Campesinos, fuerza vital

¿Quién duda de su importancia?, si en la Cuba actual constituyen una fuerza vital para  el crecimiento económico del país

Tan solo en Camagüey, hoy son poco más de 27 000 campesinos y cooperativistas, los cuales asumen la responsabilidad de aportar del 59 por ciento de la producción de cultivos varios de la provincia y el 80 por ciento de la leche de vaca que acopia el territorio.

Ellos, la gente humilde del campo, en la actualidad superan los resultados de muchas empresas estatales y de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa.

Si hubiese muchas Mercedes…

Mercedes insiste en que esta es una historia escrita a cuatro manos, porque si no fuera por su Raúl, su esposo durante casi dos décadas y media, ella no pudiera tener los excelentes resultados que muestra en la producción de leche de chiva.

"Todo lo compartimos. Yo limpio los corrales, las canoas, si alguna cría tiene problemas la alimento, además de atender los quehaceres de la casa. Él es quien ordeña y pastorea. Camina muchísimo todos los días, unos 15 kilómetros entre el pastoreo de la mañana y el de la tarde porque nosotros no tenemos tierras; para darles de comer a los animales andamos largas distancias. Aquí mismo hay tierras ociosas de la UBPC; ya las solicité, pero todavía no me han dado respuesta".


Ella es una mujer humilde, sencilla, que no entiende que sus empeños tengan nada de extraordinarios. Tal vez por eso no nos cuenta que en el 2017 fue la mejor productora de leche de chiva en la provincia; tampoco nos dijo que siempre está presta a ayudar a los demás.

No resulta “gratis” que la gente de la comunidad la admire y la quiera, bien nos lo advirtió una de sus vecinas: “Por aquí todo fuera mejor si hubiese muchas Mercedes”.

El dulce cambio de la vida de Baicel

Antes de ir a El Palmarito, de las abejas solo sabíamos de su rica miel y de su dolorosa picada. Mas esa suerte de aventura que es el periodismo nos llevó hasta la comunidad vertientina donde vive Baicel Bomey Álvarez, uno de los apicultores de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) 4 de Abril.

Con ahumador en mano nos presentó al resto de sus 70 colonias que estaban en el apiario y supimos entonces que el humo de cedro no irrita la vista.

Él antes del 2011 era obrero agrícola de una unidad básica de producción cooperativa en sistema rústico. Con el Decreto-Ley 259 pidió un pedazo de tierra para sembrar e hizo el contrato con la Empresa Apícola; comenzó entonces a cambiar para bien su vida y la de su familia.

De las muchas lecciones que nos llevamos ese día fue el espíritu colmenero de los apicultores de la “4 de Abril” y el enterarnos de que, entre otros datos curiosos de esos extraordinarios animales, en una de esas cajitas habitan un aproximado de 60 000 abejas, que el zángano además de fecundar ayuda a orientar a la colonia en las tardes para su regreso, y que de la reina dependen los hábitos de higiene de la colmena y de esto, la calidad de la miel.


Eloísa anda casi siempre con las botas de goma puestas, pantalón y camisa de mangas largas. La pañoleta doblada en triángulo la acompaña a ratos sobre sus hombros o guardando celosamente su cabello debajo del sombrero de alas grandísimas. A simple vista parece una mujer como las tantas que habitan en La Sacra, comunidad agrícola y ganadera que surgió en aquellos parajes inhóspitos con la promesa de acompañar el nacimiento de un central que nunca llegó.

De sencilla y común Eloísa Jordán Serrano solo tiene la apariencia física, porque bien saben quienes la conocen que es mucha mujer esa mulata delgada, la que con 61 años cumplidos lidera la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 1ro. de Enero, perteneciente al municipio de Najasa.

Vertientina de nacimiento, desde hace varias décadas ancló raíces en ese punto de la geografía camagüeyana y desde el 2005 es la presidenta de la CPA cañera, "la que desde su fundación siempre ha sido rentable", nos aclaró orgullosa.

