Un "Quinteto de gigantes"

Con este epíteto calificó Fidel Castro a esos grandes hombres, a esos enormes cubanos, a esos tremendos patriotas: Los Cinco.

LA LEYENDA DEL FLAMBOYÁN

Cuenta la leyenda que allá en Sagua La Grande, pueblo de la provincia de Villa Clara, se encontraba el flamboyán más lindo de Cuba, por su incomparable verdor. Una mañana en la que no salió el sol, sus hojas comenzaron a marchitarse y a caer, tanto que en solo tres días quedó reducido a un tronco casi sin vida.

Por esa fecha llegó al poblado una pareja de enamorados que contagiaban con su amor a quienes los miraban a los ojos; su felicidad se trasmitía al compartir el aire que ellos respiraban.

Los jóvenes acudieron al lugar donde yacía el tronco, a cuyo alrededor las personas lloraban y pedían por la vida del flamboyán más hermoso de la región. Cerca del tronco del árbol permanecía a diario una anciana ya casi centenaria y les pidió que grabaran sus nombres en el grueso tronco.

Por un momento se miraron y la hermosa muchacha, asombrada y entre labios, dijo: "Eso puede dañarlo más, al rasgar su corteza", a lo que la anciana respondió: "Su amor es tan fuerte que podrá resistir la más cruel separación, sobrevivirá al tiempo, curará heridas, reconfortará almas, sanará males y triunfará".

                     LA HISTORIA DE LA PARADA

Gerardo habla de ella y los ojos le brillan. Su mirada tiene 21 años. En la niña de sus ojos, se ve otra niña de 16. La historia la ha contado muchas veces, pero cada vez parece viajar en el tiempo y volver a aquel día, a aquella parada.

Mi papá tenía un carro y trabajaba cerca de Zapata y A. Todas las mañanas le 'cogía botella' para ir hasta Miramar, porque yo estudiaba en el Instituto Internacional de Relaciones Internacionales (ISRI).


"Hubo un domingo en que no quise fregar el carro. Me dijo: «para montarte nunca tienes problemas»; o algo así que no me gustó, y al otro día para darle en la cabeza, me levanté como a las 4: 00 a.m.


"Primero cogí la ruta 21, después la 68 hasta la Rampa, y luego la tercera guagua que me llevaría hasta Playa. Justo ahí veo a Adriana, en la fila, con su uniforme amarillo, porque ella estudiaba Química en ese entonces. Me impactó.


"Subimos a la guagua y me paré al lado de ella, que iba con tremendo piquete de su escuela. Me le acerqué y le dije: «que mala educación, que ni le llevan los libros a uno». Ella no habló, pero le di la maleta y me la llevó.


"Ese día en el ISRI, durante el primer turno de Derecho Internacional que era con Miguel de Estefano, una eminencia, ya fallecido, escribí 'Poema a la muchacha de la parada'. Lo pasé a máquina y al otro día me volví a levantar a las 4:00 a.m. y me aparecí en la parada.


"El poema decía más o menos así: 'la muchacha de la parada / cuya mirada agiganta / los amaneceres de la Rampa, / que cuando monte la guagua, / quizás me lleve gentilmente los libros, / y sepa que un desconocido, / admirador de su belleza, / desatendió una clase, / por escribirle este poema'.


"Subo, me paro al lado de ella, me pide los libros y cuando me voy a bajar le doy el poema. A partir de ese día seguí levantándome a las 4:00 a.m. Mi papá ajeno a todo, creyendo que yo seguía molesto por lo del carro, me dice un día: 'Oye compadre, no fue para tanto lo que te dije, no te lo cojas tan a pecho'...

                 YO ERA MILITAR DEL SILENCIO

"Frente a adversarios tan descomunales siempre se debe estar preparado para lo peor, pues así estaremos listos para todas las variantes, es más, para la más complicada de las variantes." Así expresó Ramón Labañino Salazar, cuando cumplía ya 13 años de una injusta condena en cárceles norteamericanas por el único delito de proteger a su pueblo de la muerte.

