, tía de Niels Bohr. Posteriormente estudió en la Universidad de Copenhague y en Cambridge.

Dedicó su vida a investigar movimientos sísmicos y fue la primera persona en defender que el núcleo de la Tierra está formado por una parte sólida y otra líquida que envuelve la primera. La separación entre ambas partes del núcleo lleva su nombre, discontinuidad de Lehmann, en su honor.

Desde 1928 y durante 25 años fue primera jefa del departamento de sismología del Real Instituto Geodésico danés.

La Unión Geofísica Americana le otorgó en 1971 la Medalla William Bowie por sus descubrimientos en el campo de la geofísica, convirtiéndose en la primera mujer en recibir dicho galardón.

Murió en Copenhaguen en 1993, con 104 años.

Rosalind Franklin

Rosalind Franklin nació en Londres en 1920 en el seno de una familia anglojudía acomodada. Ya en el colegio destacó por su gran inteligencia y con 11 años ingresó en el colegio Saint Paul en el que se ofrecía una variada enseñanza para ingresar posteriormente en la universidad. Ingresó en Cambridge con 18 años pese a la reticencia inicial de su padre.

En Cambridge, Rosalind conoció al profesor Bragg, premio Nobel en 1915 junto a su padre, por demostrar que los rayos X permiten descubrir la estructura de los cristales. Así fue como Rosalind entró en contacto con la cristalografía y empezó sus investigaciones en Londres, París y posteriormente en el King's College, de nuevo en Londres.

En 1952, Rosalind logró obtener la foto 51 que mostraba una X perfecta en el centro y que correctamente interpretó como registro de la estructura helicoidal de la molécula de ADN.

Gracias a esta fotografía, fueron Watson y Crick los que obtuvieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962, cuatro años después de la muerte de Rosalind por cáncer de ovario, seguramente debido a haber estado expuesta a radiaciones durante sus años de investigación. El trabajo de Rosalind nunca fue reconocido por los ganadores del premio Nobel por el descubrimiento de la estructura del ADN.


Fuentes: 
Casado Ruiz de Lóizaga, María José, Las damas del laboratorio, Editorial Debate, Barcelona, 2006.

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