No sé si ya has votado o si son tus primeras elecciones. Tampoco sé por quién vas votar y no pretendo decirte por quién hacerlo. Pero, si te quiero decir mi visión respecto a las elecciones del próximo domingo 6 de diciembre.
La última vez que voté fue en 2013, en mi cumpleaños número 20. Muchas cosas han cambiado desde aquel 14 de abril. Tengo muchos amigos que se han ido, algunos por Maiquetía buscando nuevas fronteras y otros encontraron su final con una bala, protegida por la impunidad.
Otros compañeros, hoy están presos por protestar, por disentir, por pensar diferente. Parece que la promesa de la felicidad suprema que promueve el Gobierno, puede ser intolerante, sobre todo con los más jóvenes.
En las protestas de 2014, murieron 44 personas. 20 de los autores fueron civiles, entre ellos 10 pertenecientes a colectivos. Las víctimas fueron, en su mayoría, manifestantes de oposición.
También han cambiado las rutinas, los fines de semana de esparcimiento y relajo, se han convertido en días para hacer cola, para conseguir una bolsa de comida o las medicinas que necesitamos para nuestros tratamientos.
Según la encuestadora Datanálisis, el venezolano hace entre 2 y 5 horas de cola a la semana y compra cada 4 días.
La violencia sigue aumentando y ningún plan la detiene, ahora tenemos bandas armadas más organizadas como el Picure, controlando espacios, que el gobierno denominó como "Zonas de Paz". Sumado a ello, los colectivos armados siguen ejerciendo intimidación sobre la población. La corrupción de las fuerzas policiales contribuye a más escenarios de violencia.
Venezuela concluyó el año 2014 con 24.980 fallecidos y una tasa de 82 muertes violentas por cada 100 mil habitantes. Somos el segundo país con la más alta tasa de homicidios del mundo, solo superado por Honduras
En lo que respecta al trabajo, los venezolanos nos sorteamos entre mantener un trabajo estable y por conseguir "matar tigres", para completar el dinero suficiente y lograr comprar las cosas más elementales que necesitan nuestros hogares. La crisis económica parece una tormenta que ve arrasando todo a su paso.
Una familia venezolana de 5 miembros necesita 10 salarios mínimos para poder cubrir los gastos de la canasta básica familiar que está en más de 78.611,65 bolívares.
El sueldo mínimo se mantiene en 9.649 bolívares
La incertidumbre empapa nuestra cotidianidad día a día, entre noticas de narcotráfico, corrupción de altos funcionarios, presos políticos y violaciones de Derechos Humanos.
Hoy Venezuela parece un desierto, entre la inseguridad que nos mantienen en nuestras casas y la economía que nos impide disfrutar de nuestros espacios.
También es triste observar como la solución para muchos venezolanos es irse del país, pero no en calidad de ciudadano del mundo, que va y viene intercambiando y trayendo riqueza.
Los venezolanos hoy se van del país como los pueblos que huyen por una guerra, dejando bienes materiales, estudios, familia y con un nudo en la garganta, mientras buscan construir un futuro en otra latitud.
Entre el año 2000 y 2010 emigraron cerca de medio millón de venezolanos. Se calcula que en 2014, esta cifra alcanzó los 800.000, la gran mayoría entre edades comprendidas de 25 y 40 años de edad y con alto nivel educativo.
Hemos pasado de todo y aquí seguimos todavía, resistiendo y soñando por el país que cada uno de nosotros quiere. Pero esta semana, pasa algo diferente dentro de nuestra cotidianidad caótica y de resistencia.
Este domingo, los venezolanos, tú y yo, tendremos la oportunidad de elegir a los representantes del Poder Legislativo, esto no es pura retórica, este poder se encarga de discutir las leyes y las complejas situaciones que atraviesa Venezuela, para buscar la mejor solución.
Los venezolanos vamos a elegir en 87 circuitos y 24 listas a los 167 diputados que integrarán la nueva Asamblea Nacional que iniciará sus funciones a partir del 5 de enero de 2016.
En medio de estas elecciones algunos llaman a la rectificación y otros al cambio. Más allá de eso, no todos los días podemos tomar decisiones tan transcendentales que pueden definir, no solo tu futuro, sino también el de tus hijos. No pierdas la oportunidad de votar y empieza a construir esa Venezuela de libertad, justicia, igualdad y solidaridad, que más allá de las ideologías, todos queremos.
¡Nos vemos el 6D!