Con la firmeza de principios que caracteriza su personalidad, enfrentaba día tras día el dolor de tener que estar alejado de sus seres queridos, de su pueblo y de la tierra que lo vio nacer. Este gigante de aproximadamente 1.92 de estatura es perseverante y confía en la justicia. Ramón sigue siendo joven de ideas, de espíritu y es capaz de dar amor hasta en las condiciones más extremas que la vida le ha impuesto.

Desde la prisión de Jesup en Estados Unidos, a pesar de las dificultades que presentaba con su correspondencia, por medio del limitado sistema de correos electrónicos para prisioneros federales (Corrlinks), este sencillo cubano nos acercó a su vida.


—¿Generalmente cómo era un día de Ramón en la prisión?

 —Mi día en estos lares universales transcurría entre cartas, lecturas (de libros, informaciones, revistas), respuestas a ellas, tanto en misivas como en e-mail, y en las tardes siempre practicaba algún deporte: pesas o constructivos, caminatas, handball.


"Las noches, más bien las dedicaba a oír radio, ver noticias, y a reorganizarme para el día siguiente. Un gran por ciento de todo mi tiempo se iba en las peleas legales del caso.


“Una o dos veces por año recibí visitas de algún familiar, de buenos amigos. Traté siempre de romper la monotonía irreflexiva que imponen circunstancias tan particulares, por ello, a cada rato, cambiaba bruscamente de actividades, de horarios, hábitos. Era como refrescarme interna y externamente, un mecanismo de pelea diaria contra los años y los desgastes normales que imponen los tiempos."

—¿Qué diferencias hay del Ramón actual al de hace trece años?

—Creo que no he cambiado mucho, sigo siendo el mismo soñador, romántico, guerrero, que aprendí desde niño, quizás incluso, ahora soy mucho más poeta de la vida que antes, pues disfruto en encontrar detalles que embellecen, más de los que afean.


"Quizás ahora tengo la vista más aguzada ante los embates adversos, en especial en esta contienda legal que libramos contra la injusticia y la maldad, y en el conocimiento de los hombres que, con despego a todo principio, decaen de su escasa estatura. Mi físico tiene en sí el peso de algunos años más, pero con el mismo espíritu y aun mayor, que esta causa nuestra nos entrega a todos."

—¿Cómo ha influido el pensamiento de Fidel en tu personalidad?

—Ha influido en todo, pues Fidel es la virtud y la herencia más pura de todos los cubanos dignos de nuestro historia, él es capaz de resumir en si mismo, desde el pensamiento martiano, de Maceo, de todos nuestros mambíses, hasta el momento actual y creo que hasta el futuro eterno, es la valentía, inteligencia y visión histórica de lo mejor de nuestra cubanía y nuestro socialismo.


“Fidel es ejemplo y líder, y sin duda alguna es el compañero fiel que nos acompaña siempre en esta pelea por la verdad de Cuba y la libertad nuestra."

* Entrevista publicada en el blog jorgitoxcuba.net el 8 de enero de 2011.

                  UN HÉROE DE CARNE Y HUESO

Para cualquier colega este encuentro hubiera tenido solo un interés profesional; pero para este aprendiz de periodista fue la unión de la familia completa. Seis horas de emociones no serían fáciles de transcribir, y aunque mis profes de la academia me exigen objetividad, debo decirles que esa jornada está entre las más felices de mis 22 años.

Y como el periodista nunca se quita su traje, le pedí al Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo, unas palabras para los lectores de Adelante Digital.

—¿Cómo recibiste el 17 de diciembre del 2014?

—Fue uno de los momentos más felices de mi vida. Se hizo realidad el sueño del reencuentro con nuestro pueblo y nuestros familiares. Nos pasamos 16 años soñando con ese instante, y cuando se hizo realidad costó trabajo creérselo. Pudimos percibir, además de nuestra alegría, la felicidad del pueblo, y esto le agregó un toque a la magia de ese día.

