Carlos I, un rey con visión planetaria

El verdadero conquistador de América


Valentía y coraje. Con estos dos atributos podríamos catalogar a aquellos que entregaron su vida por defender el imperio español. La sangre y el sudor de  aquellos guerreros que luchaban por un rey que ni conocían, que dejaban a sus esposas y corrían grandes aventuras, y que en la mayoría de ocasiones no volvían. Como Antonio Villegas decía: "ni un pedazo de tierra sin una tumba española".


Corría el año 1516 cuando un joven de origen flamenco pisaba por primera vez tierras castellanas acompañado de su fiel consejero, Guillermo de Croy. Su nombre era Carlos: hijo de Juana de Castilla y Felipe de Habsburgo, que más tarde sería conocido por todos como El Rey Emperador, aglutinando en sus manos un imperio en el que nunca se ponía el sol. Al parecer, no fue bien recibido en España: era un rey joven, que no sabía hablar el castellano y que no conocía los problemas reales de la sociedad. Incluso, parte de la nobleza castellana empezó a conspirar contra él e intentaron que su hermano, el infante Fernando, asumiera la corona en lo que se denominó "La Revolución de los Comuneros".

El objetivo de Carlos, desde el primer momento, fue expandir el imperio que heredó, ya fuera por norte, sur, este u oeste. Cuando murió su abuelo Maximiliano I del Sacro Imperio Germánico heredó los territorios de Austria, Borgoña y Flandes. Por otro lado, Hernán Cortés conquistaba tierras en las Indias para la corona, recaudando grandes reservas de oro que servirían para sufragar todas las guerras que acompañarían al reinado de Carlos. En este contexto de incertidumbre política, y con menos de un año en el trono hispánico, un marino portugués llamado Fernando de Magallanes acudió a Sevilla para plantear su proyecto al recién proclamado monarca. Magallanes estaba seguro de que había nuevas rutas para llegar a las Indias y convenció al joven rey en su afán de expandir el imperio.

Hablamos con el escritor e historiador peruano Fernando Iwasaki sobre las causas que llevaron al monarca español a dar aprobación a una empresa que apenas tenía garantías de triunfar. Según Iwasaki, tenemos que conocer el contexto en el que se desarrolla todo: "Recordemos que dos años antes de llegar al trono Carlos I, Vasco Núñez de Balboa descubre el Mar del Sur, es decir, el Océano Pacífico. Descubre un mar que era desconocido y que da la posibilidad a que hubiera una ruta que permitiera llegar a las India (…) Carlos I al consentir que Magallanes partiese, tenía la certeza de que había un mar más allá; hay que tener en cuenta que los años en los que se planea la expedición, Francisco Pizarro empieza a conquistar América del Sur. Carlos sabía que los territorios a los que llegasen Magallanes y Elcano, iban a permitir expandir el Imperio dentro del Tratado de Tordesillas de 1494. Los territorios de Portugal acababan en lo que actualmente conocemos como Brasil, pero desde ahí hasta las Filipinas había territorios desconocidos que Carlos deseaba atribuir a la corona".


Hasta ese momento, gran parte de la sociedad seguía creyendo que la tierra era plana y que el universo también lo era. La circunnavegación de Magallanes fue la que demostró la esfericidad de la Tierra. En palabras de Fernando Iwasaki, "Carlos I fue el primer rey global, no por su Imperio, sino porque fue el primero en dar la vuelta al mundo, y eso no hemos sabido valorarlo hasta muchos años después".

Carlos I fue sin duda el primer rey español que tuvo una concepción diferente del mundo, incluso muchos reyes que le sucedieron no tuvieron esa visión que Carlos sí tenía. Cabe recordar que Fernando de Magallanes antes de proponerle el proyecto al monarca español, se lo propuso al rey portugués Manuel I El afortunado, pero este le rechazó. ¿Qué vio el monarca portugués que no vio Carlos I? A palabras del historiador Fernando Iwasaki, "a Manuel le pareció muy caro el viaje, podía suponer las pérdidas de las naves y la tripulación. Aparte, Portugal controlaba la única ruta conocida hasta ese momento hasta las Indias, que era bordeando las costas del continente africano doblando el Cabo de Buena Esperanza y navegando hacia el Océano Índico (…) por lo cual, encontrar otra ruta hacia el otro extremo del océano era una pérdida de tiempo y dinero".

Lo que hubiera ocurrido si Manuel I hubiera dado el beneplácito a Magallanes es todo un misterio, pero, sin duda, habría cambiado el transcurrir de la historia, y quién sabe si Carlos I hubiera tenido la repercusión mundial e histórica que ha tenido. Por tanto, ya que Portugal no quería confiar en Magallanes, para España era toda una inversión, donde algunos de la tripulación eran delincuentes o personas que habían salido de la cárcel y se embarcaban a probar fortuna en la mar: "Los navíos podían perderse, pero merecía la pena", puntualiza Iwasaki.

El reinado de Carlos I fue uno de los más fructíferos de la historia de la monarquía en España. Según esta encuesta del Diario 20 minutos, Carlos I está en el top ten de los monarcas españoles más valorados, junto a él se encuentran su hijo Felipe II, ambos con la misión de regir un imperio, o Carlos III, considerado entre muchos historiadores, el mejor rey de la historia de España.

Hablamos ahora con Francisco Ruano, historiador y escritor onubense. Ruano nos relata los desafíos a los que se tuvo que enfrentar el monarca, tanto en sus territorios del norte de Europa como en España: comuneros, príncipes alemanes, o el protestantismo, fueron muchos de los retos que tuvo que hacer frente Carlos en sus 40 años de reinado.


Al hablar sobre el nuevo continente que se acababa de descubrir, nos comenta que "fueron los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, los que descubrieron el nuevo continente; pero quien colonizó verdaderamente América fue Carlos V a través de Hernán Cortés y Pizarro, entre otros".

Según Ruano, Carlos I fue una de las “figuras fundamentales del Renacimiento: hombre que desarrolló la monarquía autoritaria y que concibió su reinado como universal sobre toda la cristiandad, pero acabó muy cansado y resolvió los problemas, pero a medias”.