Sobre mi abuelo, José de los Santos Muro

Un breve esbozo familiar

Mi abuelo, José de los Santos Muro nace el 1 de noviembre de 1879, en Macuto, en el Departamento Vargas, ubicado en el estado Guzmán Blanco de los Estados Unidos de Venezuela. Este pueblo había tenido su origen en 1740, bajo la gestión del gobernador de Caracas, Gabriel de Zuloaga. En principio se trataba de un humilde pueblo pesquero con una población de origen vasco. Según el censo nacional de 1881, entre Maiquetía, La Guaira y Macuto habitaban poco más de 2.485 personas.

José de los Santos fue hijo único de Petra Muro. Se desconoce el origen o nombre del padre. Tampoco tenía otro apellido. Solo el materno. Su fisonomía era delgada, piel blanca y ojos claros. La descripción del ambiente, donde nace mi abuelo está bajo la ruralidad, las calles empedradas, el sonido de los cascos de los caballos al caminar y las celebraciones, que marcaba el calendario católico.

Mi abuelo nace bajo el "Quinquenio" de Guzmán Blanco (1879-1884), caracterizado por la construcción del ferrocarril Caracas- La Guaira. También, el canto popular de “Gloria al Bravo Pueblo”, se establece como Himno Nacional de Venezuela. Se introduce por primera vez el teléfono en Venezuela y el “Bolívar” aparece como la nueva moneda nacional. Indudablemente, una época de cambios vertiginosos hacia un ensayo de modernización.

Mi abuelo nace bajo el "Quinquenio" caracterizado por la construcción del ferrocarril Caracas- La Guaira

Luego del "Quinquenio" vendría el gobierno de Joaquín Crespo (1884-1886), para un último regreso de Guzmán Blanco, entre 1886 y 1888, pero cuyo mandato, realmente fue concluido por Hermógenes López. La infancia de José de los Santos durante este período transcurre, entre el descubrimiento del teléfono, que se había extendido hacia La Guaira; así como la vista a las nuevas construcciones, para la modernización del puerto.

A partir de 1888, Juan Pablo Rojas Paúl tomó las riendas del poder en Venezuela. En 1890 fue elegido Raimundo Andueza Palacio, quien en su intento por ampliar el mandato de dos años causó la Revolución Legalista de 1892, encabezada por Joaquín Crespo, quien tomó el poder por la fuerza y estableció una presidencia de cuatro años. Sin embargo, los recursos públicos atravesaban un momento de escasez. Además, la deuda externa por las gestiones de los gobiernos pasados de Guzmán Blanco se elevaba rápidamente.

En esta etapa, la adolescencia de mi abuelo transcurrió en un ambiente de tensiones, crisis económicas y protestas estudiantiles. Así como de epidemias de viruelas. Al vivir en el litoral central, seguramente conoció la noticia sobre la muerte, en La Guaira del poeta Juan Antonio Pérez Bonalde, en 1892. Luego con 16 años, José de los Santos conoce por primera vez la electricidad y la luz eléctrica, ya que para 1895, el suministro eléctrico es una realidad para el país

Con 16 años, José de los Santos conoce por primera vez la electricidad y la luz eléctrica

Durante 1897, un joven caudillo de 44 años llamado José Manuel Hernández, candidato del Partido Liberal Nacionalista va acumulando popularidad para ser electo como el nuevo presidente de la República. Recorre el país haciendo grandes mítines en cada poblado. En el argot popular le decían el "Mocho" Hernández.

En el Departamento Vargas, José de los Santos, ya de 18 años de edad, queda impresionado por el carisma envolvente del político. Sin embargo, en un escenario de manipulación y presión política, Ignacio Andrade, candidato de Joaquin Crespo, resulta electo. Para el 2 de marzo de 1898, José Hernández se alza en Queipa, contra la presidencia de Ignacio Andrade. 

En un ambiente convulsionado, se van conformando escuadras guerrilleras a favor de la revolución de Hernández. Mi abuelo se adhiere a las escuadras guerrilleras. En este punto, quizás sorprenda la corta edad, en la que decide incursionar en esta revolución. Sin embargo, dentro del contexto de la época parece algo común. Si recordamos, López Contreras tenía 16 años, cuando se une a la Revolución Liberal Restauradora de Cipriano Castro.