—Después de la llegada a Cuba, has tenido dos momentos que sobresalen: la imposición de la condición de Héroe de la República de Cuba y el encuentro con Fidel. ¿Qué puedes contarnos?

—Habíamos soñado mucho con esos dos momentos, el día de la Medalla fue indescriptible. Ramón y yo teníamos una broma que después se hizo extensiva a todo el grupo, en el peor momento del hueco nos llegó la noticia de nuestra declaración como Héroes de la República de Cuba y nos tocábamos el pecho para indicarlo. Por las rejillas del hueco nos decíamos: 'resiste, que somos héroes del pueblo de Cuba y algún día tendremos esas estrellas en nuestro pecho'. Entonces, cuando llegó era el sueño cumplido y la culminación de una etapa.


“En cuanto al encuentro con el Comandante, había rumores en la calle; pero era el deseo de nuestro pueblo de ver ese encuentro, porque el regreso de los Cinco no estaba completo hasta que viéramos a Fidel. Yo lo veo como una reunión familiar, como si estuviéramos cinco hermanos con su padre en la sala de su casa. Me di el gusto de contarle algunas anécdotas de la prisión, hablamos de la realidad mundial, de la escasez de alimentos y las potencialidades de algunos cultivos como la moringa y la morera. Fue un encuentro informal, pero muy emotivo”.

                      DOBLE NUEVE CON TONY                   

El partido de dominó estaba pactado para las diez de la noche, luego de un intenso día de actividades. Iba a ser una especie de revancha, pues ya le había ganado en el ajedrez.

Esta vez, como técnica de distracción saqué la grabadora y como el periodista nunca se quita su traje, con ella sobre la mesa, mientras jugábamos, filosofamos un poco y además tratamos, desde aquella mesa, de arreglar el mundo. Mi contrincante, Antonio Guerrero, tampoco cedió terreno; sin embargo, yo gané estas líneas.

—¿Cuán diferente fue la Cuba encontrada de la que habías dejado en 1990?


—La Cuba que encontré a mi regreso y la que he conocido durante este tiempo, era exactamente la que añorábamos. Deseé estar en el Malecón, caminar nuestras calles y así fue, el pueblo nos llenó de cariño, de emoción, compartiendo el espacio con nuestra familia que también llevaba años sin tenernos en casa.


"Pero esta es una Cuba diferente, porque el tiempo no se detiene, y es una realidad distinta por razones lógicas. En 1990 se había derrumbado el Campo Socialista y comenzaba el Período Especial.


"En el '90 no había doble moneda, no había una apertura al sector no estatal de la economía, no se habían realizado los cambios que necesariamente tuvo que hacer nuestro país para subsistir en un mundo que nos exigía abrirnos.


"Nosotros no éramos ajenos a esa realidad, por muy lejos que estuviéramos recibimos mucha información desde Cuba. Pero nada de lo que te llegue escrito, se compara con palparlo a diario y con que forme parte de tu realidad. Hemos tenido que adaptarnos y en muy poco tiempo".

—¿Te queda alguna huella de la prisión?

—Por suerte para mí, desde que pisé la tierra cubana, se me borró de la mente la prisión. No niego que a veces en mis conversaciones, en mis intervenciones hago referencia a esa etapa de mi vida, a un lock down –encierro prolongado en la celda, se hace mayoritariamente como medida disciplinaria ante un hecho grave– en ocasiones me embarga cierta emoción recordando los momentos vividos durante los 16 años, tres meses y cinco días que tuvimos tras las rejas. Pero generalmente me pasa rememorando las cosas que fuimos capaces de hacer allá.


