La dieta, un factor esencial para afrontar la fibromialgia  

A pesar de que no todos los enfermos presentan las mismas necesidades y los estudios científicos más recientes no han podido aportar aún un tratamiento terapéutico definitivo, existen recomendaciones de vida saludable encaminadas a mejorar los síntomas que se relacionan con esta dolencia. 

El objetivo fundamental radica en poder hacerle frente del mejor modo posible y recuperar la calidad de vida del paciente. En España, esta enfermedad afecta en torno a un 2,4% de la población adulta, siendo más frecuente en mujeres que en hombres.  

Debilidad muscular y dolor crónico, dificultad para dormir, cansancio, fatiga y pérdida considerable de minerales son algunos de los síntomas más habituales.

Un aporte adecuado de ácidos grasos Omega-3 ayuda a reducir la inflamación

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El consumo habitual de alimentos ricos en grasas saludables, como es el caso de las nueces, los huevos, el salmón, las sardinas, las semillas y el aceite de lino mejora las situaciones de ansiedad, depresión y estrés que desencadena la enfermedad. 

Toma frutos secos a diario, al natural y sin sal. Reduce al máximo el consumo de sal.

Refuerzo del sistema inmunitario 

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Gracias a su riqueza en vitaminas y antioxidantes, la inclusión de vegetales crudos en la dieta potencia y mejora el estado del sistema inmune. 

Los tomates, la col rizada, las naranjas y las bayas, junto con el aceite de oliva, son también muy aconsejables por sus propiedades antiinflamatorias.

Asegura un buen aporte de calcio y vitamina D 

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Las personas que sufren fibromialgia suelen presentar una pérdida considerable de calcio, magnesio, selenio, zinc, hierro y yodo, de ahí la necesidad de asegurar una ingesta correcta de calcio y vitamina D (necesaria para garantizar la absorción intestinal de este mineral).

El aporte de calcio se puede conseguir fácilmente a través de la dieta si incluimos de manera regular alimentos como el brócoli, las espinacas, sardinas (con espinas), la leche y sus derivados (yogur y queso, principalmente).

Por su parte, la vitamina D la podemos obtener directamente de la exposición al sol o mediante el consumo de pescado azul (salmón, atún), hígado de ternera, yema de huevo, pan y lácteos fortificados.

La yema de huevo es una fuente interesante de vitamina D 

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Es igualmente importante proporcionar suficiente fibra dietética al organismo para gozar de una flora intestinal sana. Opta por las distintas variedades de legumbres, tubérculos, abundante fruta y verdura y, en menor medida, cereales integrales.

Distribuye los alimentos de modo que hagas, como mínimo, 5 ingestas al día.

Para que las legumbres resulten más digestivas, añade a la cocción un trocito de alga Kombu

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El mantenimiento de un nivel adecuado de hidratación es esencial para combatir la inflamación. 

Bebe en torno a los 2 litros de agua al día (zumos naturales, infusiones,…). Elimina las bebidas con gas y las azucaradas; ganarás bienestar digestivo. 

La hidratación es primordial para el buen estado de la musculatura

Haz ejercicio aeróbico suave cada día: caminar, bicicleta, natación.

Crea mejores hábitos del sueño con el objetivo de reducir las alteraciones que provoca la enfermedad: mantén la habitación oscura y fresca, no veas la televisión o trabajes con el ordenador cuando se aproxima la hora de ir a dormir, haz ejercicio a primera hora del día y no consumas bebidas excitantes. 

Una adecuada higiene del sueño puede ayudar a reducir algunos de los síntomas más frecuentes: la fatiga y el cansancio extremo.

Un descanso adecuado alivia la fatiga y el cansancio 

La disminución de la fuerza muscular que supone esta dolencia genera una mayor necesidad de descanso, de ahí que la vida de las personas con fibromialgia tienda a ser cada vez más sedentaria.

Con el fin de no llegar a desencadenar situaciones de sobrepeso y obesidad, te invito a poner en práctica estas recomendaciones saludables:

1. Cambia las carnes rojas por pollo, pavo, magro de cerdo, pescado o tofu.


2. En lugar de carne procesada (hamburguesas, salchichas), opta por comprar pechuga de pollo, pavo, atún, huevo y salmón.


3. No consumas pan blanco, da preferencia al de cereales integrales.


4. Evita los pasteles y el azúcar. En su lugar, toma yogures, así como fruta fresca y seca.


5. Olvida la margarina. El aceite de oliva virgen extra y la mantequilla de almendras o cacahuetes son más saludables.


6. Las patatas y otras frituras deben ser reemplazadas por vegetales al vapor, ensaladas de vegetales crudos y comidas hechas al horno.