Mi abuelo queda impresionado por el carisma envolvente del "Mocho" Hernández

Ya para el 12 de junio 1898, José Manuel Hernández pierde contra las tropas del gobierno de Andrade, en El Hacha, Yaracuy. Cumple prisión en la cárcel La Rotunda, en Caracas, hasta el mes de octubre de 1899.

Con esta detención concluye la fugaz experiencia de José de los Santos, en contra de un gobierno con solo 18 años. Esta experiencia abre la puerta hacia una etapa de maduración

En 1900, mi abuelo vive un fuerte terremoto, que sacudió La Guaira y parte del litoral central. En 1902, al vivir en la costa puede ser testigo de cómo los buques de guerra ingleses y alemanes bloquean las salidas al mar. En 1906 forma parte de esa población asombrada, por la estancia del presidente de la república, Cipriano Castro en Macuto, a causa de sus enfermedades.

Durante esos primeros años del siglo XX, José de los Santos se vuelve comerciante de una pequeña bodega en Macuto. Para 1907 con 28 años contrae nupcias con Otilia Camelo.

José de los Santos se vuelve comerciante de una pequeña bodega en Macuto

Para finales de 1908, en un ambiente de nuevos aires, donde se recupera la libertad de prensa, regresan los exiliados y aumenta la tolerancia política, gracias a la irrupción de Juan Vicente Gómez en el país. José de los Santos y su esposa tienen su primer hijo, llamado Rafael Felipe Muro Camelo. Un año después, en 1909 nace su segundo hijo, Rafael Augusto Muro Camelo.

La cotidianidad transcurre en el litoral central, entre el trabajo y el calor de La Guaira, Macuto y Maiquetía. En 1910, mi abuelo forma parte de la población atraída por la aparición del cometa Halley, en el firmamento. El desconocimiento de fenómenos astronómicos era muy general, en aquella época. Esto estimuló una conmoción bastante particular en la gente.

En una oportunidad, un hombre en estado de ebriedad llega a la bodega de mi abuelo con la intención de robar. La reacción de él fue sacar un machete y atacar al ladrón. Ese acto le hizo ganar una estadía de unos cuantos meses, en la cárcel de La Rotunda. Mismo sitio de reclusión donde estuvo ese político, José Manuel Hernández, que había seguido en su juventud. Quizás ser un declarado anti-gomecista contribuyó a esa detención.

Mi abuelo estuvo unos cuantos meses, en la cárcel de La Rotunda por atacar a un hombre con un machete

Entre el auge de los positivistas, en el gobierno de Gómez; las construcciones de nuevas carreteras, para Venezuela; y las noticias de la "Gran Guerra", en Europa; acontece esa segunda década del siglo XX, para José de los Santos. 

Gracias al esfuerzo y trabajo del matrimonio Muro Camelo sus hijos Rafael Felipe y Rafael Augusto, se desarrollaron como niños y adolescentes sanos. Bajo un contexto de paludismo, fiebre amarilla, gripe española y embates de una dictadura con pocos signos de avances, eso no es poca cosa. Ya mantenerse vivo, significaba un acto de triunfo para cualquier venezolano de la época. Sin embargo, la tragedia llegó a la familia Muro Camelo con el fallecimiento de Otilia debido a una enfermedad.

Para la década de 1920, Rafael Felipe se convirtió en oficinista en el Portuario de La Guaira y Rafael Augusto, se inició en la Universidad Central de Venezuela para estudiar Farmacia. Este último terminaría trabajando en el Ministerio de Sanidad, hasta su jubilación.

Por su parte, José de los Santos cambió su trabajo de comerciante por un cargo, en la administración pública. Trabajó en el departamento de identificación y extranjería del Ministerio de Relaciones Interiores, en la sede de Maiquetía. Ya como hombre maduro con hijos mayores es testigo de la transformación de Venezuela, bajo el advenimiento del petróleo como centro neurálgico del país. Así como también es espectador de nuevas revueltas estudiantiles y expediciones militares fracasadas como la del "Falke".

