Cucalambeana, razones para regresar

La mayor fiesta del folclore campesino celebró su edición 50 confirmándose como un espacio esencial para la defensa de la cultura cubana  

Se despidió la edición 50 de la Jornada Cucalambeana y nos queda, afortunadamente, el sabor de un convite que tuvo más aciertos que pesares y abrazó a lo más representativo de nuestras tradiciones campesinas. En vista de tan egregia edad, no podíamos hacer menos.

Nutridas delegaciones nacionales e internacionales, con 98 representantes de 11 países, un protagonismo importante de artistas aficionados locales, la presencia de jóvenes y la consolidación de espacios habituales, son elementos que nos dejaron en estado de gracia.

Otras notas que disfrutamos quienes vivimos estos días desde la necesidad de intercambio y la defensa cultural, fueron las galas de notable valía en el Anfiteatro de El Cornito; las excelsas presentaciones de los niños, la permanencia de los juegos tradicionales campesinos y cómo la música de ambientación y acompañamiento reverenció el patrimonio sonoro inspirado en las esencias de la campiña.

Auguran mayor fuerza en las competiciones noticias gratas como el retorno del apoyo en metálico al Concurso Nacional Cucalambé de Décima Escrita, en el que triunfaron este año los consagrados autores Carlos Esquivel (Las Tunas) y Alexánder Aguilar (Granma), con el texto Los hemisferios contrarios. El jurado elogió al título por su verso contundente, la incisiva indagación sobre temáticas íntimas y colectivas, además de lúcidos aciertos relacionados a cuestiones trascendentales.

Intensas resultaron las tres sesiones de la 22 convocatoria del certamen de Repentismo Justo Vega, cita caracterizada por la confraternidad entre los participantes. Vencieron, en este orden, Aramís Padilla (Mayabeque), Geordanis Romaguera (Matanzas) y Liliana Rodríguez (Las Tunas).

Y al recoger su cetro, Padilla, campesino de oficio, confesó haber sido parte de una competencia tensa, exigente y se mostró muy feliz por el apoyo y el respeto que muestran los hijos de esta tierra ante las tradiciones más genuinas.

En cuanto a la organización de esa lid, nos pareció muy bien que varias empresas, organizaciones e instituciones tuneras se sumaran a los premios colaterales. Ello habla de sentido de pertenencia.

Más de una decena de investigaciones marcaron al XX Coloquio Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, espacio que rindió varios homenajes a figuras que le han ayudado a crecer en estas dos décadas. Resaltó especialmente el tributo a Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, con la asistencia de dos de sus hijos.

En la ciudad, a la par del jolgorio en El Cornito, vieron la luz diversas e interesantes exposiciones, que tuvieron en el Salón de Paisaje, Décima Ilustrada y Artesanía Popular su momento de mayor encuentro con la Jornada; igualmente en la calle Cucalambé, para no perder la costumbre, se concretaron actividades.

La presencia de representantes diplomáticos de las ocho naciones que conforman el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), mecanismo regional al que la Cucalambeana agasajó, dice mucho del valor que le dieron a esa dedicatoria, cuyo programa halló en el concierto de la ocasional Orquesta Sinfónica Juvenil, un punto de estremecedor orgullo.

Y claro que nos quedaron insatisfacciones. Esta reportera confiesa su decepción cuando vio una bazuca y varios fumigadores recorriendo las oficinas del El Cornito y sus cabañas vacías en la mañana del sábado, con aquel sitio colmado de visitantes, locales y foráneos, y las actuaciones artísticas en pleno apogeo. ¿A quién se le ocurre tamaña torpeza?

Igual, no hay manera que los horarios sean respetados y que no haya tropiezos en la recogida de los invitados, o la llegada a tiempo de quienes deben actuar. Ya sé que nos referimos a un evento gigantesco, dado lógicamente a los deslices, pero cinco décadas nos deberían bastar para emular con los relojes suizos.

Abel Prieto Jiménez, ministro de Cultura, en su amplia y alentadora estancia en la Cucalambeana, nos dejó motivos para querer hacerlo mejor cada vez: "Es algo auténtico y de pura cepa lo que ustedes han logrado en Las Tunas desde hace ya 50 años", dijo al resaltar que el territorio y la cita habían sabido convertirse en mecas, como defensa ante lo extranjerizante, de la tradición campesina cubana, “ese mosaico tan esencial".

Habló hasta de potencialidades de turismo cultural y reconoció que “la décima escrita ha ido ganando en ambición creadora desde un espacio que es profundamente popular". Llamó a difundir la estrofa nacional de forma más coherente y destacó la incorporación de los jóvenes.

Regresa la calma solo por unos meses, dentro de poco comenzará nuevamente el ciclo, y las ediciones de base pondrán su toque inigualable de autenticidad, y estaremos luego contando los días para que allá, donde el Bardo se inspirara, resuenan el tres y el laúd.

Llegamos al medio siglo, y la centuria completa está ahí, cerquita.

Créditos

Texto: Esther de la Cruz

Fotos y videos: Reynaldo López, István Ojeda y Zucel de la Peña

Infografías: Equipo multimedia periódico 26

Edición: José Armando Fernández Salazar