Prefiere el tiempo de zafra, aunque en ese período tenga que dejar las sábanas tibias desde las cuatro de la madrugada y vuelva del campo cuando el sol se ha puesto. No le abruma trabajar duro, lo importante es que las cañas lleguen en tiempo al central Batalla de Las Guásimas. Vive con intensidad la contienda.


Asegura, desde la modestia, que la clave para los resultados está en el apoyo que le brinda su familia.

“Fácil no es, pero me gusta mi trabajo y vivir en La Sacra, y no pienso dejar el campo mientras tenga fuerzas para seguir adelante; además, Camagüey tiene una deuda con la zafra y tenemos que esforzarnos para saldarla”.

Genaro, y la mula de Irma

El octogenario Ricardo, padre de Genaro Fernández Pérez, anda todavía en los trajines ganaderos de la finca, entre añojos y toros de ceba, mientras el hijo diversifica los sembradíos de cultivos varios y frutales para que El Pilar continúe la tradición familiar del bisabuelo, primer propietario del centenario emporio campestre.

"Ustedes ven qué lindas y sabrosas están esas guayabas, pues el huracán Irma prácticamente acostó todas las matas. Yo tuve que eliminar gajos para poderlas enderezar un poco y salvé el guayabal", cuenta mientras camina con paso impaciente de guajiro entre estrechas guardarrayas de cultivos intercalados con tomate, frijoles y frutabomba.

La mejor cosecha de Saraí

Saraí lamentó muchísimo que el camino de entrada a su finca La Deseada estuviera casi intransitable por los muchos días de lluvia que nos han acompañado en las últimas jornadas. Ella quería enseñarnos la tierra que la ocupa de sol a sol y que la enorgullece.

También a nosotros nos hubiese gustado verla en sus afanes, mas tuvimos que conformarnos con entrevistarla en la sede de la Cooperativa de Créditos y Servicios Renato Guitart, del municipio de Camagüey. Eso sí, no podíamos perdernos la historia de esta mujer/madre/campesina.

"Yo nací en la finca La Unión, en Jimaguayú. Mis padres después vinieron para el pueblo, pero a mí me quedó el amor por el campo"



¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?

—Cuando estamos en cosecha, o darles comida a mis animales y ver que han crecido gracias a mi cuidado. Los guanajos son los que más me gustan. Les hablo como si fueran personas y les digo: “vengan mis amores”.

Me encanta mi trabajo y he tenido buenos beneficios, en la agricultura hay sus altas y sus bajas porque lo mismo el tiempo que una plaga puede destruirlo todo. Pero una se repone y se levanta, lo que no se puede perder es el optimismo en la vida.


Los muchachos de La Sacra

Allá en La Sacra, en un punto de la geografía camagüeyana que parece estar cerca y lejos de todo, colindante con Santa Cruz del Sur, Jimaguayú y Vertientes, pero que pertenece a Najasa, que le queda nada más y nada menos que a 40 kilómetros, encontramos a los muchachos.

Conversamos con Yanier, Roger, Luis Javier y Yasiel, guajiros de cuna que hablan con orgullo de su pedazo de campo y de lo que hacen los militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Reinaldo Léon Yera.

Yanier Olivera Sifonte y Roger Rodríguez Manso, guajiritos orgullosamente rellollos, narran sus peripecias en los trabajos voluntarios en el área colectiva de la CCS a donde llevan el ganado de todos antes de venderlo, y en las fincas de los campesinos cuando han necesitado su ayuda con la cosecha o con el manejo del ganado.

“Y hacemos fiestas también porque eso nos hace falta, ya más que una fiesta del Comité de Base es una fiesta de amigos. También inventamos otras actividades para la comunidad”, enfatiza Roger.

“Nadie nos puede hacer cuentos con pretextos para no asistir a las actividades de la Juventud, porque nosotros trabajamos durísimo, nos vamos de fiesta hoy y al otro día tenemos que madrugar para iniciar el ordeño”


CRÉDITOS:


Textos: Yurislenia Pardo Ortega y Rolando Sarmiento Ricart

Fotos: Otilio Rivero Delgado, Orlando Durán Hernández, Leandro Pérez Pérez y Rolando Sarmiento Ricart

Edición: Zoila Pérez Navarro y Yurislenia Pardo Ortega