El autismo: sociedad accesible

Camagüey rompe barreras por el autismo, desde la escuela y con el amor como asignatura esencial en las familias

El aumento de casos de trastorno del espectro autista es una señal de alerta social, y un motivo de preocupación en Cuba por las personas con ese diagnóstico y por su entorno inmediato. En Camagüey existe una escuela, nombrada Héroes del Moncada, donde reciben la estimulación pertinente los niños hasta el momento reconocidos con esa condición, aunque no significa que sean los únicos.

La atención a autistas dentro del sistema de educación en la provincia gana en especialización por la organicidad del trabajo en esta escuela.

                      El colmo de la doctora Yadira

Todavía la huele, aunque no con la intensidad que le cogía un mechón cuando pequeñito. Pudiera leerse como un colmo, pero la doctora Yadira Zayas no sabía que su hijo Ernesto era autista.

Su hijo todavía presenta estereotipias o movimientos involuntarios que lo llevan al mundo que quiere, pero "desconectado" no lo deja porque equivale a perderlo un poquito.

En medio de todo, y con el esposo otra vez de misión, Yadira matriculó la residencia en Dermatología, casi al vencer. Por Ernesto aprendió a dar prioridades que sucumbían en las rutinas del hogar, a viajar con su olor, a rescatarlo de mundos ignotos y a confirmarse que existe cuando la besa y la llama "mi princesa".



El autismo, aunque de causa desconocida, no es síndrome ni enfermedad ni trastorno genético, sino un desorden neurológico: el sistema nervioso funciona bien por separado.


"La educación cubana ha dado seguimiento al autista, primero en aulas de escuelas especiales. Hace dos años abrió Héroes del Moncada, dedicada a ese trastorno y, por tanto, con las condiciones y el ambiente propicio para una mejor estimulación", explicó Liz Rodríguez Pérez, metodóloga provincial de Autismo en Camagüey.

                          Cajita azul de las sorpresas

"Un autista es una cajita de sorpresas", dice Lissette Hernández, quien se ha instruido para saber estimular a su hijo Noel, uno de los más complejos de la escuela.

El niño ya cursa el primer grado, va solo al baño, se lleva con el hermanito con los altibajos de esa relación filial, y al fin dice mamá, papá, hola, ei (de saludo) y te amo.

En casa tiene un proyecto de zooterapia con el gato, la paloma y el conejo. Antes él rechazaba la perra y ya la monta como si fuera un caballo.


                                 Mi gordito autista

Aunque jamás lo demuestra, sé que es feliz porque se siente querido,  amado. Sé que se sabe seguro cuando de mi mano camina por mi mundo. Sé  que me necesita y él sabe que jamás lo rechazaré por diferente, por  especial. Sé cuándo necesita una dosis mayor de amor y comprensión.  Cuando quiere que le regale una flor, una caricia, un beso, yo también  quisiera regalarle el sol.*

* Tomado del libro en preparación de Jaime A. López García a partir de las vivencias con su sobrino autista, a quien ya dedicó desde el título el volumen Cuentos para Daniel (Editorial Ácana, 2013), de relatos tradicionales rusos.


Aun sin confirmarse la causa del autismo, se culpa a la sociedad actual ya que, por agitada, ha impuesto menos tiempo para los hijos.

Convidamos a la acción cultural prevista el lunes 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en la Plaza de los Trabajadores, de la ciudad de Camagüey, desde las 9:00 a.m.

"Rompamos juntos barreras por el autismo. Hagamos una sociedad accesible".

Créditos:

Textos: Yanetsy León González

Fotos: Leandro Pérez Pérez

Video: Alberto Santos Casas

Edición: Zoila Pérez Navarro