"Uno de esos momentos que recuerdo emocionado fue cuando alguien le metió a Gera en la cabeza que asumiera todo y él lo comentó con el grupo, que en ese momento era más grande. Cuatro de nosotros dijimos que no, allí se selló el grupo de los Cinco, fue un pacto de dignidad que nos unió.


"En mí no ha dejado vestigio negativo alguno, porque nosotros realmente tuvimos siempre la percepción de que no estábamos presos y no dejamos que la prisión nos afectara psicológicamente.


"Tal vez en la salud física sí tenemos alguna huella porque el tiempo no perdona, pero lo principal es que hemos podido rehacer nuestras vidas y agradecerles a muchos lo que hicieron por nosotros".

NECIOS DE ESTE SIGLO

Foto: Tomada de cubadebate.cu

La felicidad de los últimos cuatro almanaques deja atrás las lágrimas, el desespero de Adriana, de Olguita, de Mirtha por ver a su hijo antes de morir... muchas penas de 16 tortuosos años. Sin embargo, Carmen no pudo vivir aquel 17 de diciembre sanlazarino que trajo a su hijo Gerardo de vuelta a casa.

Por eso hoy es un día de emociones encontradas, en el que se junta el llanto por los que ya no están y lo dieron todo por una causa justa, y ese sentimiento que deja la victoria y el saber que al final, por difíciles que fueron las circunstancias, vimos a los tres últimos descender por la escalerilla de aquel Boeing norteamericano que los trajo de regreso a Cuba.

Cuentan los que estaban allí, en el aeropuerto, que hasta ese momento fue tenso, como mismo fue la historia de los Cuban Five desde sus inicios, desde aquella fresca madrugada de septiembre de 1998 que cambió la vida de cinco seres humanos para siempre. En un operativo sin precedente el FBI cayó toda la fuerza, como saben hacer ellos para que la gente se sienta el momento de la detención, sobre ocho viviendas del Condado Sur de la Florida. Comenzaba un nuevo capítulo de nuestra complicada historia con los vecinos del norte.

Política, presión y show mediático fueron las palabras claves de aquellos meses, en los que muy pocos sabían de este lado lo que sucedía en Miami. Desde muy temprano en la mañana del sábado 12 de septiembre de 1998, cada medio de comunicación en la Florida hablaba sin parar acerca de la captura de unos terribles agentes cubanos, dispuestos a destruir los EE.UU., la frase que la Fiscalía adoraba y repetiría una y otra vez durante todo el proceso.

No hubo nunca interés por hacer un juicio justo, el 27 de noviembre del 2000, René González describe en su diario: "Al regreso del almuerzo ya los familiares de los pilotos de Hermanos al Rescate están dando un show frente al edificio de la Corte. La Jueza tiene que pedir a los fiscales que paren el espectáculo de sus ahijados. De paso la prensa –que ha sido vocero de la fiscalía a través de cientos de artículos amarillos contra nosotros- ya está merodeando a los posibles jurados".

Meses antes, el 16 de marzo del 2000, la jueza Joan Lenard declaraba al diario The Miami Herald, “Este proceso será mucho más interesante que cualquier programa de televisión". No estaba lejos de la verdad la magistrada. Las violaciones e inconstitucionalidades, sus mismas actuaciones, los cargos sin pruebas, el ensañamiento y cerco mediático presente desde el mismo momento de la detención de los Cinco antiterroristas cubanos así lo demostraron, fue un reallity show al más puro estilo anglosajón.

El juicio también dejó algunos récords, además de que fue en su momento el más largo de la historia, es también en el que más volumen de información clasificada se ha manejado, además de que tiene el primer lugar en la participación de personalidades, oficiales del ejército norteamericano, agentes de inteligencia de ambos países involucrados.

VEA LA HISTORIA COMPLETA AQUÍ.

CRÉDITOS:

Textos: Tomados de adelante.cu, jorgitoxcuba.net y losqueremoslibres.blogspot.com

Edición: Malena Alvarez Julín/ Adelante