Mi abuelo es testigo de la transformación de Venezuela, bajo el advenimiento del petróleo como centro neurálgico del país.

Bajo los signos del nuevo gobierno de su contemporáneo Eleazar López Conteras; así como las tensiones políticas, nuevos exilios y una modernización más concreta de Venezuela En 1937, cuando José de los Santos tenía 57 años, inicia amores con Rita Araque de 24 años, quien estaba embarazada de un hombre, cuyo paradero nunca se conoció. En ese año, nace Servia Elena; y mi abuelo la toma como hija suya.

Para 1942 nace la primera hija de ese amor con Rita, mi tía Betty Esperanza; y para 1944 nace mi tío Carlos Eduardo. Sin embargo, José de los Santos nunca reconoció a estos hijos de forma legal. Por esa razón, no llevan el apellido Muro, sino el apellido materno.

Un año más tarde, en 1945 con el optimismo del fin de la Segunda Guerra Mundial y el triunfo de la Revolución de Octubre. José de los Santos de 65 años, contrae matrimonio, por segunda vez en su vida con mi abuela Mercedes María Izaguirre, una joven morena de 33 años. Se casan en la iglesia San Sebastián de Maiquetía con el sol del mediodía. Se residencian en La Guaira, cerca de casco central.

Luego, en diciembre de 1949, bajo la dictadura de facto, impuesta por la Junta Militar presidida por Carlos Delgado Chalbaud, el matrimonio Muro Izaguirre tiene su única hija, mi mamá Carmen Marina. En ese momento vivían en Maiquetía, de Brillante a Quiriquire.

Mis abuelos se casan en vísperas de la Revolución de Octubre de 1945 

Para el  momento del nacimiento de mi mamá, Rafael Felipe tenía 41 años, Rafael Augusto 40 años, Servia Elena 12 años, Betty Esperanza 7 años y Carlos Eduardo 5 años.

Ya bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y la construcciones de la Ciudad Universitaria, las Torres del Silencio y la Autopista Caracas – La Guaira, en 1955 a la edad 75 años, José de los Santos Muro, todavía se desempeñaba en el departamento de identificación y extranjería. Aunque, su cargo era más simbólico que productivo, por su edad

También aprovechaba la oportunidad, para vender estampillas fiscales y así tener un ingreso adicional. La mañana del 24 de septiembre, cuando se disponía para salir del trabajo a su casa, para celebrar con un almuerzo el santo de su esposa, Mercedes. Mi abuelo cae de un mueble hacia el piso, causándole una hemorragia cerebral fatal en pocas horas.

En sus últimos años, mi abuelo fue testigo de construcciones como las Torres del Silencio y la Autopista Caracas – La Guaira

José de los Santos deja a mi mamá, Carmen Marina de 5 años de edad y a mi abuela, Mercedes María viuda de 43 años. Mi abuelo nació bajo el gobierno del "Liberalismo Amarillo" de Guzmán Blanco y muere bajo la dictadura militar Marcos Pérez Jiménez.

Al reflexionar, sobre este simple hecho, las épocas que pudo vivir o experimentar mi abuelo. Para mí es una invitación a la reflexión, no solo a nivel familiar, sino sobre una Venezuela que se fue construyendo y transformando, bajo tensiones, golpes y revoluciones. Esos elementos forman parte de nuestra identidad, así lo neguemos. 

Existen muchas cosas, que hoy nuestra sociedad da por sentado, pero se fueron abriendo paso poco a poco, en una modernización eternamente inacabada por los caudillos de turno.

Ahora que se vive una dictadura similar o peor a las que debió vivir mi abuelo, vale la pena pensar sobre esta experiencia. ¿Saldremos de este ciclo de fatalismos y hombres fuertes? ¿Qué tan largo podrá ser nuestra espera por la libertad? Solo preguntas.

Como dato curioso, 61 años luego de la muerte de mi abuelo, el 24 de septiembre de 2016 nace mi hijo, David José. De cuatro generaciones, yo soy el único que nació en democracia. Como para pensar...